El vínculo de Jerusalén con la Cruz de Caravaca arranca con los franciscanos
«Son muchos los peregrinos que mirando hacia ese lugar nos recuerdan que allí está» la figura que es seña de identidad del municipio, dice el secretario custodial Fray Silvio Rogelio de la Fuente
Fray Silvio Rogelio de la Fuente, de la Custodia de Tierra Santa de Jerusalén, participó en la mañana de este lunes en una de las sesiones de trabajo del Congreso Internacional de Turismo Religioso. Durante su intervención hizo referencia al vínculo que Jerusalén tiene con la Cruz de Caravaca, «no solo porque la Custodia entregó en 2016 unas astillas del 'Lignum Crucis' que los franciscanos tenemos en Jerusalén a la Cofradía de la Vera Cruz, el vínculo es mucho más antiguo ya que en la capilla de Santa Elena, en el techo de la cúpula, hay esculpida en la piedra una Cruz de Caravaca, precisamente donde la madre del emperador Constantino encontró la Cruz donde murió Jesucristo».
El hermano Silvio relata para LA VERDAD que «son muchos los peregrinos que mirando hacia ese lugar nos recuerdan que allí hay una Cruz de Caravaca». Seguramente serían los franciscanos españoles los que llevarían hasta las inmediaciones del Santo Sepulcro está devoción a la Cruz de Caravaca y los responsables de que quedase recogida en esta singular capilla».
En Murcia se han reunido representantes de las cinco ciudades con celebraciones jubilares: «Sí, es un panorama completo que nos da una visión universal de estas ciudades que tienen el privilegio de celebrar el Jubileo de forma periódica, de ser 'ciudades santas'. De la Fuente recuerda que tanto el anterior custodio, Pierbattista Pizzaballa, como el actual, Francesco Patton, viajaron a Caravaca y predicaron ante la Vera Cruz; «en Jerusalén se recuerda con agrado estas visitas; yo estoy aquí por ese vínculo, por la relación que tenemos, un trozo de nuestra Cruz está en Caravaca y lo recordamos con cariño».
En cuanto a la acogida a los peregrinos, afirma que «los que vienen a visitar a estos santos lugares reciben una llamada; no es el peregrino el que decide ir, primero ha sido Dios, el Señor, quien le ha llamado, quien le ha puesto en camino hacia estos lugares y el peregrino responde; porque uno va cuando tiene los medios, la salud, el tiempo… todo para poder ir, pero no decide ir hasta que recibe esa llamada». «Es importante recibirles con una sonrisa y mucho cariño, porque esto marca la diferencia y rezar es importante para la oración, para estar dispuestos a recibir siempre bien al peregrino; por tanto, importante el aspecto humano siempre pero, también, el espíritu».