La inocencia desfila por la Gran Vía de Caravaca

La inocencia y la alegría desfilaron en la mañana de ayer por la Gran Vía. La cantera de la fiesta de Moros y Cristianos tomó la principal arteria de la localidad para brillar con luz propia durante el desfile infantil. La misa pontifical abrió por la mañana las celebraciones del Día de la Cruz, que culminaron por la noche con la Procesión del Baño, el Parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán, el Simulacro de Combate y la Bendición de las Aguas, actividades que surgieron a través de los casi ocho siglos de presencia de la Sagrada Reliquia de la Vera Cruz y que se han convertido en su principal seña de identidad.

La misa tuvo lugar a las once de la mañana en la parroquia de El Salvador y estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, y concelebrada por varios sacerdotes, entre ellos, un misionero llegado desde Tanzania y el padre Norbert Hoffman, de la parroquia de Santo Tomás Moro de Oberthausen.

El coro parroquial de El Salvador intervino durante la eucaristía, en la que también estuvieron presentes varios componentes de la compañía de Armaos de la Vera Cruz, la guardia de honor que acompaña a la Sagrada Reliquia en sus salidas de la basílica.

Tras finalizar la eucaristía, comenzó el desfile infantil de Moros y Cristianos. La Gran Vía se inundó de pequeños festeros que, emulando a sus mayores, desfilaron mostrando su vestuario medieval. Los Infantes de Castilla, los hermanos Sergio y Marta Marín, ya contaban con la experiencia del año pasado. Para los Sultanes Infantiles, Herminio Montiel y Nathalia Sáez, ayer fue su primer cortejo a caballo representando a los más pequeños de sus respectivos bandos.

Por la tarde, se volvió a realizar el Baño de la Cruz, ritual que se viene celebrando desde 1384 y que es el origen de las Fiestas de Mayo. Por las calles del casco antiguo, moros y cristianos se dirigieron hacia el Templete, cuando el Carro Triunfal llegó a lo más alto de la Cuesta de la Cruz. El Rey Cristiano, Roberto Mateo, y el Sultán Moro, Francisco Martínez, protagonizaron el Parlamento, acompañados ambos por la Reina Cristiana, Patricia Fernández, y la Sultana, Julia Martínez. La prevista falta de entendimiento les llevó a la contienda de los dos ejércitos, que dio paso al ritual de la Bendición de las Aguas, acto que llevó a cabo el vicario episcopal de Caravaca y Mula, David Martínez. Después se reanudó la procesión para regresar a la parroquia de El Salvador.

La principal novedad para hoy es el desfile de los pequeños caballistas, que tendrá lugar esta mañana a partir de las 11 horas, con salida desde la plaza Paco Pim. El cortejo recorrerá la Gran Vía, la Puentecilla y la plaza del Arco antes de subir hasta la Cuesta del Castillo, donde tendrá lugar la carrera de los ponis, en la que participarán más de una veintena de ejemplares con la joven cantera caballista.

Para esta tarde, a partir de las siete, está prevista la Gran Parada Desfile de Moros y Cristianos por la Gran Vía. Desde las tribunas, un público entregado aplaudirá el paso de las kábilas moras y de los grupos cristianos en una gran recreación sobre el pasado medieval que esconde la ciudad de la Cruz.

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