El cáncer de mama, una enfermedad curable
El hospital Ribera Virgen de la Caridad dispone de la Unidad de Mama, que cuenta con un equipo humano multidisciplinar, lo último en tecnología para el diagnóstico y tratamientos punteros
EFQ
CARTAGENA
Sábado, 19 de octubre 2024, 10:16
«Fue como una ola gigante». Así comparan los cantautores Rozalén y Estopa al cáncer de mama en el tema 'Vivir', con la que homenajean a todas las mujeres afectadas por este tumor, cuya prevalencia en España en 2023 fue de 151.945 casos, según el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer. «Esta vida me ofreció una nueva oportunidad» es otra de las frases clave de esta esperanzadora canción y que refleja la realidad de las pacientes, ya que los tratamientos permiten a más del 90% de las mujeres tener una vida normal durante los mismos y una vez pasada la enfermedad, apostilla el doctor Pedro Galindo, cirujano general y coordinador de la Unidad de Mama en el hospital Ribera Virgen de la Caridad, quien añade que los tratamientos actuales tienen escasos efectos secundarios.
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Para abordar el cáncer de mama, el tratamiento oncológico se basa en una combinación de modalidades, que incluyen cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia hormonal y terapias dirigidas. Esta elección depende de varios factores, como el tipo y estadio del cáncer, la expresión de receptores hormonales y el estado general de salud de la paciente, recuerda el facultativo José Balsalobre, especialista en Oncología Médica. Eso sí, la selección del tratamiento es individualizada y debe ser discutida por un equipo multidisciplinario (cirujanos, ginecólogos y plásticos, radiólogos, patólogos, oncólogos, oncólogos radioterápicos, psicólogos, fisioterapeutas...), y que en el hospital Ribera Virgen de la Caridad se realiza con otros especialistas de los hospitales del Grupo Ribera Salud.
El Grupo Ribera Salud, caber indicar, cuenta con el Área de la Mama, una unidad de conocimiento transversal en todos sus hospitales que busca integrar los protocolos clínico-quirúrgicos, promover el diálogo entre los distintos profesionales mediante la colaboración conjunta en todos los comités de mama, estandarizar la práctica clínica e implantar nuevas tecnologías diagnósticas y terapéuticas.
Técnicas
La quimioterapia implica la administración de fármacos que actúan sobre las células tumorales. Explica el doctor Balsalobre que puede utilizarse de manera adyuvante o preventiva, tras la cirugía para eliminar células residuales, o neoadyuvante, antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor. La terapia hormonal está indicada en cánceres de mama que son hormonosensibles e incluye inhibidores de aromatasa o tamoxifeno.
Por su parte, las terapias dirigidas se utilizan para tumores HER2 positivos, mediante tratamientos como trastuzumab o pertuzumab, que se dirigen específicamente a la proteína HER2, sobreexpresada en algunos cánceres de mama. En casos seleccionados, especialmente en cánceres triple negativos, que son aquellos que no expresan ningún tipo de receptor o terapia dirigida, se pueden emplear fármacos de inmunoterapia. En etapas avanzadas, se debe valorar cuidados paliativos como la mejor opción para mejorar la calidad de vida del paciente.
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En lo que respecta a la cirugía, que cada vez es menos agresiva y se aplica en más ocasiones, la modalidad conservadora consiste, siempre que sea posible, en hacer una biopsia del ganglio centinela para evitar linfadenectomías axilares; y en el caso que sea necesario una mastectomía, se puede realizar una reconstrucción inmediata si no existe contraindicación para la misma.
Punto de partida
Sin duda, el día del diagnóstico es el peor momento del camino de esta enfermedad, coinciden las pacientes. Todo comienza tras someterse a técnicas radiológicas novedosas, como la mamografía con contraste y la tomosíntesis, o a las clásicas mamografía, ecografía y resonancia magnética, con el fin de diagnosticar tumores de menos 0.5 cm.
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El Grupo Ribera es pionero en España en implantar la mamografía con contraste, una técnica que aumenta la detección del cáncer de mama en un 40% con respecto a la mamografía convencional, afirma la doctora Julia Camps, jefa corporativa del Área de la Mama del Grupo Ribera. Esta prueba resulta especialmente crucial en pacientes que no pueden realizarse una resonancia magnética para ver la extensión del cáncer, en pacientes que han sido derivadas al hospital desde el cribado y en pacientes con antecedentes de cáncer de mama a quienes se les lleva realizando desde hace cinco años una mamografía con contraste de control anual. Actualmente, Grupo Ribera está analizando los resultados de 1.800 pacientes.
Una vez que se comunica la noticia del diagnóstico, las unidades multidisciplinares que tratan esta patología entran en acción y todas las partes actúan de forma coordinada para abordar el cáncer de mama de cada mujer de forma individualizada, dado que no existen dos casos iguales. «De ahí la importancia de los comités de mama», recalca el médico Pedro Galindo.
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Estilo de vida saludable
La prevención del cáncer de mama comienza con la adopción de hábitos de vida saludables, como llevar una alimentación sana, realizar ejercicio físico, evitar la obesidad y el sedentarismo, cuidar de la salud mental, etc. Pero no todo depende de cumplir a rajatabla estos hábitos, ya que se trata de una enfermedad multifactorial que presenta algunos factores de riesgo, como los antecedentes familiares.
Por ello es importante un diagnóstico temprano. Los programas de 'screening' puestos en marcha por la Región de Murcia incluyen a mujeres de entre 45 a 70 años y a pacientes con alteraciones genéticas de cáncer de mama hereditario, a quienes se les recomienda realizarse estos chequeos a partir de los 30 años.
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Gracias a las campañas de diagnóstico precoz desde los años 90 y los avances terapéuticos, la mortalidad ha disminuido hasta en un 40% y actualmente la supervivencia a los cinco años supera el 85%, señala la doctora Julia Camps, para a continuación poner el acento en la subespecialización de los profesionales en las unidades de mama como palanca para aumentar la supervivencia de las pacientes.
El final del camino
Otro de los aspectos que también se cuida mucho es la rehabilitación, que comprende tanto la recuperación física como la emocional. «Este enfoque multidimensional es crucial para ayudar a las pacientes a recuperar su calidad de vida tras el tratamiento», remarca el doctor Balsalobre. Para la parte física, se recomienda un programa de ejercicios personalizado que puede incluir ejercicios de rango de movimiento, fortalecimiento y aeróbicos. La fisioterapia es fundamental para recuperar la movilidad del hombro y la fuerza en el brazo afectado, especialmente después de la cirugía, así como el drenaje linfático manual y el uso de prendas de compresión para el linfedema. Igualmente se aconseja prestar atención a los cuidados de la piel, principalmente en la zona de la cirugía, a la alimentación y a los hábitos saludables.
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En términos de recuperación emocional, es esencial el acceso a servicios de salud mental, como terapia individual o grupal, que ayuden a las pacientes a procesar sus experiencias y emociones al sentirse en espacios seguros y con personas que han pasado por la misma travesía. Además, la comunicación abierta con amigos y familiares sobre las necesidades y sentimientos puede facilitar la comprensión y el apoyo. En relación a las alteraciones en la imagen corporal, la educación sobre las opciones de reconstrucción mamaria y el apoyo emocional son útiles, así como participar en actividades que fomenten la autoexpresión y la aceptación del cuerpo.
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