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Jean Paul, en el centro, durante la presentación en Murcia de los 165 nuevos guardias civiles en prácticas.

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Jean Paul, en el centro, durante la presentación en Murcia de los 165 nuevos guardias civiles en prácticas. Ros Caval / AGM

El camerunés que llegó a España en patera empieza sus prácticas de guardia civil en Caravaca: «Ojalá pueda aportar un grano de arena en este mar tan grande»

Jean Paul Bidias-ndoe cumple su sueño de formar parte del cuerpo que le rescató hace 15 años de un cayuco

Alicia Negre

Murcia

Jueves, 10 de julio 2025

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«Ojalá pueda yo aportar un grano de arena en este océano tan grande». A Jean Paul Bidias-ndoe la sonrisa amplia y espontánea le delata. Este guardia civil en prácticas, uno de los 165 que se incorporan este verano a la Región para terminar su formación, no oculta la satisfacción de un sueño cumplido. Camerunés de 31 años, se embarcó hace quince años, cuando aún era menor de edad, en un viaje en patera que lo traería hasta España. Tras años ganándose el pan como mozo de almacén, Jean Paul consiguió la nacionalidad española, que le abría la puerta para hacerse hueco entre los profesionales que hace años le rescataron del mar. «Fueron mis ángeles de la guardia», remarca risueño. «Me propuse que iba a formar parte del cuerpo que en su momento me dio una nueva vida y por eso estoy aquí hoy».

La historia de este nuevo agente, que estará destinado a labores de Seguridad Ciudadana en el puesto de Caravaca de la Cruz, se impuso este jueves durante la tradicional presentación de guardias civiles en prácticas de inicio del verano. «Con 15 años decidí irme de mi país porque las condiciones eran muy difíciles», explicó. «Fue en una barca de recreo, comprada por nosotros mismos y con cuatro remos. Éramos seis personas remando. Ya está». Jean Paul se echó al mar en Tánger y una patrulla de la Guardia Civil le rescató a él y a sus compañeros a la altura de Ceuta.

Tras una estancia en el centro de estancia temporal de migrantes (Ceti) de Ceuta, fue trasladado a Jaén donde pasó un tiempo en un centro de acogida, siendo aún menor de edad. Jean se asentó en la localidad jienense de Linares, donde encontró trabajo como mozo de almacén. «Estuve 12 años trabajando para una empresa», rememora. A lo largo de todos estos años, este camerunés ha enviado dinero a su país para ayudar a su madre y sus tres hermanos, que aún residen allí –su padre falleció hace tres años–. Jean guardaba, sin embargo, un propósito que cumplir. «Me fui formando poco a poco, alternándolo con el trabajo y en cuanto conseguí la nacionalidad, después de 10 años legales de residencia, me propuse entrar a la Guardia Civil».

Tras aprobar la oposición y superar un curso de formación en la academia de Baeza (Jaén), el treintañero afronta ahora la etapa más importante de su formación, donde comenzará a servir a la ciudadanía. «Voy a intentar seguir con la labor que siempre ha hecho la Guardia Civil, que es una labor maravillosa», remarca.

El agente en prácticas aprovecha el revuelo mediático que su perfil ha despertado para lanzar además un mensaje de cautela a los jóvenes africanos que, como él, aspiran a cruzar el mar en busca de un futuro mejor. «Para mí en aquel momento era como un juego porque no era totalmente consciente de lo que hacía», asumió. «No es seguro y nadie debería intentarlo. Yo conseguí pasar pero el mar es peligroso y muchos no lo logran».

Jean Paul comparte la ilusión de integrarse en el cuerpo con su compañera de promoción Tarsi Fernández. Natural de la localidad albaceteña de Socovos, esta nueva guardia civil lleva años asentada en Archena, donde ha conseguido destino para desarrollar su periodo de formación. «Para mí ser guardia civil es lo que he querido desde siempre», remarca orgullosa. «Es el cuerpo que siempre he visto en mi pueblo, el que siempre ha estado para ayudarnos y yo quería de alguna manera formar parte de eso, de ayudar a la ciudadanía sobre todo de los pueblos más pequeños».

Tarsi asegura que la resistencia mental fue su principal traba a la hora de afrontar el reto de abrirse hueco en la Benemérita. Lanza, sin embargo, un mensaje de ánimo a todos aquellos que barajan la idea de vestir de verde. «Quiero animar a todos y sobre todo a las mujeres que se lo están pensando y no saben si este es su sitio porque desde luego que es nuestro sitio».

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