José María Pozancos: «Un 'Brexit' duro sería demoledor para el sector de frutas y hortalizas»

–Con la postura del Reino Unido, ¿qué perspectivas tiene el sector?

–Un 'Brexit' duro, sin acuerdo comercial, sería el peor escenario para nuestro sector. Nos encontraríamos con que el Reino Unido ya ha firmado acuerdos con países competidores directos de España, como Marruecos; y con una situación en la que tendríamos que pagar derechos arancelarios mientras nuestros competidores contarían además con dos ventajas. No tendrían que pagar derechos arancelarios y tampoco estarían sometidos a la estricta regulación del modelo productivo comunitario en el ámbito social y fitosanitario, por ejemplo. Las consecuencias serían desastrosas, extremadamente negativas. Pero no deberíamos ponernos en ese escenario a fecha de hoy. Todo hay que tenerlo previsto, aunque las consecuencias serían tan negativas que resulta muy preocupante.

–Hay empresas que preparan planes de contingencia. ¿A qué se refieren exactamente?

–No hay planes de contingencia. Una cosa es tener un plan para agilizar todos los trámites documentales, que obviamente habría que cumplir en un 'Brexit' con acuerdo. Es decir, las operaciones que están sometidas a los controles aduaneros, que serán más o menos rígidos dependiendo de lo que decidan las autoridades británicas. Estamos trabajando con las administraciones españolas competentes para que los trámites documentales no supongan ninguna carga burocrática ni un hándicap en la logística comercial. Pero otra cosa distinta en un plan de contingencia es prever que puedan existir mercados alternativos al británico, dada la pérdida de competitividad que supone tener que pagar aranceles. No hay alternativa al mercado británico en ningún supuesto. No hay un plan de contingencia que pueda decir: 'Bueno como en el mercado británico mi pérdida de competitividad es tal... tengo que buscar alternativas. No hay mercado alternativo al británico».

–El Gobierno de Boris Johnson está firmando acuerdos con muchos países, no solo Marruecos, ¿cree que quiere asegurarse proveedores de frutas y hortalizas alternativos a los españoles? ¿Llegará a ese extremo?

–Los acuerdos comerciales no son solo de frutas y hortalizas. Son más amplios y afectan a todo el tráfico de mercancías. Lo que pretende obviamente el Gobierno inglés es mantener el flujo tradicional y potenciar las exportaciones de otros países. En el caso de que no hubiera acuerdo, las consecuencias serían extremadamente negativas. No creo que haya una intención de sustituir a España, entre otras cosas porque España, por el volumen que tiene, no es sustituible de forma súbita. Pero el impacto sobre nuestra competitividad y sobre el flujo tradicional sería demoledor.

–¿Tienen una estimación de pérdidas para un escenario sin acuerdo comercial?

–No. Puede provocar distorsiones muy graves en el mercado británico por el impacto de los aranceles, y distorsiones igual de graves en el mercado de la Unión. ¿Cuál sería la alternativa? ¿Buscar otros mercados dentro de la Unión Europea? Dado que ya estamos en un equilibrio muy precario de oferta y demanda, lo que nos preocupa es que se puedan generar distorsiones graves de mercado en el conjunto de la Unión, y ahí, insisto, sí se provocarían pérdidas importantes.

–Algunos hablan de unos posibles aranceles del 7%.

–Ese sería un arancel medio. Los aranceles varían mucho por productos y periodos. Hay una horquilla que va entre un 5% y un 15% sobre el valor. En el supuesto de que hubiera un acuerdo se mantendría el flujo, aunque habría más competencia. Tenemos que asumir el escenario de que el Reino Unido pueda firmar acuerdos comerciales más ventajosos que los que ya ha firmado la UE con terceros. Hay que tener en cuenta además que en el mercado de la Unión ya hay terceros países, caso de Marruecos, que acceden en unas condiciones muy ventajosas, con muchos productos prácticamente sin aranceles y con unos contingentes muy elevados.

–Esos acuerdos también pueden formar parte de una estrategia de negociación y de presión.

–Estamos acostumbrados a que las negociaciones comunitarias en general sean muy duras y acaben en el último minuto. Es una estrategia y hay que respetarla.

–¿Cree posible un pacto antes de que venza el ultimátum del día 15 lanzado Boris Johnson?

–Todo lo veo posible. Hasta el último minuto hay que estar preparados, para que los aspectos arancelarios no generen desventajas competitivas con relación a terceros países. Es un tema que nos va a ocupar mucho este otoño.