«Es un baño de realidad enorme»
Acción Solidaria - Obra Social 'la Caixa' ·
Dos empleadas de la Caixa en Cartagena viajan a Perú y Colombia para colaborar en proyectos de Entre Culturas y Pies DescalzosCuando alguien prueba el voluntariado internacional, repite. Al menos eso han comprobado las cartageneras Gemma Pérez-Santamarina y Rosa María Santa Cruz, ambas empleadas de Caixabank y, por segunda vez, participantes en proyectos de cooperación internacional de la fundación la Caixa, un programa de voluntariado técnico que la entidad desarrolla para dar soporte a las iniciativas que financia de ONG locales en África, Asia y Latinoamérica.
Gemma Pérez-Santamaría ha regresado ya de Perú, de un «pequeño pueblecito situado a unos 40 kilómetros de Cuzco del que por fin he conseguido aprenderme el nombre», dice entre risas. Andahuaylillas. Una aldea situada a más de 4.000 metros de altitud cuyos habitantes se niegan a dejar morir. Allí ha colaborado, durante sus tres semanas de vacaciones, con la ONG Entre Culturas. Una estancia que, según define, «ha sido un baño de realidad enorme», porque además de la satisfacción que le ha supuesto ayudar a una comunidad con dificultades de desarrollo, en este viaje, dice, «me he dado cuenta de que el sitio en el que naces es muy importante. A veces no somos conscientes de que hay lugares en los que la vida es mucho más dura».
Su trabajo en Perú ha consistido en valorar la viabilidad del microcrédito mediante el que la entidad, a través de la ONG local, ayuda a mujeres y jóvenes, todos aldeanos de Andahuaylillas, para que inicien negocios que les posibiliten un trabajo sin tener que mudarse a una gran ciudad. «Con ese dinero van a poner en marcha una productora de hongos, otra de quesos andinos y una ganadería de una especie de cobaya», explica la voluntaria.
Con el crédito recibido, la ONG colombiana iniciará tres negocios de emprendimiento para fomentar el empleo local
El reto de emprender
Para los habitantes de Andahuaylillas «emprender un negocio se les hace un mundo, porque allí no tienen esa idea que tenemos nosotros del emprendimiento. Lo más normal es que sigan, quieran o no, con el negocio familiar», relata. Por eso es tan importante, según cuenta Pérez-Santamaría, que la Caixa subvencione este tipo de proyectos, «porque cuando ven que no tienen salida, que no pueden dedicarse a otra cosa, eso genera frustraciones, problemas de alcoholismo, incluso de maltrato. Por eso, además de ayudarles a montar otros negocios, lo que hacemos también es una labor de reeducación hacia las familias, para transmitir a los padres que no pueden frustrar las ideas de las nuevas generaciones».
En 2017, Gemma ya viajó a la India con un programa similar de cooperación llevado a cabo por la Caixa. «Esto engancha. Yo espero hacer muchos viajes más de cooperante», dice con una sonrisa. También Rosa María Santa Cruz repite voluntariado internacional este mes de septiembre, pues ya estuvo tres semanas en 2015 en El Salvador. «No conozco a ningún compañero que haya ido y no quiera repetir. Yo seguiré solicitándolo, claro, porque las experiencias son geniales. No solo por la ayuda que prestas, sino porque a nivel personal es un chute de realidad muy grande. Esto te cambia la vida. Enriquece mucho», asegura.
Junto a una compañera de una oficina de Caixabank de Barcelona, Rosa María partió ayer hacia Barranquilla (Colombia). Allí estará tres semanas con la ONG Pies Descalzos, realizando labores de formación sobre emprendimiento para niños. «Es un programa que funciona durante todo el año, pero nosotros vamos de refuerzo, para continuar con las clases. Y además también participaremos en otras actividades que realiza la ONG sobre el terreno. Otros compañeros han estado allí otros años y nos cuentan que la gente es encantadora y que los niños son muy participativos. Seguro que nos irá genial», concluye con ilusión.
5.500 trabajadores participan en iniciativas españolas
Durante este verano, 51 empleados de la entidad bancaria han invertido su tiempo vacacional en proyectos de cooperación internacional de la Caixa. Unos viajes para los que han sido formados, preparados y elegidos mediante un proceso de selección exhaustivo. Pero ellos no son los únicos solidarios en la plantilla. En total, son 5.492 los voluntarios de la Caixa que organizan, dinamizan o apoyan acciones locales en todos los territorios de España a través del programa de voluntariado corporativo que puso en marcha la entidad hace diez años. Desde enero, su participación como voluntarios en asociaciones y ONG españolas ha llegado a 161.000 personas, contribuyendo con ellas a la lucha contra la desigualdad social. Entre sus actividades solidarias destacan el acompañamiento a niños hospitalizados, las clases de integración para inmigrantes, la atención a personas sin hogar o la enseñanza de gestión administrativa que realizan para ayudar internamente a las ONG.