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Pacientes haciendo cola para acceder al centro de salud de San Diego, en Lorca, una de las zonas más golpeadas por la pandemia. Nacho García / AGM
Los contagios aumentan ligados a la precariedad y la pobreza

Los contagios aumentan ligados a la precariedad y la pobreza

La Región sufre ya una incidencia de coronavirus superior a la media nacional

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Martes, 8 de septiembre 2020

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La elevada movilidad, la economía sumergida, el trabajo precario y las malas condiciones de vida de amplios sectores de la población están contribuyendo de manera decisiva al fuerte incremento de contagios en la Región. Es la conclusión a la que llegan los responsables de la Consejería de Salud a la luz de la evolución de los datos. La estructura socioeconómica de la Comunidad «nos está haciendo mucho daño», resume uno de los cargos de este departamento, preocupado por la rápida expansión del virus entre temporeros del campo, la mayoría de origen suramericano.

Los expertos y los primeros informes del Ministerio de Sanidad ya advirtieron desde el inicio de la pandemia de los factores que hacían a la Región más vulnerable frente al virus: la alta movilidad interna y el importante peso del sector hortofrutícola, con sus peculiaridades. Pero durante la primera oleada, estos condicionantes no jugaron ningún papel determinante, y Murcia esquivó el colapso sanitario. Tras la desescalada, las cosas empezaron a cambiar. Los primeros rebrotes estuvieron vinculados con jornaleros de Totana y Mazarrón, y la pandemia se descontroló especialmente en el primer municipio, lo que obligó a decretar la vuelta a la Fase 1. Mientras, en la vecina provincia de Almería, con unas características demográficas y socioeconómicas similares, la incidencia se disparaba. Otro tanto ocurría en Lérida y Zaragoza, también por focos relacionados con el trabajo en el campo.

En julio, la mayoría de brotes importantes registrados en Murcia estuvieron asociados con el sector hortofrutícola, aunque en agosto tomaron más protagonismo los focos en el hogar, el ocio y, en general, el ámbito social, según los datos de Salud. Sin embargo, muchos de los contagios siguen correspondiéndose con el mismo perfil, independientemente del lugar en el que se produzca la transmisión del virus. Según fuentes de Salud, en los últimos días casi la mitad de los casos positivos se han registrado entre la comunidad latina.

La séptima con mayor tasa

El avance de la pandemia se ve ya reflejado en las estadísticas del Ministerio. La Región ya supera la tasa de incidencia nacional. En concreto, en Murcia se han registrado 246,54 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, mientras el promedio en España se sitúa en 236 infectados por 100.000. La Región se convierte en la séptima comunidad con mayor proporción de contagios, tras superar ayer a Cantabria y prácticamente igualar los indicadores de Castilla y León, uno de los territorios que más sufrió el impacto del coronavirus durante la primera oleada.

«Hay muchos factores detrás de la situación actual. Las grandes empresas agroalimentarias están haciendo las cosas bien; tienen sus planes de contingencia, pero tenemos un problema muy serio con el transporte. De ahí que limitásemos en su momento el número de ocupantes por vehículo», reflexiona un alto cargo de la Consejería. «Muchas veces el contagio se produce en reuniones informales de la gente que está trabajando; se ponen a almorzar y se quitan la mascarilla», continúa. Si uno de estos temporeros está infectado, el virus corre tanto entre sus compañeros como en su propio hogar, donde, en ocasiones, hay hacinamiento. «En Jumilla, la semana pasada hubo un positivo en un piso donde viven 14 personas. Seis de ellas se han infectado. Las hemos ingresado en un hospital por motivos sociales, no clínicos, y al resto de los inquilinos de la casa los hemos trasladado a una de nuestras 'arcas de Noé' (hoteles u otros alojamientos habilitados para acoger a personas en cuarentena).

Celebraciones sociales

Pero, además de en el hogar, el virus se extiende también en celebraciones sociales en las que entran en juego los hábitos de vida, las costumbres y las diferencias culturales. La Consejería apela a la responsabilidad de todos y denuncia numerosos incumplimientos, el otro gran factor en la expansión del virus, según Salud. Este fin de semana, la Policía Local de San Javier disolvió hasta tres celebraciones con cerca de 250 asistentes en total, cuando el límite es de seis personas no convivientes. Cerca del 60% de los pacientes en seguimiento en algunos centros de salud no cumplen con las indicaciones, según el Servicio Murciano de Salud. Este dato, no obstante, no tiene respaldo en la estadística de la propia Consejería, que refleja solo siete expedientes por quebrantar el aislamiento domiciliario.

Las autoridades sanitarias son conscientes de que muchos incumplimientos de la cuarentena están relacionados no ya con actitudes puramente irresponsables -que las hay- sino con la precariedad que sufren amplias capas de la población. La Región es una de las comunidades con más empleo temporal. Un contrato «de dos o tres días» es difícilmente compatible con una cuarentena de dos semanas. Eso siempre y cuando haya contrato, porque la economía sumergida tiene mucho que ver con toda esta situación. «Hay gente que si tiene que estar 14 días parada, no está cubierta», admite uno de los técnicos de la Consejería.

Salud ha contratado a 14 trabajadores sociales para reforzar la labor de seguimiento de casos y contactos que se realiza desde Atención Primaria. Además, se está trabajando en colaboración con los ayuntamientos, los servicios sociales, mediadores y «líderes» de las distintas comunidades para derribar barreras culturales e idiomáticas.

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