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Un jornalero de una de las cuadrillas de la empresa Hijos de Alberto del Cerro corta limones, el pasado jueves, en una finca de la pedanía murciana de El Esparragal. JAVIER CARRIÓN / AGM

El arte de cortar limones

'La Verdad' comparte una jornada de trabajo con una cuadrilla de jornaleros, la mayoría extranjeros

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Domingo, 17 de febrero 2019

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Comienzan su jornada laboral con los primeros rayos de luz que dan paso a un nuevo día. A veces tienen que esperar a que el sol destierre el relente que cubre las hojas de los árboles a primera hora de la mañana. Cuando la humedad desaparece, los jornaleros empiezan a cortar limones con mucha delicadeza y esmero. Sin prisa pero sin pausa, desarrollan una técnica precisa en la que cada gesto cuenta para lograr el resultado deseado: que el limón no sufra ni un mínimo roce en su travesía del árbol a la capaza, acolchada especialmente para la ocasión.

Un manto de agrillo decora el terreno escarpado del huerto, que tiene más de doscientos árboles rebosantes de limones, que tendrán que recolectar los jornaleros para ganarse unos 50 euros después de cada duro día de trabajo. Un equipo de 'La Verdad' ha compartido una de estas jornadas con una cuadrilla de cortadores de limones en una extensa finca ubicada en la pedanía murciana de El Esparragal.

«Cortar limones es un arte», asegura Trino Salinas, encargado general de las cuadrillas de la empresa de El Raal Hijos de Alberto del Cerro, dedicada a la exportación del cítrico amarillo. Lleva toda su vida en el mundo de los limones y se nota que sabe bien de lo que habla cuando calcula, de un simple vistazo, que de la explotación agrícola saldrán aproximadamente cuarenta toneladas de limones «en unas 1.900 cajas».

De los 59 trabajadores que le acompañan, la gran mayoría son extranjeros. Ecuador, Marruecos, Mali, Ghana, Guinea y Senegal son algunos de los países de origen de estos inmigrantes que han encontrado entre limoneros una oportunidad laboral. Es el caso de Cecilia, una de las dos únicas mujeres que forman parte de la cuadrilla. Ecuatoriana residente en Totana, llegó a España a finales de los 90 y, desde entonces, trabaja de 'montonera', término con el que se designa en el campo al encargado de 'destriar' los limones. Es decir, clasificar el fruto en diferentes cajas en función de su tamaño y estado. «Cuando el limón es muy pequeño o no está en perfectas condiciones para poder venderlo en fresco, se utiliza para la cítrica. Así es como se le llama a la fruta que se exprime para hacer zumo y aceite o extraer la pulpa. El limón es como el cerdo, se aprovecha todo».

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