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Carmen Funes, en un aula de Primaria del colegio de La Arboleja, donde se jubiló y retornará en unos meses. Edu Botella / AGM
«Lo que se aprende en años de clase no lo enseñan en ninguna facultad»

«Lo que se aprende en años de clase no lo enseñan en ninguna facultad»

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Lunes, 23 de octubre 2017, 07:52

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Si Antonio López, profesor de 75 años jubilado tras cuarenta años de servicio, comenzara hoy a impartir su temario de Historia de España, «lo haría al revés: empezaría por el final, por la situación actual de Cataluña, para explicar cómo hemos llegado hasta aquí. La historia es vida, y quien ha vivido y acumulado experiencias, la enseña mejor». Como centenares de docentes jubilados murcianos, Antonio López dejó el aula y la pizarra a los 60 años, en plena forma física e intelectual. Y como muchos de ellos, no tardó en sentir el «'mono' del aula. Se echa mucho de menos», reconoce el docente, quien pasó sus últimos años en activo en el Instituto de Educación Secundaria Juan Carlos I de Murcia, donde se sumaba el miércoles a los actos de celebración del 25 aniversario de su fundación.

Los chiquillos del colegio público de la pedanía murciana de La Arboleja se arremolinan alrededor de Carmen Funes cuando reconocen a su antigua maestra. Solo hace dos años que colgó la tiza, pero sigue echando de menos la bocanada de vida y energía que le proporcionaban los niños. «Siempre fui maestra de Infantil -de tres a seis años-, y a esa edad los niños son muy creativos y espontáneos; aportan muchísimo», dice la maestra, que volverá a las aulas en cuanto la orden entre en vigor para devolver a su colegio lo aprendido en cuatro décadas de profesión. «Lo que se aprende en el aula no lo enseñan en ninguna facultad; son muchos años de experiencias, de enfrentarte a pequeños problemas cotidianos y terminar encontrando la mejor manera de resolverlos», dice entusiasmada con la idea de organizar talleres de lectura para los más pequeños de La Arboleja.

Tampoco ha perdido el pulso de la enseñanza Sebastián García Tomas, profesor jubilado de Matemáticas en el IES Alquibla de La Alberca. En breve volverá por el instituto al que dedicó sus últimos años como docente, con el que no ha terminado de romper el vínculo echando una mano con los grupos de alumnos alemanes de intercambio. «Nos jubilamos pronto, y tenemos tiempo libre y bagaje que aportar. La experiencia es un grado, y en el aula más», cuenta el profesor, incentivado con la idea de afrontar los nuevos retos que plantean los chicos desde la perspectiva calmada que le da su nueva condición.

Cambios y retos

«Es cierto que todo ha cambiado mucho con las nuevas tecnologías, y los alumnos tienen hoy otro talante, quizá son más rebeldes, pero a la vez tienen más medios a su alcance», reflexiona García Tomás, quien considera que los grandes cambios no han alterado un ápice la esencia de una profesión que le apasiona: «Al final, el propósito es siempre el mismo: transmitir lo que sabes, lo que estudiaste y lo que has aprendido de la mejor manera posible».

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