La profesora asociada de la UMU Lola Gracia, este martes. Martínez Bueso

«Apoyo generalizado» de los profesores asociados de la UMU y la UPCT al paro

Los estudiantes, que ven suspendidas sus clases, creen que la huelga del colectivo es «la resolución inevitable de un problema que viene de largo»

A. Negre / A. López / EP

Murcia

Martes, 31 de enero 2023

Los profesores asociados de la Universidad de Murcia (UMU) y la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) dieron un «apoyo generalizado» a la huelga indefinida e ... intermitente convocada a nivel nacional, tal y como especificaron los convocantes sin aportar datos concretos. Este paro del colectivo arrancó este martes para exigir la mejora de sus «precarias» condiciones de trabajo y reclamar garantías de estabilidad y de renovación de contratos.

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La portavoz de la Plataforma de Asociados de UMU, Ana Aldaz, sostuvo que «el malestar es unánime» en la comunidad. El colectivo reconoció, no obstante, no poder aportar datos específicos sobre el seguimiento que ha hecho de esta medida de protesta. «Las características especificas de este colectivo y la singularidad de la convocatoria hace muy difícil extraer datos matemáticos exactos», subrayó Aldaz. «Es generalizado el sentimiento de desapego por una institución que nos desprecia de forma manifiesta y constante». Este paro se va a desarrollar, en principio, los martes, miércoles y jueves de todas las semanas hasta que el colectivo reciba una respuesta satisfactoria.

La UPCT asegura que el seguimiento del paro en ese centro ha sido nulo

«Habitualmente, en el desarrollo de nuestro trabajo con la universidad, los asociados desarrollamos con carácter genérico funciones que están muy por encima de nuestro contrato y, al final, terminamos impartiendo docencia en igualdad de condiciones que el resto de compañeros de tiempo completo pero cobramos una miseria», explicó.

Aldaz recordó que el colectivo ha abordado la situación con el Gobierno central con el fin de negociar una mejora de las condiciones laborales que se vieran reflejadas en la nueva Ley Orgánica de Universidades que está en fase de aprobación en el Senado.

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En la UMU hay 1.166 docentes asociados, de los que 800 son 'falsos asociados', según los datos proporcionados por los convocantes del paro. Eso representa un 40% del total del profesorado. Respecto a la UPCT, el grupo lo forman 155 profesores temporales y asociados.

El vicerrector de Profesorado y Promoción Institucional de la UPCT, Luis Javier Lozano, informó por su parte que el seguimiento de la huelga había sido nulo en la universidad cartagenera. Precisó que ningún profesor había faltado a clase en la jornada del martes. La Universidad de Murcia preparaba a última hora de este martes un balance del impacto de la huelga que dará a conocer en breve.

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La presidenta del Consejo de Estudiantes de la UMU, María Juárez, confirmó que las suspensiones de clases derivadas de la huelga de docentes ya se habían dejado sentir en sus agendas. Juárez hizo hincapié en que este paro «es la resolución inevitable de un problema que viene de largo». Incidió en que la figura del 'falso asociado' cada vez es más generalizada y lamentó que ésta oculta «profesores precarizados». Los estudiantes aseguran entender la «situación difícil» que atraviesa este colectivo y exigieron una mayor estabilidad en la docencia.

María Dolores Gracia, profesora asociada de Trabajo Social en la UMU

«La universidad se aprovecha de que es un trabajo vocacional»

La profesora asociada de la UMU Lola Gracia, este martes, en un aula vacía durante la jornada de protesta. Martínez bueso

Para María Dolores Gracia el sueño de hacer carrera en la universidad comienza a tambalearse. Esta profesora asociada de la facultad de Trabajo Social de la Universidad de Murcia lleva desde 2015 dando clases en el centro, pero ya hace dos décadas que comenzó a forjar su carrera preparando su tesis. «Arranqué como falso asociado», explica. «Quería un hueco en la universidad». Transcurridos los años, esta profesional, con una dilatada trayectoria, logró encontrar otro trabajo, en el Ayuntamiento de Murcia y ya no está tan convencida de que su futuro profesional deba desarrollarse en la institución docente.

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«La universidad se aprovecha de que este es un trabajo vocacional», lamenta. «Sabe que en el fondo desempeñamos una labor que nos gusta, nos gusta enseñar». Ella, como otros muchos profesores asociados en las universidades de todo el país, compagina su labor docente con otra actividad profesional diferente para completar su salario. En su caso, explica, cuenta con un contrato 4+4 por el que percibe solo 400 euros al mes sin retenciones. «Ese dinero, al final, es que me lo gasto en gasolina», lamenta. Estos profesionales, además, remarca Gracia, no tienen acceso al cobro de los quinquenios.

Gracia ya cuenta, además, con una acreditación para ocupar una plaza de ayudante de doctor, pero lleva años aguardando que salgan esas plazas para poder optar al puesto. «Se está creando un tapón de profesores asociados», lamenta. La inestabilidad es un obstáculo con el que estos profesionales batallan constantemente. «Cada año nos renuevan el contrato y, si no tienes otra actividad profesional fuera de la universidad, no te renuevan», explica. «Te cesan sin avisar».

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Esta docente explica que, dada la diversidad de perfiles que engrosan este colectivo, la organización de una protesta ha sido muy compleja. «No queríamos dar un golpe en la mesa pero ha sido necesario», remarca. Gracia lamenta, a la vez, que «los alumnos son los verdaderos perjudicados» por esta huelga.

Juan Diego López-Giraldo, profesor asociado en Educación Social en la UMU

«Tenemos que pagar la hipoteca y con esto no nos alcanza»

Juan Diego López-Giraldo, este martes. guillermo carrión / agm

Juan Diego López-Giraldo se desdobla cada día para atender su trabajo como profesor asociado en la Universidad de Murcia y el que realiza paralelamente en una empresa propia para poder pagar las facturas. Este licenciado en Biología, que imparte clases en el grado de Educación Social desde hace siete años, tiene lo que en el mundillo se llama un contrato de 6+6 –en la teoría se traduce como seis horas de clase y otras seis de tutoría–. Él hace hincapié, sin embargo, en las muchas horas que dedica cada día a preparar sus clases, leer, investigar, hacer presentaciones, realizar tutorías presenciales y online, corregir los trabajos... «Además, me mantengo formado en mi campo de disciplina», recalca. Una dedicación por la que, asegura, a final de mes cobra únicamente 647 euros.

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«Estamos aportando muchísimo a la universidad y estamos infravalorados», lamenta este docente. «Me gustaría recibir un pago digno. Gana más la persona que viene a ayudarme a limpiar en casa». López-Giraldo es uno de los profesores asociados que este martes se zambulleron de lleno en todo el país en una huelga indefinida e intermitente con la que buscan reclamar garantías de estabilidad y renovación de contratos. «Me parece muy injusto», incide. La situación ya se ha vuelto crítica. Ha subido la luz, tenemos que pagar la hipoteca y no nos alcanza». Este docente está convencido de que «ha llegado el momento de decir basta».

«Aportamos muchísimo a la universidad y estamos infravalorados», lamenta. «Me gustaría recibir un pago digno»

López-Giraldo explica que, para llegar al puesto que ocupa, tuvo que homologar el título de Biología que cursó en Colombia, hacer una maestría en Inglaterra y un máster para impartir docencia. A día de hoy compagina su labor en la UMU con los proyectos –fundamentalmente sobre educación ambiental y formación docente– que desarrolla a través de una empresa propia y que le han llevado por múltiples países.

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