«Los ánimos por la oleada de robos están muy calientes y esto puede estallar algún día»

Uno de los últimos asaltos ocurrió la madrugada del domingo 13 de octubre. Un hombre, con el rostro tapado con un pasamontañas, abordó a uno de los camareros que estaba en la calle recogiendo las mesas y las sillas, lo introdujo en el bar Ruipérez y, ante el asombro de dos clientes que estaban en la barra, encañonó a la camarera y le exigió el dinero de la caja registradora. El robo duró apenas veinte segundos y fue grabado por las cámaras de videovigilancia del local.

Ese fue el último atraco a mano armada a bares y restaurantes ocurrido en la avenida de Lorca de Sangonera la Seca. Pero, en un mes, ya hay contabilizados más de siete. El primero, a principios de septiembre en el restaurante Las Salinas. «Reventaron las máquinas tragaperras y se llevaron la caja registradora».

Días después ocurrió lo mismo en el hotel La Paz. Robaron primero en un coche estacionado y después en el establecimiento. Los ladrones siguieron el trazado de la avenida de Lorca en dirección a Alcantarilla, y el día 15 del mes pasado asaltaron el restaurante El Extremeño. «Entraron dos hombres con acento español. Uno era alto y el otro, bajo. Apuntaron con un arma a la camarera y se llevaron la recaudación cuando estábamos cerrando. Tardaron menos de 30 segundos», explica Agustín Marín, uno de los dueños del local. La caja registradora de la cafetería Danfy's Xele fue lo siguiente que buscaron los ladrones, y dos días después, doblaron el turno para atracar de madrugada la cafetería Ágora y el bar Ruipérez.

A estos asaltos a comercios se suman otros dos robos en casas: una en la avenida Constitución, el pasado día 7, y otro, 48 horas después, en una vivienda de la calle Colón. «Hemos pedido más presencia policial porque estamos desprotegidos. Los ánimos están muy calientes y esto va a estallar», advierte Marín.