Alumnos tutores para 'rescatar' de la repetición de curso a sus compañeros
Educación pone en marcha un programa para que estudiantes voluntarios tutoricen a otros escolares en riesgo de fracaso
Estudiantes en riesgo de fracaso académico recibirán el soporte de otros alumnos del mismo centro de cursos superiores a los que les vaya bien para que actúen como referentes y apoyo hacia el éxito académico. La Consejería de Educación pondrá en marcha en diez institutos a la vuelta de las vacaciones el programa piloto Referen-T, destinado a la mejora del rendimiento escolar a través del ejemplo, la tutorización y el acompañamiento entre iguales.
Los estudiantes destinatarios del programa son aquellos que estén en riesgo de repetición de curso o de abandono educativo, mientras que los voluntarios que realizarán las tutorías serán alumnos de Bachillerato y de ciclos medio y superior de Formación Profesional o antiguos estudiantes del centro que estén en la Universidad. En los dos casos serán seleccionados por los equipos docentes de los centros escolares. Alumnos, familias y docentes del instituto firmarán un 'contrato educativo' antes de comenzar con el programa en el que queden por escrito los objetivos y pasos a los que se comprometen todas las partes.
El programa Referen-T está basado en la evidencia científica, según han detallado en su presentación el consejero de Educación, Víctor Marín; y su promotor y experto en innovación educativa Ismael Sanz, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Complutense. El plan se implantará de manera experimental en diez centros públicos de Secundaria este curso, y con la experiencia adquirida se desarrollará por completo en el próximo año académico.
El consejero de Educación ha defendido que «el éxito de Referen-T se basa en la firma de contratos de aprendizaje «que involucran a toda la comunidad educativa». El contrato se firma tras un proceso de diálogo y consenso entre la familia, el profesorado, los equipos directivos, el alumnado voluntario y los estudiantes tutorizados, y «en él se formaliza un compromiso de las familias con el éxito académico de sus hijos», a través de la puesta en marcha de un acompañamiento y tutorización entre iguales, realizado por el alumnado voluntario del propio centro o por antiguos alumnos que estén ya en la Universidad.
El acuerdo especificará los compromisos, «que tienen que ser realistas y asumibles por las partes, en relación con el proceso de aprendizaje. El estilo de redacción del contrato debe estar basado en un lenguaje muy positivo y cercano, dirigido a transmitir confianza en la posibilidad de superar las dificultades y así crear un contexto favorable para la mejora del éxito escolar del alumnado».
Las familias han de comprometerse a la asistencia de una tutoría trimestral con el profesorado participante. Las sesiones con los estudiantes se desarrollarán después de las clases, a las dos y media, o ya por la tarde.
Los alumnos voluntarios atenderán a un máximo de seis estudiantes por grupo, y recibirán un certificado de participación que los centros podrán utilizar como criterio de desempate de las matrículas de honor. El profesorado participante recibirá una certificación de 40 horas en proyectos de innovación, mientras que el coordinador de cada programa recibirá una certificación de 50 horas en proyectos de innovación. Cada centro recibirá un máximo de 1.500 euros para gastos de funcionamiento del plan.
El objetivo final del programa, ha explicado el consejero, es la rebaja del abandono escolar, que en la Región se encuentra en tasas muy superiores a la media española y europea. «El propósito es encauzar a los alumnos en riesgo de repetición, ya que es más difícil recuperarlos una vez han repetido curso, para la mejora del rendimiento y el fortalecimiento de la integración social», ha explicado el consejero, quien ha defendido que los estudiantes «no necesitan 'influencers', sino referentes».