Mariola Sanz: «El alumno debe ser el protagonista activo de su aprendizaje»
«No entiendo por qué no se ha recuperado antes la presencialidad en Primaria; el maestro tiene que estar, los alumnos le necesitan», afirma la presidenta de la Asociación de Directivos de Colegios Públicos de la Región de Murcia
Hace solo unos días recibía Mariola Sanz (Orihuela, 1961), maestra con 40 años a pie de aula, una copia de la tesis doctoral del ... médico Christian Fernando Ochoa desde Ecuador. El joven dedicaba su trabajo de investigación a «mi mentora», la directora del colegio Nuestra Señora de Los Ángeles de El Esparragal, donde el ya doctor soñaba con ser médico a los seis años, cuando ayudaba a su madre a limpiar escaleras y ponía todo su empeño en aprender. Experta en coeducación, bibliotecas escolares y defensora de «la escuela inclusiva, equitativa y garantista de la igualdad de oportunidades», entiende esa dedicatoria como el reconocimiento a una vida dedicada a ese concepto de la enseñanza. En plena 'desescalada' por el retorno a la presencialidad total de los alumnos de Primaria, la presidenta de la Asociación de Directivos de Colegios Públicos de la Región y secretaria de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos (Fedeip) se muestra ilusionada con el nuevo currículo, e indignada con la recuperación del veto parental.
–Los alumnos de Primaria recuperan la próxima semana la presencialidad total. ¿Cómo llevan la organización?
–Llevamos reivindicando la presencialidad total desde hace meses, así que bienvenida sea la nueva normalidad. Lo que no entiendo es por qué no se ha hecho antes y nos han dejado más tiempo para organizarnos. Es normal que el peso de la organización recaiga sobre los equipos directivos. Desdoblaremos grupos, que ya lo hacemos en muchas materias, y redistribuiremos las aulas. En las instrumentales haremos grupos de refuerzo. Lo que resulta imposible es mantener la distancia de 1,5 metros, pero utilizaremos espacios como los patios para poder lograrlo.
BAREMO DE ADMISIÓN: «La zona única potencia los guetos; los niños tienen que ir al colegio de su barrio, donde convivan con el entorno»
–¿No podría haberse organizado un sistema similar, con desdobles, uso de patios y bibliotecas, desde principio de curso?
–La orden podía haber salido mucho antes. Comprendo el miedo por la pandemia; las primeras semanas de curso había familias que no traían a sus hijos por miedo. Pero visto lo visto, después de ver que en otras comunidades la presencialidad es total desde el principio, y tras comprobar que el índice de contagios es igual con presencialidad y con semipresencialidad, ¿por qué no haberlo hecho antes? En cualquier momento, ante un brote, podríamos haber vuelto a la semipresencialidad.
–La semipresencialidad ha supuesto un obstáculo importante para las familias y los alumnos...
–Ha supuesto un problema grave para la conciliación de las familias. Pero también para los docentes, que han tenido que compensar las horas que no recibían los alumnos de determinadas materias. Ha supuesto un sobreesfuerzo, del que no nos quejamos porque estamos en un estado excepcional. Pero hay que reconocer que el profesorado ha trabajado a tope, y esto ha funcionado gracias a la generosidad y esfuerzo de los maestros, que le han dedicado tardes y fines de semana.
REPETICIÓN: «Que el alumno siga un curso más en el mismo nivel no le ayuda; lo mejor es que pasen y tengan refuerzos»
–¿La pandemia ha agravado la brecha entre los alumnos menos favorecidos?
–La brecha digital se ha ido reparando con las inversiones de las administraciones, que han dedicado fondos a mejorar la conectividad, dotar de tablets a los alumnos... Pero esto no es suficiente, porque los niños más vulnerables no solo han tenido carencias por cuestiones informáticas, que ya están solventadas; la brecha social es importante. Esos menores a veces no pueden estar atendidos en sus casas cuando no vienen al centro, y por eso es tan importante la presencialidad.
–¿La situación ha repercutido en los contenidos que han podido aprender los alumnos?
–La pandemia ha puesto de manifiesto que la educación presencial no puede sustituirla nunca la formación 'online'. El maestro tiene que estar, los niños le necesitan. Las directrices eran que trabajáramos con contenidos básicos, pero en realidad eso es lo que se debe hacer. A pesar de ello, los niños han llegado con ciertas lagunas, hemos tenido que reprogramar algunos contenidos. Hay contenidos, los menos imprescindibles, que se han dejado de lado.
CONTENIDOS: «Un currículo por competencias es la clave para la inclusión completa»
–El nuevo decreto de admisión de alumnos de la Región bordea la 'ley Celaá', y no establece la zonificación que marca el Ministerio para que los alumnos tengan que estudiar en el centro más cercano a su domicilio.
–La libertad de elección de centro y de elección de enseñanza de la que hablan los políticos no es real. Habrá libertad de elección de centro en el momento en que todos los centros sostenidos con fondos públicos reúnan las mismas condiciones y tengan los mismos recursos humanos y materiales. Entonces sí que podremos hablar de libertad de elección de centro, y dará igual que sea una zona única o no. La zona única potencia la creación de guetos. Y tan malos son los guetos de niños de familias de nivel socioeconómico alto como bajo. La zonificación evita la creación de guetos. Los niños tienen que ir al colegio de su barrio, donde convivan con su entorno. Incluso dentro de la pública hay colegios muy bien dotados y otros que no lo están. La escuela debe ser un laboratorio social donde conviva una proporción equililbrada de alumnado inmigrante, de condiciones económicas altas, con necesidades especiales... La sociedad en la que van a vivir es plural. No se pueden permitir los centros gueto, y la única manera de evitarlo es la zonificación, y la equiparación de recursos entre todos los centros, públicos y concertados.
–La Lomloe limita el número de veces que puede repetir curso el alumno. ¿Qué le parece?
–Que el niño permanezca un año más en el curso no permite que aprueba las asignaturas. El menor debe seguir con su clase. Cuando repite un curso, tiene que estudiar de nuevo asignaturas que tiene aprobadas, se aburre, pierde la referencia... Lo mejor es que el alumno promocione, y si alguna asignatura no la ha superado, debe tener refuerzo y apoyos al curso siguiente para mejorar en esos aprendizajes. Solo en casos muy excepcionales, repetir ayuda. La clave está en reforzar los recursos humanos y apoyos en los centros; pero la ley necesita una memoria económica que no conocemos.
VETO PARENTAL: «No tiene sentido; los padres conocen la programación, que es competencia de los equipos docentes»
–También quiere aligerar los currículos y que los alumnos trabajen por competencias...
–Un currículo competencial es muy bueno para el alumno. Responde a un modelo flexible que permite atender a un alumnado heterogéneo; el maestro puede adaptar los contenidos según el nivel de cada alumno. Eso nos lleva al éxito, y a que desaparezcan el fracaso escolar y la repetición. Evaluar competencialmente es la clave para que la inclusión sea completa. El currículo actual repite los contenidos año tras año, y no deja herramientas para hacer cambios. Eso provoca que quede desfasado. Cada vez es más necesaria una coordinación entre las materias de un mismo curso.
–La ley propone romper esa rigidez de las asignaturas y trabajar por ámbitos de conocimiento.
–Propone que los aprendizajes sean los imprescindibles, y ante eso es necesario bajar el peso del currículo y centrarnos en aprendizajes pausados y en profundización, lo que permite trabajar en equipo y poner en práctica metodologías innovadoras, que contribuirán además a la equidad. Se puede trabajar el ámbito sociolingüístico, el científico-matemático y el artístico. Pero para eso no nos puede pesar el currículo.
–También propone un cambio de roles.
–En ocasiones, el alumno es el sujeto pasivo, y el maestro el activo. Debe ser al revés, debemos convertir al alumno en protagonista de su aprendizaje, y el profesor debe ser su guía. Si el alumno encuentra sentido a lo que hace, aprende mucho más; pero para eso necesitamos recursos y tiempo.
–El veto parental asoma de nuevo en los colegios de la Región. ¿Qué opina?
–El veto parental parecía una anécdota y ha pasado a ser el elemento clave de la política regional, cuando hay muchos más retos urgentes. No tiene sentido: desde principio de curso programamos las actividades complementarias, y el Consejo Escolar, en el que están los padres, las aprueba en la Programación General de Aula. A los padres se les informa además a principio de curso, y se cuelgan en la web del colegio. Los padres están todos informados. Es competencia de los equipos docentes, y de alguna manera es meterse en nuestra actividad pedagógica. Muchas de las actividades están dentro de programas de la propia Consejería. Además, cuando algún padre no quiere que su hijo asista a una charla, no hay ningún problema, se le respeta.
–La ley introduce en cualquier caso la educación afectivo-sexual desde Primaria.
–Me parece fundamental, no se tendría que haber eliminado nunca del currículo. También la introducción de la coeducación y la igualdad de oportunidades. Hay que trabajarlo desde pequeños para prevenir la violencia de género. Hay que formar personas.
–La nueva regulación apunta también la entrada de los alumnos de primera etapa de Infantil (hasta los 3 años) a los colegios.
–Es una apuesta importante. Ayuda a la conciliación y permite la incorporación del alumnado más vulnerable, que no están bien atendidos cuando sus padres trabajan. Si el aprendizaje en esa etapa se hace de forma más regulada, es muy positivo. Es una etapa muy importante para el desarrollo cognitivo.
–A las familias les preocupa el cierre de los centros de educación especial...
–Los políticos murcianos han dado una imagen que no se corresponde con lo que dice la ley. Dice que en diez años, los alumnos cuyos padres quieran que vayan a centros ordinarios, puedan hacerlo porque reunirán las condiciones. Eso no quiere decir que los centros de educación especial vayan a desaparecer, porque son necesarios. La Región es pionera en atención a la diversidad, se ha avanzado muchísimo, con aulas abiertas, centros específicos... Vamos por delante.
–Andan siempre justos de presupuesto, ¿echan de menos más estabilidad?
–Este año se ha hecho una gran inversión por parte de la administración con el programa Aire Limpio y dotando a todos los centros y alumnos de medio digitales.
–¿Cómo han llevado los niños la pandemia? ¿Mejor que los adultos?
–Fenomenal, han sido un ejemplo para las familias y los profesores. Tienen una plasticidad inmensa, y se han adaptado muy bien. Han cumplido las normas a rajatabla, no me canso de agradecer a las familias el trabajo que han hecho en casa para que los niños vinieran preparados.
–El colegio es el centro cultural de El Esparragal, abierto por las tardes para que los escolares puedan acceder a la biblioteca.
–Aquí se siente así. Esta es una escuela abierta al entorno, a las familias, que son partícipes de lo que aquí ocurre. La biblioteca abre todas las tardes y vienen los escolares y los antiguos alumnos. Ahora mi lucha es que se pueda abrir también en festivos y fines de semana. Tenemos unos fondos bibliográficos importantes, hemeroteca, películas...
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