Las altas temperaturas en Europa disparan la demanda de sandía y melón

La sandía empezó con buenos precios y está ya en la cima de su periodo de cosecha, que ha coincidido con fuertes olas de calor en los países vecinos, lo que aumenta la exportación. Hubo algo de improvisación en los primeros momentos de la plantación, comentó este viernes Juan López, coordinador adjunto de la sectorial de Melón y Sandía de Proexport y director gerente de la empresa Pozo Sur, por las intensas y continuas precipitaciones de marzo. El riesgo llegaba con la aparición de «ventanas de producción» en la planificación de los cultivos, donde los agricultores no pudieran hacer frente a la demanda por falta de materia prima en algunas zonas. «Al final hemos sabido gestionarlo muy bien y hemos tenido buenos precios toda la campaña», remarcó López, que espera que el resultado final en este mes de julio no termine por torcerse.

Las estimaciones para la sandía de este año facilitadas por la Consejería de Agricultura hablan de un incremento de la producción del 8,44%, lo que se traduce en 193.470 toneladas, «apreciándose un descenso de la sandía con pepita y un notable incremento de la sandía sin pepita, debido a las exigencias de los consumidores». La superficie de cultivo sube un 7,02% y alcanza las 2.970 hectáreas.

Para el melón, en pleno pico de producción, Agricultura estima otro crecimiento de un 8%, con un total de 160.000 toneladas previstas para este año. Las fincas dedicadas a este cultivo también aumentan, hasta abarcar 4.445 hectáreas, con un 6,6% más. «Las lluvias torrenciales del mes de marzo generaron un retraso en la plantación de la campaña de melón, pero afortunadamente tanto la calidad de las producciones como el comportamiento en los mercados está acompañando esta campaña con buenos datos hasta el momento», afirmó ayer la consejera Sara Rubira, durante una visita a las instalaciones de la Cooperativa Gregal en Torre Pacheco.

«Una de las cosas que estamos detectando es un cambio en las variedades cultivadas. Si hace unos años la mayoritaria en los campos de la Región era la piel de sapo, esta está perdiendo terreno frente a otras variedades como el galia o el cantalupo, que este año ha superado las 865 hectáreas, creciendo un 15%», añadió Rubira.

Algunas empresas regionales mantienen cultivos en otras provincias de España para garantizar el suministro, ya que «hay que cubrir todos los escalones productivos» aprovechando que cada territorio tiene sus tiempos de mayor o menor producción.