Imagen de archivo de una protesta contra una mezquita en Lorca en pasado febrero. Jaime Insa/ AGM

Las ONG alertan de que la Región es un campo abonado para los delitos de odio

«El crimen de Mazarrón ocurre en un contexto de deshumanización de la población inmigrante, construido a lo largo de años», sostienen desde Convivir Sin Racismo

El hallazgo de un artefacto explosivo simulado en la puerta del centro de menores extranjeros de Alhama de Murcia en diciembre de 2019; las multitudinarias protestas vecinales ante la acogida por parte de una ONG de seis inmigrantes llegados en patera en un piso de la diputación cartagenera de Los Nietos, en julio del año pasado; el cóctel molotov arrojado contra la puerta de una mezquita el pasado mes de febrero en San Javier, o las recientes caceroladas de los vecinos del barrio de Apolonia de Lorca para oponerse a la apertura de una mezquita.

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Son solo cuatro casos de discriminación recientes que llamaron la atención informativa, «pero que han quedado en el olvido. No hay ni resultados ni avances en las investigaciones que se iniciaron», explica Juan Guirado, de la OMG Convivir Sin Racismo. Para las organizaciones en defensa de los derechos de las personas inmigrantes, esos casos son ejemplos que ponen de manifiesto que la Región es un campo abonado para que se produzcan crímenes de sangre como el ocurrido el pasado domingo, en el que un vecino de Mazarrón mató de tres tiros en el pecho a un ciudadano marroquí.

LA CIFRA

  • 12% más de denuncias por discriminación ha registrado la fundación Cepaim en lo que va de año respecto a 2020.

«Nos alarmamos de este suceso, pero esto ocurre en un contexto que se ha ido construyendo a lo largo de los años. Cuando se deshumaniza a una parte de la sociedad, porque se cree que se puede explotar o precarizar las condiciones a una persona por su situación personal, pueden aparecer personajes que se sienten con el derecho de quitar una vida», indica Guirado.

Desde la fundación Cepaim señalan que el presunto autor de los disparos profirió expresiones como «no quiero moros aquí» y «qué haces sentada con estos moros de mierda» minutos antes de disparar a Youanes. «Se trata de comentarios que hemos leído y escuchado en diversas ocasiones, sin prestarles la atención que merecen y sin posicionarnos en contra de los mismos con la contundencia que requieren comentarios xenófobos y racistas. Mientras sigamos banalizando las palabras y los actos que deshumanizan a la población inmigrante, estos hechos podrán volver a ocurrir».

Los delitos de odio registrados en España en 2019 ascendieron a 1.706 hechos, un 6,8% más que en 2018. De todos ellos, 25 se produjeron en la Región, con una tasa de 1,7 por cada cien mil habitantes (la media nacional se situó en 3,6), de acuerdo con el último informe 'Evolución de los delitos de odio en España' del Ministerio del Interior. «Los datos son ridículos y no reflejan lo que ocurre realmente, porque no se ha hecho ninguna política seria que analice lo que está sucediendo», critica el portavoz de Convivir Sin Racismo. Por su parte, Cepaim ha registrado en lo que va de año un 12% más de denuncias que en el mismo periodo de 2020. «A fecha de hoy llevamos el 62% de los casos que tuvimos en todo el año pasado», señalan.

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En Murcia Acoge apuntan que las víctimas de discriminación racial tienen miedo a denunciar, «en muchos casos porque no disponen de la documentación en regla». Asimismo, indican que la pandemia ha hecho que aumenten los comportamientos discriminatorios. «La gente ha sufrido situaciones de vulnerabilidad y eso ha influido en que se incrementen las actitudes de odio», asegura Carlota García, abogada de la asociación.

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