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Javier lleva unas camisetas estampadas en Zelo, un negocio especializado en serigrafía.
El Javi nunca falla

El Javi nunca falla

Un parado se gana la vida desde noviembre haciendo los recados a los vecinos desde tres euros y ya suma cientos de clientes

Jorge García Badía

Viernes, 24 de abril 2015, 02:15

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Pasan treinta minutos de la medianoche, Javi está en la cama, en su piso de Alcantarilla, suena el móvil y al otro lado del teléfono una chica le pide que le lleve un McFlurry hasta el barrio murciano de El Ranero. Javi se levanta, coge su moto y le lleva el helado. Ni el mejor de los novios se prestaría a este servicio. Pero José Javier Valero Almagro es 'El Recaero' y nunca falla, tal y como vende el eslogan publicitario que luce en su polo negro de trabajo: 'Llama al Javi... y ¡El Javi va!'.

No se trata de ningún friki porque por ese servicio del McDonald's cobró 10 euros. José Javier es un emprendedor, de 38 años, que el próximo mes de mayo se dará de alta como autónomo porque 'El Recaero' ya tiene cientos de clientes en Alcantarilla, Javalí Nuevo, Sangonera la Seca y Murcia. «La idea surgió el pasado noviembre; llevaba mucho tiempo en paro y siempre he sido una persona muy servicial. Los amigos no paraban de pedirme favores y un día, una amiga me dijo que cobrase por hacerlos», explica Javi.

En su cabeza se encendió una bombilla: poner su tiempo a disposición de aquellos que no lo tienen. Tras la conversación empezó a anunciar sus servicios vía WhatsApp y Facebook. «Si quieres desayunar unos buñuelos o unos churros con chocolate calentitos para combatir este frío, llámame, y en nada los tienes en tu casa, oficina, o donde quiera que te encuentres...», rezaba una de las cuñas de su perfil. Y la gente se lo tomó al pie de la letra. «Me han llegado a pedir unos churros a los dos de la madrugada», cuenta entre risas.

Las llamadas y los mensajes solicitando recados iban a más, por lo que Javi invirtió 15 euros en 500 folletos para publicitar sus servicios: 'Pasar la ITV, lavar tu vehículo, al médico a por tus recetas, gestiones en organismos públicos, llevar un regalo sorpresa, la compra a casa... Porque lo más importante eres tú, te hago la vida más cómoda y fácil'. También fue tematizando las cuñas de Facebook: «Te llevo la cena hasta el punto exacto donde estés viendo las procesiones para que disfrutes de unos pasteles de carne, empanadillas...».

La culpa fue del pitillo

Cada 'recao' se oferta desde tres euros y es tan sencillo como llamarle o mandarle un mensaje vía WhatsApp o Facebook. José Javier responde al instante informando del importe antes de cerrar el encargo. «El coste depende de la distancia y si me llaman a deshoras entonces subo el precio varios euros», advierte.

Estar disponible las 24 horas le ha deparado «muchas anécdotas raras». Una vez le llamó un chico que salió al balcón a fumarse un pitillo y se quedó encerrado, con las llaves de casa en el bolsillo. Como tenía grabado el teléfono de 'El Recaero', llamó a Javi y se ahorró pagar por su rescate a los bomberos. «Me tiró las llaves y subí a su casa a sacarlo».

Pero ha habido cosas más raras. «En otra ocasión, un chico se tenía que ir a trabajar y estaba con el coche en la cola de la ITV de Alcantarilla. Le presté mi moto y yo me quedé en la cola». Javi es el yerno que cualquier madre querría tener, de otra forma nadie en su sano juicio le habría dejado su coche a un desconocido. «Pasé la inspección, le llamé y se lo llevé a su trabajo». Por este favor cobró 15 euros.

El mejor pulpo en su oficina

En estos meses le ha ido dando forma a la imagen corporativa de su negocio, el logotipo es un motorista de color amarillo y el eslogan surgió tomando unas cañas en su oficina: «Es el bar Pirata. Aquí me dejan paquetes para llevarlos a correos, las llaves de algún coche para pasar la ITV... A veces me tomo unos trozos de pulpo, sirven el mejor de Alcantarilla».

En la barra todos le conocen y le aprecian. «Nos parece que ha tenido una iniciativa muy buena, porque el mercado laboral obliga a la gente a reciclarse», comenta el camarero Pepe Flores. Mientras un equipo de 'La Verdad' charla con 'El Recaero' el teléfono no para de sonar. «Me ha llamado una mujer, quiere que acompañe al banco a su hijo porque es un niño de 11 años y tiene que pagar la factura del seguro».

Dos menús antes de ir a rayos

Ese acompañamiento son tres euros. Javi está facturando al mes entre 700 y 800 euros, por ello se dará de alta. Aunque sacar adelante su negocio no ha sido un camino de rosas. «Hace tres meses sufrí un accidente en moto y me rompí la tibia y el peroné». Ni siquiera en ese momento dejó de atender a la gente.

«Me iban a meter a rayos en La Arrixaca, pero sonó el teléfono y le dije a la enfermera que antes de la radiografía tenía que hacer unos encargos de dos menús. Llamé a un amigo y él les llevó esa cena». Los meses que estuvo de baja siguió atendiendo las llamadas y un amigo en paro hacía los recados a cambio de unos euros.

Al 'after' con chicas colocadas

Solo hay dos encargos que nunca hace. «Los fines de semana me llama gente pidiéndome droga, pero no quiero problemas». La segunda excepción es el transbordo de personas. «Yo no le hago la competencia a los taxistas». Aunque reconoce que incumplió esto una vez para evitar un posible accidente. «Unas chicas me llamaron a las seis de la madrugada, diciéndome que querían seguir de fiesta. Iban 'to' colocadas y decidí llevarlas al 'after-hour'. Las dejé en la avenida Mariano Rojas de Murcia y me llevé su coche. A las diez de la mañana me llamaron, las recogí y las dejé en su casa».

Entre su clientela fija hay un chico al que todas las semanas le lleva la cena (4 euros). «Nunca elige él, siempre me dice que le sorprenda». Sus «recaos» a veces tienen una faceta social, es el caso de María José Hidalgo, que sufre una minusvalía al igual que su hija. «Cada dos semanas me ayuda a ir a la parada a recoger a Mercedes, es un chico formidable», destaca.

También atiende a una ancina a la que recoge sus recetas, medicamentos, paga sus facturas... «Le cobro la tarifa mínima de tres euros». Y ello pese a que en una ocasión le encargó llevarle una muestra de heces al médico. «Nunca le he fallado a nadie, voy y lo hago».

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