Borrar
La presidenta de Afade, ayer, con una usuaria del centro.
Diez plazas contra el olvido
ALCANTARILLA

Diez plazas contra el olvido

Afade pide al Ejecutivo regional que les autorice una decena de nuevas vacantes públicas con las que obtener ingresos para el centro de día de enfermos de alzhéimer

Jorge García Badía

Miércoles, 15 de octubre 2014, 01:59

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cuando Rubén Carrión termina su turno de trabajo en el centro de día de la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzhéimer de Alcantarilla (Afade), le toca coger el mocho y ayudar en las labores de limpieza de las instalaciones. Este gesto lo repite de forma altruista toda la plantilla, incluida la presidenta de Afade, Julia Fernández, porque los gastos mensuales del centro son de 28.000 euros y no hay dinero para contratar limpiadoras. Los trabajadores mantienen el centro como una patena: «Lo primero es garantizar los servicios y la atención a los usuarios».

Este mantra que repiten los quince empleados se refleja en la sonrisa de pacientes como Sole, a la que, gracias a las terapias que recibe, el alzhéimer no le impide cantar: «Y yo, y yo elijo a mi Dolores que es la, que es la flor más perfumada (...). Porompom pón, poropo, porompom pero, peró...». La canción de Manolo Escobar se la dedica a María Dolores, una auxiliar sociosanitaria, que supervisa el taller de estimulación cognitiva en el que está participando Sole.

Esta auxiliar reconoce que «cuando tengo un día regular, ellos me suben el ánimo porque te cantan y te dicen cosas». Pero las sonrisas se tuercen en quebraderos de cabeza, cada fin de mes, cuando hay que cuadrar las cuentas del centro de día. La asociación se metió en una hipoteca para financiar los 800.000 euros de las nuevas instalaciones con las que ampliaron su capacidad de 22 a 63 plazas. «Afade está sacando la hipoteca a pulmón, sin ayudas públicas, nos quedan 18 años y cuatro meses. Estamos haciendo encaje de bolillo para llegar a final de mes», reconoce la presidenta, Julia Fernández.

No exagera, ya que en ocasiones no hay dinero para todas las nóminas y los trabajadores rotan voluntariamente para cobrar a mes vencido. La entrega de la plantilla no ha evitado que este año subiesen el precio de las plazas privadas de 450 a 550 euros al mes, para compensar las consecuencias negativas que está provocando la crisis a Afade. Algunas familias con todos sus miembros en paro dieron de baja a tres usuarios del centro, porque con el dinero de la pensión llenaban la nevera. A esto se suma que el número de socios ha bajado en dos años de 600 a solo 289.

Les quitan las ayudas

«Debido a la crisis, cuando los usuarios fallecen, el 90% de las familias se borran y dejan de pagar la cuota anual de 50 euros. Pero hay que seguir concienciados para luchar contra esta enfermedad, no deben olvidar que sigue habiendo otros pacientes», recuerda la presidenta.

La puntilla a la caída de ingresos de la asociación, según expone el trabajador social Rubén Carrión, «es la bajada de un 80% de las ayudas públicas. El Ayuntamiento de Alcantarilla nos concedió en 2009 la última ayuda. Ahora solo recibimos 9.000 euros anuales del Ministerio de Sanidad y 18.000 euros de la Consejería de Sanidad». Todo ello a pesar de que atienden a usuarios de Alcantarilla, Librilla, Alguazas, Las Torres y catorce pedanías de Murcia.

La única alternativa para insuflar nuevos ingresos al flamante centro inaugurado en 2013, es que la Comunidad Autónoma conceda diez nuevas plazas públicas, porque las 26 actuales están copadas debido a su coste de 150 euros mensuales, pero de las 37 privadas (550 euros) que ofertan solo están ocupadas 14. «Ahora mismo tenemos en lista de espera a cuatro enfermos porque sus familias no pueden afrontar el pago privado», lamenta Carrión, y alerta de que «en un horizonte de diez años se duplicarán los casos diagnosticados».

La presidenta defiende que «no queremos subvenciones, solo que amplíen las plazas públicas para responder a la demanda». Por ello volverán a solicitar al Instituto Murciano de Acción Social (IMAS) que les conceda diez nuevas vacantes. «El pasado mayo nos concedieron seis plazas, pasando de veinte a veintiséis, pero les pedimos diez y vamos a volver a cursar la solicitud».

Afade lo seguirá intentando por usuarios como Lola, que todavía asegura con lucidez que «aquí lo paso estupendamente»; por trabajadores como Félix Nicolás que da cariño e hidrata la piel a enfermos con la mirada perdida; por voluntarias como Marta Fenoll... Pero sobre todo, lo harán para que la lucha contra el alzhéimer no caiga en el olvido.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios