«Pensé que había llegado el final; en mi vida había visto tanta agua correr»
Vecinos afectados por el desbordamiento de las ramblas relatan cómo vivieron la tormenta: «Empezamos a gritar 'socorro' hasta que vinieron los bomberos»
Toma aire, levanta la cabeza y mira con cansancio y desesperación cada rincón de su casa. Aunque lleva barro hasta en su gorro playero, ... Juani Díaz saca fuerzas para seguir adecentando su hogar, devastado por la DANA del pasado jueves. «Eran las diez de la mañana. Estaba con mis dos nietos en el piso de arriba y, de repente, escuché dos golpes muy fuertes. El agua reventó la puerta de la casa y la del garaje, y empezó a anegarse todo. Llegó hasta la primera planta. Pensé que había llegado el final; en mi vida había visto nada igual. Todavía estoy en 'shock'», recuerda con los ojos encharcados en lágrimas esta vecina.
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La vivienda de Juani es solo una de las casas afectadas por la fuerte tormenta que inundó de barro varios puntos de la localidad costera. «Empezamos a gritar 'socorro' hasta que llegaron los bomberos y la policía. También nos ayudaron varios vecinos de la zona», cuenta esta vecina de 66 años, cuyo inmueble se ubica a pocos metros de la rambla del Cañarete, que se desbordó.
«Lo que ha pasado es una catástrofe; nadie nos avisó de que venía una DANA», lamenta Juani, que ayer intentaba cuantificar los daños, a la espera de que llegara el seguro. «Seis motos de alta gama, dos coches, dos frigos, dos cocinas, dos lavadoras, sofás, colchones, muebles... Está todo para tirarlo. Las pérdidas pueden ascender a unos 200.000 euros más o menos».
Muebles flotando
El jueves por la tarde, toda la familia de Juani ayudó a esta aguileña en las labores de limpieza. «Nos acostamos de madrugada. Yo cerraba los ojos y solo veía el agua entrar con fuerza y subir al piso de arriba, donde yo estaba con mis nietos. Y también recordaba los muebles flotando y chocando con las paredes. ¡Un horror!», sostiene. «Lo peor de todo es la impotencia que sientes cuando pasa algo así, sin previo aviso».
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Otra de las vecinas que vieron cómo el agua inundaba sus casas fue Isabel Díaz, cuya vivienda también se sitúa en la calle Iberia, paralela a la playa de Poniente. «Yo iba al médico. Escuché un ruido muy fuerte y pensé que mi marido se había caído. Pero era el agua entrando al garaje, a la cocina y a la sala de estar. Me dio una crisis nerviosa y tuvieron que atenderme los sanitarios porque me puse fatal», recuerda. Después de que sus sobrinos le ayudaran a achicar agua y limpiar la casa, esta mujer y su esposo tuvieron que irse a dormir a casa de unos familiares porque «allí no se podía estar. Aparte, le tengo pánico a las ramblas porque provocan cosas como esta».
La zona del auditorio fue otro de los puntos calientes tras la DANA. La rambla de las Culebras se desbordó y «dividió el pueblo». Muchos vecinos, como Antonio David Martínez y Latifa Marcone, no podían cruzar el puente. «Estuvimos toda la mañana sin poder movernos. Era imposible atravesar el puente de tanta agua que había», aseguraron.
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El Ayuntamiento de Águilas montó ayer un operativo especial con el objetivo de llevar a cabo tareas de limpieza de barro y cañas de la vía pública. Desde primera hora de la mañana, efectivos de distintos cuerpos estuvieron poniendo a punto calles y zonas públicas. Las tareas más costosas se llevaron a cabo junto a la rambla del Cañarete, la zona del auditorio Infanta Doña Elena y el punto donde se ubica el mercado semanal, informó el Consistorio.
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