«Nos adaptaremos bastante antes de lo que pensamos»

Tras la Covid-19, es consciente Toledo, testigo del estrés y el miedo que el coronavirus impuso en su hospital –«ahora que se está empezando a salir y en la medida en la que se están abriendo servicios empieza a percibirse menos miedo en los pasillos y en los pacientes», precisa–, de que «algunas personas sufrirán lo que se denomina un trastorno por estrés postraumático», pero la gran mayoría terminará «adaptándose» a una nueva normalidad que, considera, «estamos obligados a que se parezca a la normalidad que deseamos», lo cual pasa «por el factor tiempo».

De ese nuevo escenario lo que rechaza es el miedo, porque puede hacer «más daño». «Ahora hay una sensación de que todo va a ser gris, de que esa nueva normalidad va a ser restrictiva, y personalmente me opongo a que así sea. Debemos tomar conciencia de la situación y prevenir, pero el control no puede ir más allá de saber lo que tenemos que hacer. No hay que incluir el alarmismo, que es diferente del estado de alarma, como motor del control, porque no es bueno. Es mejor educar con conocimiento y no con susto», mantiene.

Insiste Toledo en que «el miedo repartido en forma de aspersor no es bueno» y que «de alguna forma estamos obligados a rebajar la tensión», por lo que «en un plazo muy corto sería positivo infundir mensajes tranquilizadores», que, no le cabe duda, llegarán «de golpe en el momento que tengamos la vacuna».

«Yo viví –recuerda Toledo– el miedo al sida a mediados de los 80, cuando para hacer una extracción había que buscar a un voluntario y las familias no comían con alguien que tuviera la enfermedad; y ¿quién habla hoy del sida? Con esto pasará igual. Se olvidará, como se olvidaron tantas epidemias pasadas, y vendrán otras cosas».

Antes de la Covid-19, añade, la humanidad padeció los estragos de «la gripe española, la viruela, la tuberculosis o la peste, y el mundo se recompuso. Todo volvió a funcionar. Los mecanismos psicológicos de adaptación van más allá de lo que las personas creen», explica Toledo.

Sobre los efectos que el confinamiento dejará en la sociedad, reconoce que «habrá que esperar a ver qué pasa. Esto ha sido un experimento social, una situación nueva en la que muchos se han reencontrado a sí mismos porque no han tenido otra que ponerse a reflexionar», pero lejos de «que a algunos les haya podido beneficiar la idea de parar y vivir sin prisas, lo que abunda son las personas que, pudiendo salir ya a la calle, no lo han hecho».

Añade Toledo que a pesar del sufrimiento que está causando el coronavirus, hará más daño el problema económico que viene, que ya tenemos encima» y «que será diferente a otras crisis anteriores», solo que «ahora estamos preocupados casi en exclusiva por la salud».