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«No soy una asesina». Cristina Elena T., la acusada de matar a tiros a su novio, el italiano Giuseppe Nirta, presunto miembro de la 'Ndrangheta', defendió este martes su inocencia ante el jurado popular que debe dictar un veredicto por el crimen ocurrido en Águilas en el verano de 2017. La procesada, para la que la Fiscalía reclama penas que suman hasta 26 años de cárcel por presuntos delitos de asesinato y tenencia ilícita de armas, descartó que acabase con la vida de su pareja porque «Dios castiga a los asesinos» y expresó su deseo de que éste castigue también «a quienes quieren meter en prisión a un inocente».
A preguntas de la fiscal, Cristina describió la relación de un año y medio que mantuvo con Giuseppe. Un contacto que nació a finales de 2015 en el restaurante de Águilas en el que trabajaba la mujer y al que el italiano acudía todos los días temprano a tomar un café. «Nos veíamos muy poco», explicó Cristina. «Me avisó de que nos íbamos a ver poco porque él tenía su trabajo por Barcelona». La rumana -que está siendo defendida por el abogado Evaristo Llanos- explicó que ambos se comunicaban principalmente por Whatsapp porque él «casi siempre tenía el teléfono apagado y, si lo tenía encendido, no contestaba». Pese a estar juntos durante meses, Cristina aseguró desconocer a qué se dedicaba su pareja o dónde desarrollaba su trabajo. Éste, explicó, le avisaba siempre con poca antelación cuando iba a acercarse a Águilas.
A comienzos de junio de 2017, Giuseppe le comunicó un día antes que se trasladaría a Águilas. El día 9, cuando se produjo el crimen, ambos pasaron parte del día juntos. «A las nueve y media de la noche me recogió de la tienda -que había montado en el municipio- y nos fuimos directos a casa», relató la sospechosa. «Al llegar cogí mi tabaco y mi móvil mientras él cogía la linterna y las llaves», explicó. «Bajando del coche, detrás de él, vi a una persona encapuchada. Dije 'qué es' y comenzó a disparar», aseguró. «Me tapé con las manos y escuché algo pero no sé qué. Me fui corriendo».
Cristina sostuvo que entre ella y el encapuchado siempre estuvo el automóvil. «Nunca me apuntó, pero me fui corriendo porque me podía matar», explicó. «En mi vida he visto violencia. No me gusta ni en las películas». La sospechosa asegura que en su huida, en la que escuchó «seis, siete o más disparos», acabó en una calle sin salida. «Allí me quedé pero pensé que si venía saltaría la valla», relató. En ese momento, con el teléfono de su novio llamó a un amigo de Giuseppe. «No podía llamar al 112 porque cómo le digo dónde estoy», relató. «Vi más cómodo llamar a su amigo».
La fiscal hizo hincapié en algunas diferencias en el relato que la acusada prestó ante el jurado respecto al que desgranó ante la Guardia Civil o la juez de instrucción. «La noche que declaré no me podía tener en pie. No podía acordarme de todo», sostuvo. «Yo nunca he mentido en este caso».
Los investigadores de la Guardia Civil que pusieron nombre a la presunta autora de la muerte de Giuseppe Nirta desgranaron ayer, martes, ante el jurado popular cuáles fueron los pasos que les llevaron a apuntar finalmente a Cristina. «Desde un principio, se vio que no decía la verdad», explicó uno de los agentes.
El teniente que dirigía el equipo incidió, por su parte, en las lagunas que advirtieron en sus declaraciones. «Si es un crimen a un capo de la mafia, hay tantas probabilidades de que esta señora salga viva de ahí como de que se ponga a nevar ahora mismo», subrayó el teniente con más de tres décadas de servicio. Este profesional destacó, sin embargo, que fueron los restos de pólvora en la ropa de la sospechosa los que acabaron incriminándola.
El abogado de la defensa, Evaristo Llanos, por su parte, interrogó a los agentes sobre las numerosas líneas de investigación que el cuerpo exploró durante sus pesquisas. La magistrada presidenta, Concepción Roig, preguntó a los investigadores si esas líneas se cerraron por falta de indicios o porque quedó probada la inocencia de los mismos. «Recopilamos todos los indicios habidos y por haber y no se pudo vincular la participación de ellos en los hechos», incidió uno de los testigos.
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