Los 6.200 alumnos de Selectividad elegirán idioma y no tendrán Filosofía obligatoria
El modelo de examen provisional acordado el pasado año se mantendrá hasta que se alcance el pacto de Estado educativo
Los cerca de 6.200 estudiantes que desde el próximo 8 de junio enfrentan las temidas pruebas de acceso a la universidad realizarán un modelo de exámenes prácticamente idéntico al del pasado curso, cuando tras la derogación de la reválida de la Lomce se acordó aplicar un sistema provisional que apenas presenta variaciones con respecto a la antigua Selectividad. El modelo provisional seguirá en vigor hasta que se alcance el pacto educativo nacional.
Las pruebas de acceso a la universidad son en realidad una copia de las anteriores, con apenas dos variaciones. La primera es que los estudiantes puede elegir el idioma del que quieran examinarse en la fase general, independientemente del que estén matriculados, entre los cuatro contemplados: inglés, francés, alemán e italiano. Así, un alumno que estudia inglés como idioma en el instituto, podrá matricularse en francés si tiene conocimientos de esa lengua y lo prefiere.
La fase general introduce otro cambio en el catálogo de asignaturas obligatorias, que recogen las modificaciones del currículo Lomce: Filosofía no está incluida este año entre las tres materias comunes de la fase general. Hasta el curso 2016-2017, los estudiantes podían elegir entre Historia de España y Filosofía, pero este año no hay opciones, y solo pueden examinarse de la primera materia. Filosofía queda este curso relegada a la fase voluntaria como materia opcional para subir nota.
El número de estudiantes que realicen la fase general de la prueba será similar -a tenor de los matriculados en segundo de Bachillerato- al pasado año: unos 6.200, y varios centenares más en la fase específica. En base a esos datos, el coordinador de las pruebas, Alberto del Valle, calcula que este curso sí serán más los alumnos que escojan materias de Ciencias, ya que se ha observado un repunte de estudiantes de esa rama. «Hemos realizado algunos cambios en los horarios para atender a esa previsión», afirmó Del Valle.
La prueba, como el curso el pasado, se divide en dos fases: una general y obligatoria, que los alumnos tienen que superar necesariamente para obtener el requisito de acceso a cualquier universidad, y en la que se examinan de las materias troncales; y una segunda voluntaria para mejorar la nota con asignaturas de modalidad, y que permite a los estudiantes lograr una calificación más alta para escoger grado. Los exámenes de la fase general mantienen su estructura de siempre: se califican de 0 a 10, y presentan dos opciones (A y B) a elegir por los alumnos, que no pueden combinar cuestiones de los dos modelos. Los estudiantes que quieran lograr el acceso a la universidad tienen que sacar como mínimo una nota media de 4 entre todos los exámenes de la fase general. A partir de esa calificación, se les calculará la nota de acceso ponderando un 40% la calificación de la fase general y un 60% la de Bachillerato. Solo superarán la fase general (y tendrán el acceso) si el resultado de esa ponderación es superior al cinco.
Una vez superado el acceso a la universidad, los alumnos pueden realizar la fase voluntaria con los exámenes de materias de modalidad y opción, que les permiten subir la nota hasta el 14, la máxima de calificación media completado todo el proceso de exámenes y ponderaciones. En la práctica, todos los alumnos realizan esa fase voluntaria si quieren lograr una media que les abra las puertas a elegir el grado que quieren estudiar, ya que de lo contrario la calificación no está en condiciones de competir.
Los alumnos que superan el acceso, la fase general, cumplen los requisitos para cursar enseñanzas de grado superior. El proceso de admisión compete en exclusiva a las universidades, que este curso mantiene también las mismas condiciones para toda España para que el distrito único -que permite a los alumnos optar con su nota a cualquier universidad española sea cuál sea su comunidad de procedencia- siga en vigor.
Los exámenes se realizarán los días 8, 11 y 12 de junio (viernes, lunes y martes), ya que este año la festividad del Día de la Región, el 9 de junio, cae en sábado y no altera el calendario. Las calificaciones se publicarán el 19 de junio, y las peticiones de revisión podrán solicitarse hasta el día 21. La duración de cada examen será de 90 minutos.
Dispositivos prohibidos
Como en años anteriores, los alumnos que se presenten al examen con teléfonos móviles, relojes y pulseras inteligentes «o cualquier otro dispositivo de telecomunicación o almacenamiento de datos» se juegan quedar fuera las pruebas. «La tenencia de alguno de esos dispositivos (encendido o apagado) durante el examen o la utilización de cualquier otro medio fraudulento dará lugar a la anulación completa de la prueba del estudiante por parte de la comisión organizadora», detallan las instrucciones elaboradas por las dos universidades públicas de la Región y por la Comunidad.
