La justicia da carpetazo a otra causa contra el supuesto líder de 'El Chalé'

Los golpes 'antidroga' de la Policía Nacional en 'El Chalé', en el epicentro del murciano barrio de La Paz, no pasan desapercibidos. Las lecheras toman las calles de este conocido enclave y, durante horas, los agentes, protegidos con cascos y chalecos, limpian el que está considerado el mayor centro de distribución de drogas de la capital. La Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) se ha afanado en los últimos años en varias redadas en este importante garito. De acuerdo a sus investigaciones, señala como su presunto cabecilla a Enrique D. C., 'Kiko'. Un joven de 25 años que, sin embargo, acaba de ver cómo, por segunda vez, un juez le exculpa de sus cargos por falta de pruebas.

Un juez de Instrucción de Murcia ha decretado un nuevo sobreseimiento de la acusación de tráfico de drogas que pesaba sobre Enrique D. C. -ya se archivó otro procedimiento en octubre del pasado año-. Este se presentó voluntariamente en la Comisaría, en abril del pasado año, después de que una redada tomase la barriada de La Paz. 'Kiko' había sido detenido meses antes y, de acuerdo a las pesquisas policiales, había vuelto a levantar la persiana de este garito.

Reabren a las pocas horas

La Udyco hizo constar en sus diligencias, a las que ha tenido acceso 'La Verdad', que La Paz, pese a la constante vigilancia, sigue siendo una zona con una «elevada actividad» de tráfico de drogas. En muchas ocasiones, explican los investigadores, los puntos desmantelados son de nuevo reabiertos, incluso pocas horas después de las redadas. A los traficantes, explican, les basta con cambiar la ubicación del garito, aunque siempre dentro del mismo barrio.

Eso fue, a juicio de la Policía, lo que hizo 'Kiko', instalando su nuevo punto de venta en la vivienda de María Dolores M. G., 'La Tonta', en el polígono de La Paz. Al frente, según consta en las diligencias, puso a una persona de su máxima confianza, María José M., 'La Pecosa'. Estas dos mujeres sí serán juzgadas por presuntos delitos de tráfico de drogas . Afrontan una pena de 4 años y dos meses y una multa de 3.000 euros.

'Kiko', según concluyó la Policía, se encargaba de comprar la droga y de mover los hilos del garito, acudiendo únicamente a retirar la recaudación, que podía llegar a los 3.000 euros diarios. Los propios investigadores apuntaban que su presencia en 'El Chalé' «era de manera ocasional», precisamente para que no pudieran relacionarlo con el negocio.

El letrado Raúl Pardo-Geijo, defensor del supuesto cabecilla, se encargó de echar por tierra las investigaciones policiales afirmando que a 'Kiko' solo se le observó una vez en la zona y que fue para acercarse a comprar cocaína, no a venderla. Su recurso convenció al juez y 'Kiko' vuelve, una vez más, a salir airoso.