La mayor organización de peleas de perros se financiaba con dinero del narcotráfico

Las diligencias previas 1.6124/2016 del Juzgado de Instrucción número 3 de Torrejón de Ardoz (Madrid) constituyen una dura prueba hasta para los estómagos más resistentes. Sus más de 3.000 folios, en los que se recogen los resultados de la investigación contra una potente organización delictiva con ramificaciones en Madrid, Murcia, Alicante, Almería y Canarias y con conexiones en medio mundo, conforman un terrorífico recorrido por el infierno de las peleas de perros al más alto nivel: un universo de horror en el que los animales son sometidos a brutales adiestramientos físicos y psicológicos para convertirlos en auténticas máquinas de matar, incluso mediante la administración de fármacos dopantes que disparan su musculación y exacerban su agresividad.

El sumario sobre esta trama criminal, al que 'La Verdad' ha tenido acceso, constituye una sucesión de párrafos e imágenes de imposible digestión. Valga esta muestra: «El 23 de noviembre de 2016, una persona desconocida con marcado acento extranjero se pone en contacto con Reza para ofrecerle un ejemplar de perro de pelea 'champions', que se encontraría en Bulgaria. Queda en enviarle por 'Skipe' los vídeos de la mencionada perra, cuyo precio ronda los 'diez billetes' (diez mil euros, se entiende). Esa misma tarde, Hristov llama a Reza, tratando de persuadirle de que adquiera a la perra. Habla de la existencia de un vídeo que tiene en otro dispositivo móvil y en el que se podría observar cómo este animal arranca el ojo a su adversario. Hristo comenta que la perra ha ganado tres combates, habiendo causado la muerte de todos sus rivales».

En otro momento, el 10 de noviembre de 2016, los investigadores del Grupo de Medio Ambiente de la UDEV Central de la Policía interceptan otra conversación entre dos de los presuntos líderes de la red en Canarias, Ubay y Eloy. Este narra la última pelea. «Pensé que perdía el 'Satán', porque el otro perro empezó de puta madre. Pero después empezó a cambiar el estilo, a metérsele arriba también, y ya el otro empezó a aflojar, y el 'Satán metiéndosele allí».

-«A reventarlo, ¿verdad?», apostilla Ubay.

-«Sí, sí. Metiéndose en los cuartos, en el pecho... Sobre todo en el pecho se le metía. El cabrón se metía en todo: patas, cuartos, cabeza, todo... cambiaba un montón el hijoputa. Perrazo, perrazo».

A lo largo de seis meses de investigación, los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) se sumergieron hasta el cuello en ese submundo de violencia, lo que les permitió ir desenmarañando una amplia red delictiva, montada en torno a las riñas de perros, cuya cúspide se situaba en la localidad de Fuente El Saz del Jarama (Madrid). Allí residía el presunto máximo responsable o 'padrino' de la organización: Ángel O.R., conocido como 'El Maestro' o 'El Profe'. De este hilo fueron tirando hasta determinar que las conexiones no se limitaban a varias provincias del territorio nacional, cada una de las cuales contaba con su supuesto líder (Eloy en Canarias, 'El Seco' en Murcia, Ramón en Almería, Santi 'El Gallego' en A Coruña, Reza en Alicante...), sino que se extendían por muchos países casi de los cinco continentes (Italia, Francia, Méjico, República Dominicana, Emiratos Árabes, Thailandia, Kuwait... ).

Invernaderos de marihuana

Los seguimientos y las escuchas efectuados sobre la banda delictiva permitieron a los miembros de la UDEV constatar que varios de los supuestos líderes no solo eran personas extremadamente peligrosas, en algunos casos con antecedentes por delitos violentos, sino que varias de las tramas regionales tenían claras vinculaciones con el tráfico de drogas.

Las sospechas se confirmaron el pasado febrero cuando, una vez desencadenada la operación policial, fueron intervenidas 800 plantas de marihuana en un invernadero clandestino, cuatro kilos de marihuana ya preparada para su venta, 200 gramos de hachís, 40 gramos de cocaína y más de 30.000 euros en efectivo.

Las gestiones policiales desarrolladas bajo la coordinación del juzgado de Torrejón de Ardoz indican que esta intensa actividad desarrollada en torno a las peleas de perros, y muy costosa por los gastos de crianza y mantenimiento de los canes, asistencia veterinaria, tratamientos con anabolizantes, desplazamientos y grandes apuestas cruzadas en los campeonatos, se financiaba «mediante fondos allegados presuntamente por el tráfico de drogas», según las conclusiones de la UDEV. Al menos las ramas de la organización asentadas en Madrid, Alicante y Canarias estaban supuestamente vinculadas al tráfico de sustancias estupefacientes.

La redada se cerró con la detención de 34 personas, tres de ellas en Murcia, y con el decomiso de 230 perros de razas peligrosas. La actuación policial les ha salvado muy probablemente la vida.