Una mujer se toma un selfi en la plaza de Belluga cuando arreciaba ayer la nevaba.

«Nene, ¿esto es nieve de verdad?»

El nevazo paralizó por unas horas la rutina en Murcia y convirtió calles y jardines en áreas de diversión

Antonio Botías

Jueves, 19 de enero 2017, 01:32

Treinta y cuatro años han pasado desde la última gran nevada que cubrió la ciudad de Murcia de nieve. Y como sucedió aquel 12 de febrero de 1983, la rutina de la urbe también se vio ayer trastocada, sobre todo por el trasiego y alborozo de los miles de ciudadanos que salieron a las calles para disfrutar de lo que se les antojaba casi un prodigio. «¡Qué menos que un selfi, nene!», advertía uno de ellos en plena Gran Vía.

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Durante toda la mañana se multiplicaron en las redes sociales fotografías y vídeos que mostraban a ciudadanos disfrutando de la nevada, aportes mezclados con algún que otro 'meme' sobre la poco frecuente presencia de la nieve en la ciudad. Algunos reconocían que igual es la última vez que veían nevar en la capital. «Pasó hace tres décadas. Y yo tengo ya cincuenta años. No creo que vuelva a verlo...», bromeaba un vecino del centro.

Los efectos negativos, por otro lado, se redujeron a la acumulación de tráfico en algunas avenidas de acceso a Murcia, los inevitables resbalones por la nieve acumulada en las aceras o el corte de un carril en la autovía A-30, a la altura del Puerto de la Cadena, con el desvío temporal de camiones de gran tonelaje hacia el enlace con la autovía de El Palmar. Tráfico prohibió a las 12.24 horas el tránsito de camiones y autobuses sin cadenas o neumáticos de invierno.

De igual forma, la Policía Local procedió a cerrar subidas a la montaña tras detectar la formación de placas de hielo. Eso sucedió, por ejemplo, en los accesos a Torre Guil, en de Sangonera la Verde, donde residen cientos de vecinos. Los controles no impidieron, en cambio, que muchos alcanzaran el Valle Perdido o el santuario de la Fuensanta.

Algarabía en los colegios

La nevada fue más intensa en la Sierra de Carrascoy, donde se esperaba la acumulación de unos 20 centímetros de nieve, y en todas las pedanías de la Costera Sur que lindan con la montaña, aunque el fenómeno se extendió por todo el municipio. Cientos de murcianos, por ejemplo, eligieron la plaza de Belluga para inmortalizar el día junto a la portada de la Catedral y sus tejados cubiertos de nieve. O el césped de los jardines, ayer cubierto de blanco.

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Similar entusiasmo se vivió en los centros educativos. Las clases, aunque de forma temporal, fueron interrumpidas en algunos colegios, mientras en otros se alargaron los recreos para que los más pequeños pudieran disfrutar de unos copos de nieve que, por otro lado, jamás habían visto en estas latitudes. En aquellos centros con jornada partida se registró en las clases de la tarde un gran absentismo. Alrededor de las 13.00 horas, la nieve empezó a cuajar en la ciudad, cubriendo jardines, tejados, terrazas y vehículos estacionados en las calles.

En el Camino Viejo de Monteagudo, una mujer de avanzada edad miraba al cielo con gesto de estupor. «Nene, ¿esto es nieve de verdad?», interpeló a un hombre que pasaba. Si hace 34 años la anciana fue testigo de la última gran nevada en el municipio, ayer ya no la recordaba.

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