«Voy a grabar, porque me parece que los porteros van a por ellos»
«Los dos chicos estaban como asustados», declara en el juzgado la joven que registró con su móvil la brutal agresión a un cliente del 609
Ricardo Fernández
Sábado, 24 de diciembre 2016, 01:21
La actitud que mostraban los cuatro porteros y la velocidad con la que pasaron a su lado fueron elementos suficientes para convencerla de que el asunto podía acabar mal. «Saqué mi teléfono y le dije a mi amiga: 'Voy a grabar porque me parece que van a por ellos'». Unos segundos más tarde registraba en vídeo la brutal agresión del ciudadano búlgaro Hristo I.K. a un joven de Alcantarilla, Andrés M.C., quien a consecuencia del golpe sufrió lesiones craneales tan severas que permanece en coma desde hace 23 días.
La mujer que grabó la agresión, uno de los testigos principales del caso, prestó ayer declaración en el Juzgado de Instrucción número 9 de Murcia, que coordina la investigación por un supuesto delito de tentativa de homicidio, y ofreció detalles de gran valor sobre la forma en que se desarrollaron los hechos.
Así, explicó que la tarde del pasado día 11 estuvo en el local de copas 609 en compañía de una amiga y que, cuando abandonaron el pub, observaron en la puerta a Andrés y un amigo, que ya se estaban marchando. En ese momento, uno de los dos chicos le dio una patada a una botella de plástico, «que tenía ya poca agua», y el envase impactó en el cristal del establecimiento sin llegar a golpear a nadie».
La testigo y su amiga iban en la misma dirección que Andrés y su colega, quienes se encaminaban hacia Santa Isabel. «Al ir llegando a la plaza, los porteros nos adelantaron. Era cuatro. Por su actitud, porque iban rápido y nos adelantaron todos a la vez, saqué mi teléfono y le dije a mi amiga: 'Voy a grabar porque me parece que van a por ellos'».
Añadió que cuando estaba manipulando el móvil para activar la cámara escuchó al portero argelino, Djamal, que se dirigía a los dos jóvenes con un '¿qué estáis haciendo?'. Seguidamente, «cogió por el pecho a uno de ellos -al amigo de Andrés- y amenazó con darle un cabezazo, aunque finalmente no lo hizo. Le rompió un poco la camisa».
«Ni insultos ni amenazas»
Los dos chicos, aseguró en su declaración, «querían irse y estaban como asustados. Su actitud era normal y yo no los escuché insultar, ni amenazar, ni tener actitud como de querer agredir a alguien del grupo», afirmó.
Sin embargo, explicó que «cuando parecía que todos se iban a ir, el hombre ese le dio un puñetazo y (Andrés) cayó inmediatamente al suelo».
La testigo sostiene que los cuatro porteros, entre quienes se encontraba en apariencia el jefe de seguridad del 609, «se dieron la vuelta mirando al frente, sin mirar a nadie, y no vi que ninguno de ellos avisara a la Policía ni a una ambulancia». A preguntas del letrado que ejerce la acusación particular en representación de Andrés y su familia, Pedro López Graña, la mujer insistió en que «era evidente que el chico necesitaba ayuda urgente y ninguno se le acercó para prestarle auxilio».
Al contrario, la autora de la grabación, quien durante un tiempo estudió enfermería, explicó que ella dejó de grabar y se aproximó al herido. «Andrés se estaba ahogando. Lo puse en posición de seguridad (tendido sobre un costado) y enseguida llegó un policía local. Le dije que tenía una grabación de lo que había ocurrido y se la pasé por WhastApp a dos de sus compañeros. Me quedé allí hasta que llegó la ambulancia, que fue enseguida».
Los abogados del principal acusado, Pablo Ruiz Palacios y Jorge Novella, interrogaron a la mujer acerca de la situación que se vivió a las puertas del local 609 antes de que ella saliera a la calle con su amiga. Sin embargo, la testigo reconoció que «solo llegué a ver cuando le dieron una patada a la botella y desconozco lo que ocurrió antes».
Se pierde una declaración
Además de la autora de la grabación, ayer también declaró como testigo el joven que acompañaba a Andrés cuando fue golpeado. Sin embargo, la transcripción de sus manifestaciones se perdió a consecuencia de un fallo del sistema informático del juzgado, lo que ha obligado a citarle de nuevo para dentro de unos días con el fin de que vuelva a ofrecer su testimonio.