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Antonio Alcaraz y su marido, Jan Santos, posan en el restaurante.

Ensalada murciana en Río

El restaurante de un lorquino en Brasil ha sido seleccionado por el Comité Olímpico como Casa de España

INMA RUIZ / EP

Jueves, 11 de agosto 2016, 01:15

El restaurante Entretapas, que regenta el empresario lorquino Antonio Alcaraz junto a su socio y marido Jan Santos en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, ha sido seleccionado por el Comité Olímpico Español (COE) como Casa de España en las olimpiadas. El reconocimiento supone que el local está siendo lugar de encuentro, convivencia y celebración de los atletas, equipos técnicos y en general de la familia olímpica desplazada estos días al país suramericano.

«Los atletas se vuelven locos por la tortilla de patatas y el jamón, las habitas con jamón y los churros con chocolate. Echan de menos los productos de su tierra cuando están fuera», comenta el empresario, de 46 años, a 'La Verdad. Pero la medalla de oro se la llevan las croquetas de jamón que salen de la cocina de este establecimiento. «Vuelan», bromea.

Dentro del menú no faltan los platos típicos murcianos, como los paparajotes, la ensalada murciana, los montaditos con sobrasada y queso, el arroz con pavo típico lorquino o «las empanadillas como las que hemos comido toda la vida en mi casa de Lorca».

La elección de su restaurante como Casa de España en los Juegos no ha sido al azar. Desde la apertura de Entretapas, hace poco más de cinco años, Alcaraz y su socio han conseguido que las tapas y la cocina españolas ocupen un lugar importante dentro del circuito gastronómico de la ciudad carioca.

En este periodo son varios los reconocimientos y premios que ha recibido el restaurante, que ya cuenta con dos establecimientos en Brasil. El más importante es el premio especial por haber construido el primer restaurante sostenible en el país y haber obtenido por dos años consecutivos la clasificación especial 'Bib Gourmand' en la Guía Michelin, por ofrecer «excelente gastronomía a buen precio».

Premios y reconocimientos

Santos es actualmente uno de los cocineros más reconocidos en el panorama brasileño. Trabajaba en el mercado financiero, pero, tras pasar una temporada en España, se enamoró de su gastronomía y decidió cambiar de oficio. «Buena parte de la responsabilidad de que Jan se dedique a esto la tiene mi madre, que es una excelente cocinera. Hace unas migas que se te saltan las lágrimas», declara Alcaraz, emocionado.

Santos, junto con el cocinero vallisoletano Paco Criolla, que desde hace 24 años acompaña al COE, prepararán hasta el 21 de agosto menús especiales en los que destacan los productos españoles, con cientos de platos diferentes.

Ahora, el mayor premio es haber sido escogidos por el Comité Olímpico. «Es un honor. Nuestro reto es dejar buen sabor de boca y divulgar la cocina de España a través de nuestros platos». Asegura que «tenemos una gran responsabilidad, pero para mí es un orgullo poder estar representando a la cultura gastronómica española en un evento tan importante». Lo siente como «un reconocimiento a todo el trabajo que hicimos solos durante cinco años».

Antonio Alcaraz está entusiasmado con esta experiencia, que considera un sueño. «Disfruto estando cerca de los deportistas que nos representan con tanto esfuerzo. Me siento honrado de poder contribuir a que sus momentos de conmemoración tras la victoria o de relax entre pruebas sean más divertidos y tengan sabor español». «La fiesta para los que obtengan medalla está garantizada en nuestro local, lo hemos preparado para que sea una celebración por todo lo alto. El ambiente que se crea es muy bonito, se sienten en su casa».

Cuarenta empleados están a disposición de los comensales en la Casa de España en los Juegos Olímpicos, y Antonio y su pareja han acondicionado el restaurante «para que todos ellos estén lo más cómodos posible y se sientan como en casa». Tienen una zona de comedor y otra de tapas, en la que la rotación de pinchos es continua.

Conservas y embutidos

El empresario lorquino espera que este reconocimiento sirva para que se conozca que el mercado de Brasil ofrece «un potencial impresionante» para poder vender los excelentes productos que existen en toda la geografía española y, en especial, las conservas y los embutidos murcianos.

Antonio está convencido de que las tapas son algo más que una manera de comer. «Son una forma de relacionarse mientras se comparte la comida, que es la esencia de la cocina de diferentes regiones. Es un producto genuino de la marca España, y hay que exportarlo».

Antonio Alcaraz lleva fuera de Lorca desde los 18 años, pero vuelve con frecuencia a visitar a su familia, que reside en el barrio de La Viña. De hecho, cuando acaben los Juegos Olímpicos de Río tiene previsto viajar a la Región para encontrarse con los suyos, familiares y muchos amigos que dejó aquí antes de marcharse a estudiar a la Universidad. Tras dirigir en Murcia el periódico comercial 'Anunciorama', viajó a América como directivo del mismo grupo editorial. Después, vivió en varios países de Suramérica hasta que fijó su residencia en Río de Janeiro, la ciudad que lo ha laureado como 'olímpico'.

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