PP, PSOE, C's y Unidos Podemos se enzarzan en un intenso debate a la caza de los indecisos
La política económica, la corrupción y el agua centraron la discusión, en la que primaron las críticas sobre las propuestas
Julián Mollejo
Viernes, 17 de junio 2016, 02:27
Fueron más de dos horas intensas, vibrantes, con momentos incluso tirantes entre los oradores. Un ejercicio de ataque y defensa a la búsqueda de los más de un tercio de los electores que, según la última encuesta del CIS, aún no tienen claro a quién votaran el 26J. El debate celebrado ayer en el Cuartel de Artillería, de Murcia, organizado por 'La Verdad' y la Universidad de Murcia, sirvió a los primeros espadas de las listas del PP, PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos para marcar su territorio y reafirmar sus diferencias.
Ni siquiera en los problemas básicos de la Región, esos que todos recitan de memoria -agua, AVE, paro, financiación autonómica...- hubo posibilidad de acuerdo. Teodoro García (PP), María González Veracruz (PSOE), Javier Sánchez (Podemos), y Miguel Garaulet (Ciudadanos) dedicaron más tiempo al reproche que a defender sus propuestas, se emplearon, antes que a tender la mano, a quemar puentes. Las flexibles normas -sin bloques predeterminados ni preguntas pactadas y con amplia libertad de palabra para los participantes- que fijó el moderador, el subdirector de 'La Verdad', Joaquín García Cruz, permitió que la disputa dialéctica fuera ágil y entretenida, con continuos cuerpo a cuerpo.
Hubo un engañoso atisbo de consenso al principio, cuando al enunciar las dos medidas más urgentes para cada candidato, tres de ellos citaron la mejora de la financiación autonómica. El de Unidos Podemos se desmarcó al apuntar el cambio de modelo productivo junto con su paquete de medidas de emergencia social. Con alguna diferencia, Ciudadanos y el PSOE también aludieron al tema social, el primero para defender un plan de choque global y el segundo para proponer actuaciones que atajen la pobreza infantil.
El cabeza de lista del PP, por su parte, ponía el énfasis en la rebaja de impuestos y desataba el primer rifirrafe. Garaulet le echó en cara cómo podían prometer una rebaja de impuestos «con el agujero de 10.000 millones de euros que habéis creado»; González Veracruz sacó a relucir los recortes en el gasto social realizados por el Gobierno de Mariano Rajoy y que han supuesto que «a un chico con un tumor en la cabeza le den cita para septiembre».
Una caja de medicamentos
Teodoro García, más curtido en la lucha en corto, llegó al debate equipado de fotos, recortes de prensa, vídeos e incluso de medicamentos. Le faltó tiempo, cuando oyó hablar de los recortes, para exhibirlos: «Este medicamento cuesta en Estados Unidos 85.000 dólares; en Francia, 50 euros, y en España, gratis. Gracias a este medicamento, mil murcianos pueden tratarse de la hepatitis C», comentó.
Las preguntas del moderador y la iniciativa de cada uno fueron marcando el debate, de forma que los intervinientes solo tuvieron dos minutos de libertad para exponer al auditorio los mensajes que desearan, uno al inicio y otro al final. Y ya en el primero de ellos quedó clara la intención de cada uno.
Teodoro García quiso siempre sacar pecho de la gestión económica del PP que, a su juicio, «ha puesto a España en la senda del crecimiento y la reducción del déficit»; González Veracruz presentó al PSOE como el único capaz de «recuperar todo lo perdido» y «garantizar el cambio»; Garaulet reivindicó a Ciudadanos como la única alternativa viable entre las opciones del «más de lo mismo y las políticas populistas más propias del siglo XIX que del siglo XXI», y Javier Sánchez presentó a Unidos Podemos como la mejor apuesta para formar «un gobierno valiente y patriótico» que asegure un golpe de timón hacia políticas progresistas.
A lo largo del debate, cada uno procuró no salirse de esta estrategia, la de singularizar su discurso y desacreditar los del resto, por lo que la percepción final que dejaron es que son muchas más las cosas que les separan de las que les unen. En contra de lo que pudiera preverse con antelación, en muchas fases ni siquiera fue un todos contra el PP, sino un todos contra todos.
Se habló del Mar Menor, y si bien los tres partidos de la oposición coincidieron en cargar la responsabilidad al PP -Veracruz incluso sacó a relucir los casos de Acuamed, Novo Carthago y el vertedero de Abanilla-, se apreciaron matices en sus propuestas de solución a la agonía de la laguna salada.
Sobre el soterramiento del AVE, que se planteó a través de una pregunta formulada por el presidente de la Plataforma Pro Soterramiento, Joaquín Contreras, presente en el debate, PSOE, C's y Unidos Podemos volvieron a aproximarse al apostar por el proyecto integral, en contra del PP, que defendió la configuración en marcha. Sin embargo, lo más destacable fueron las embestidas a los populares. «Es un partido de cartón piedra, porque solo inaugura maquetas», indicó Javier Sánchez.
El agua, caliente
Incluso sobre el agua hubo disensiones, unos para apostar por un nuevo Plan Hidrológico Nacional (PP y C's) y otros para poner el énfasis en el abaratamiento del agua desalada mediante la aplicación de la energía fotovoltaica, aunque con el importante matiz de que Unidos Podemos planteó futuras alternativas a un trasvase del Tajo que considera amenazado por el cambio climático, mientras que los socialistas consideran esta infraestructura, al menos en Murcia, intocable.
Los momentos más intensos se produjeron durante el tiempo dedicado a la corrupción. El número uno del PP abrió el fuego presumiendo de que «en esta legislatura se ha aprobado el mayor paquete de medidas contra la corrupción», lo que alborotó a sus interlocutores.
«Me da vergüenza como murciana hablar de Cámara, Bascuñana, Cerdá e incluso de Valcárcel y de Pilar Barreiro, candidata del PP», dijo la candidata socialista. «Independientemente de la presunción de inocencia, que respeto, hay una responsabilidad política», agregó.
Teodoro García, que acusó al PSOE de «perseguir a inocentes en la Región» y le recordó a Ciudadanos el 'caso de las facturas' de la Asamblea, a punto estuvo de enfadar con sus continuas interrupciones a Veracruz, quien negó toda credibilidad al PP para «regenerar este país». Mientras que Javier Sánchez proponía una oficina especial contra la corrupción y reconocía las reformas llevadas a cabo por los populares, «pero en la sede de la calle Génova», en referencia a las obras sufragadas supuestamente con dinero negro. Garaulet tampoco se libró de recibir los reproches del candidato de Unidos Podemos por «mantener a un presidente bajo sospecha», a lo que el de Ciudadanos, que antes le había tachado de populista, contestó que «aún no está imputado».
El rector de la UMU, José Orihuela, siguió desde la primera fila el debate, acompañado de la presidenta de la Asamblea, Rosa Peñalver, la consejera de Cultura, Noelia Arroyo, y el presidente del Consejo Social de la UMU, Javier Ruano.