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Familias que habitan infraviviendas, ayer, narrando su situación en las jornadas de La Merced.

«Nuestro mayor deseo es tener casa»

Personas que habitan en chabolas relatan sus duras condiciones de vida ante los políticos encargados de buscar solución al problema

Jorge García Badía

Viernes, 27 de mayo 2016, 00:43

Cada vez que echaba viajes a las fuentes públicas para rellenar garrafas y las transportaba por las calles de Churra, cargándolas en un carrito, «sentía vergüenza y mucha impotencia». Pero a Isabel y Pedro no les quedaba otra alternativa: «De 2009 a 2012, vivimos en una casa que iban a derribar; no teníamos agua ni luz, recogíamos chatarra para ganar dinero». Había días que no llegaban a ganar ni 10 míseros euros.

Ese duro testimonio fue uno de los que ayer narraron sus protagonistas, en la jornada sobre exclusión residencial extrema, celebrada en el hemiciclo de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia, en el campus de La Merced. La iniciativa, organizada por el Colectivo de Familias sin Vivienda, en colaboración con la Asociación Habito, cambió el rol de los políticos, que en vez de dar discursos, se sentaron entre el público a escuchar. Ese fue el caso de la edil de Derechos Sociales, Conchita Ruiz; la directora general de Familia y Políticas Sociales, Verónica López...

Isabel y Pedro están «casados a lo gitano» y su situación ha cambiado poco en los últimos años. Cuando una promotora inmobiliaria dejó hecho un solar su 'hogar', la alternativa fue hacerse ocupas. «Mi cuñada me dio la llave del piso que había ocupado en Los Ramos». Ahora, al menos, tienen suministro de luz (aunque con un enganche ilegal) y un depósito de agua que les instaló Cáritas. «Nuestro mayor deseo es tener casa».

Para ello necesitan un empleo y nadie contrata a Isabel, pese a que estudió la ESO y cuenta con varios cursos, como uno de cocina. «A veces me llaman para limpiar». Pero a sus 26 años reconoce que «nunca me han hecho un contrato». Su marido se busca la vida como puede. «Me voy al mercado y vendo cosas hasta que me pillan y me echan». El dinero no le llega para pagar una licencia y darse de alta como autónomo.

El objetivo de la jornada era dar visibilidad a personas como Isabel y Pedro, para las que el artículo 47 de la Constitución, que establece el derecho a disfrutar de una vivienda digna, es una utopía. Según la Asociación Habito, en Murcia 115 familias residen en infraviviendas. Desde chabolas a caravanas, incluso cuevas y casas derribadas y abandonadas en zonas de huerta, en la orilla de la vía del tren de Santiago el Mayor, en la Senda de Granada de Churra...

En Alcantarilla, el chabolismo da cobijo a 25 familias entre el paraje de El Campico y la carretera de Barqueros, y en Mazarrón, a 10. En esos tres municipios, algunas familias están pasando del chabolismo histórico a la ocupación de viviendas. Así ha ocurrido en Los Rosales de la pedanía murciana de El Palmar, y en Alcantarilla ha habido ocupaciones de pisos en el barrio de San José Obrero y en La Asunción.

Presión policial

«El problema es que al final se criminaliza el no tener una vivienda», lamentó la coordinadora de Habito, Lola Martínez. De hecho, en la jornada el Colectivo de Familias sin Vivienda leyó un manifiesto en el que exponen que «esta realidad afecta a todos los ámbitos de nuestra vida: a nuestra salud física y mental y la de nuestros hijos, a nuestra higiene, a nuestra posibilidad de acceder a un empleo, a nuestro estado anímico y a nuestra autoestima (...). La Policía nos presiona para que abandonemos la chabola, el derribo, o el terreno en el que estamos alojados (...)». A juicio de Martínez, «la solución más inmediata para estas familias sería el alquiler social. En la Región, según la Cámara de Comercio, hay 129.000 viviendas vacías». El alquiler tendría que amoldarse a los ingresos de cada unidad familiar. «No tienen unos mínimos garantizados, se buscan la vida como pueden».

De momento, el Ayuntamiento de Murcia constituirá el próximo martes la comisión para la promoción del alquiler social. A pesar de que la constituirá con dos meses de retraso, el edil de Cambiemos Murcia Nacho Tornel se mostró esperanzado en que el Consistorio «se ofrezca como mediador con los propietarios de viviendas vacías y bancos para favorecer el alquiler. Ese modelo ya funciona en Bilbao». El edil de Ahora Murcia Luis Bermejo alertó de que «si no actuamos diligentemente, el problema se acumula y el tiempo juega en nuestra contra».

Como ejemplo expuso que el plan de erradicación del chabolismo del Ejecutivo regional dispone de fondos Feder de Europa para actuar en Murcia, Alcantarilla y Mazarrón, pero en la capital murciana «se convocó un concurso en 2015 para comprar nueve viviendas y quedó desierto. No se ha hecho nada con esa partida de 662.500 euros». Durante la jornada se celebró un debate y se visionó el vídeo '¿Qué es para ti una casa?'. Las familias que narraron sus dramas sabían qué responder a esa pregunta, aunque no han experimentado el calor del hogar.

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