Cómo doblegar al etileno

Impedir que las frutas y hortalizas, como diría un castizo, se echen a perder antes de tiempo. Este es el objetivo que se marcó el ingeniero Juan José Caravaca cuando decidió inventar un sistema que evitara la pérdida de producto, así como de su calidad y aspecto, lo que redundaría en un mayor ahorro para los agricultores murcianos, así como para los transportistas. Y la clave residía en dominar el etileno.

El etileno es una hormona vegetal que liberan de forma natural las frutas, hortalizas y flores cuando se inicia el proceso de maduración, que además lo acelera incluso después de ser recolectadas. El problema surge cuando son almacenadas en lugares cerrados, como cámaras frigoríficas o camiones, donde se incrementa la concentración de etileno y, por tanto, se acelera la maduración.

Consciente de esta desventaja, que hace menos competitivos los productos en los mercados, Juan José Caravaca ideó un filtro, de nombre Keepcool, también natural y ecológico, que permite la absorción de etileno para transformarlo en dióxido de carbono -que destruye las bacterias- y en agua que, entretanto, evita la desecación.

El filtro, además, permite depurar la atmósfera sin efectos secundarios para los alimentos ni las personas. E incluso elimina los olores en las cámaras y frigoríficos. Caravaca destaca que, entre otros beneficios, incrementa el tiempo de conservación, disminuye el desarrollo de hongos y de malos olores y frena el ataque de microorganismos perjudiciales para los productos hortofrutícolas.

Aplicación en los hogares

Entre las herramientas que ofrece en su página web, Caravaca incluye una curiosa calculadora que permite a los agricultores murcianos determinar «el ahorro que se obtiene» al utilizar estos filtros de etileno. La calculadora se ha desarrollado con los datos obtenidos en pruebas certificadas por el Centro Tecnológico Nacional de la Conserva. Por ejemplo, en el caso de una producción de un millón de quilos de brócoli, tras un almacenamiento de 8 días es posible recuperar hasta 21.000 quilos; cantidad que asciende a 30.000 quilos si se mantiene almacenado 21 días. El reducido coste del filtro, como advierte el inventor, «hace muy recomendable su empleo porque el beneficio es inmediato».

Entretanto, también ha comenzado la expansión del producto en varios mercados internacionales. En más de una ocasión, como destaca Juan José, le han preguntado si la patente era americana o israelí, «y con mucho orgullo les he respondido que es 100% murciana». El siguiente paso de la investigación, ya en marcha, es el desarrollo del producto para su instalación en los frigoríficos de las hogares.