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Los jóvenes agredidos atienden a 'La Verdad'.
«Nos sentimos desatendidos en un país extraño»

«Nos sentimos desatendidos en un país extraño»

Tres universitarios murcianos denuncian la desidia del Consulado y la policía húngara tras sufrir una agresión en un club de Budapest

Alicia Negre

Viernes, 4 de marzo 2016, 20:23

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Pablo, Luis y Eliseo ya descansan en Murcia tras una experiencia que les costará tiempo dejar atrás. Estos tres universitarios murcianos sufrieron a finales de febrero una agresión durante un viaje a Budapest, la capital húngara, que obligó incluso a Eliseo a entrar en quirófano. «Me dieron un golpe muy fuerte en la cabeza y perdí el conocimiento», recuerda el joven. «Luego me pisaron en el estómago y me reventaron el colon». Unos hechos por los que, explican, fue detenido el portero de un club de 'striptease' de la ciudad. Este grupo de jóvenes denuncia, sin embargo, que en todo este via crucis estuvieron muy solos y lamentan la desidia de la policía húngara y el Consulado. «Nos sentimos totalmente desatendidos en un país extraño».

Estos tres amigos se marcharon a Budapest a mediados de febrero para disfrutar de un viaje de seis días de duración. La madrugada del 18 de febrero salieron a conocer la noche húngara y, de regreso a su hotel, les invitaron a entrar en un local de 'striptease'. Una vez dentro Eliseo contrató un baile privado que les dijeron que le costaría 20.000 florines (unos 65 euros). Según relatan estos jóvenes, una vez finalizado, un portero, jefe del local, les exigió el triple del dinero pactado, lo que originó una discusión en el transcurso de la cual dos porteros golpearon brutalmente a Eliseo.

Tras escapar a toda prisa del local, estos jóvenes murcianos llamaron a Emergencias y esperaron en los alrededores la llegada de la Policía. Los agentes les pidieron que les acompañaran dentro del club para tratar de identificar a los agresores. «Al llegar vimos como el jefe se metió corriendo dentro de la sala mientras el resto se quedaban impasibles frente a la puerta, incluidos los que habían pegado la paliza a Eliseo», explican. «Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando les vimos salir y decirnos que allí dentro no estaba, tras lo que empezamos a sospechar. Se acrecentó al ver que varios policías hablaban amigablemente con algunos porteros».

Tras la supuesta identificación, La Policía se llevó a Eliseo dando a sus amigos la dirección de una comisaría donde podrían encontrarlo. «Prácticamente no recuerdo nada de aquello», explica Eliseo, que, según explica, ya sufría una rotura de colon que se vio obligado a soportar durante horas antes de ser atendido en un hospital. El joven se volvió a reencontrar con sus compañeros en las instalaciones policiales. «Eliseo emitía fuertes quejidos de dolor», explica Pablo. «Respiraba con dificultad y nos dijo que le dolía mucho el estómago». Pese a ello, aseguran, los agentes no les dejaron acercarse a él ni le prestaron atención médica. «No entendíamos nada, nos ignoraban y no respondían a nuestras preguntas».

La desesperación de estos jóvenes murcianos les llevó a tratar de buscar ayuda en la Embajada de España en Budapest donde, según explican, les contestaron que «esos eran los trámites habituales y que no se podía hacer nada». Sobre las siete de la mañana, Pablo y Luis, ante los alaridos de su amigo, decidieron tomarlo en brazos y tratar de salir de la comisaría, pero, según explican, los agentes se lo impidieron. Poco después les dejaron marcharse, pero sin ninguna explicación. En taxi se dirigieron a un hospital donde, tras la práctica de unas pruebas, se confirmó que Eliseo tenía una herida interna y fue intervenido quirúrgicamente. «El médico me dijo que si hubiese estado dos horas más sin recibir asistencia médica hubiera muerto», explica Pablo.

Los padres de estos jóvenes viajaron a la capital húngara y pidieron una reunión con la embajada en la que, según remarcan, solo se les recordó que no se aconseja la entrada a este tipo de clubs. «Sé que hicimos mal entrando a ese local», subraya Pablo, «pero eso no quita la desatención médica por parte de la Policía y la ausencia de auxilio de la embajada».

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