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El supuesto autor de la agresión, Richard P. C., declara junto al otro acusado, Diego M. M.
Asegura que ayudó a un amigo a violar a una joven porque estaba amenazado

Asegura que ayudó a un amigo a violar a una joven porque estaba amenazado

El supuesto autor de la agresión sexual niega los cargos y sostiene que las relaciones fueron «consentidas»

Alicia Negre

Miércoles, 2 de marzo 2016, 01:43

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¿Puede el temor a ser agredido justificar la participación en la violación de una joven? La Audiencia Provincial de Murcia deberá tomar parte en las próximas semanas en esta difícil controversia. Diego M. M., un vecino de Jumilla, de 22 años y nacionalidad ecuatoriana, se enfrenta a seis años de prisión acusado de colaborar en la agresión sexual a una mujer de la localidad. El joven reconoció ayer ante el tribunal que llegó a sujetar a la víctima por los hombros mientras su amigo Richard P.M. -que afronta una pena de 14 años de cárcel- la forzaba. «Me amenazó con que me iba a pinchar si no le ayudaba», explicó. «Estaba atemorizado y no tuve más opción».

Los hechos que ayer se juzgaron en la Audiencia se produjeron en la mañana del 3 de septiembre de 2014 en la vivienda que el principal acusado, Richard, tiene en Jumilla. Allí habían llegado los dos amigos y la víctima tras una noche de fiesta en la que -en eso coinciden todos- se excedieron con la cerveza. Diego M. explicó que, una vez en el domicilio, se quedó dormido y que, al volver en sí, se percató de que estaba solo y subió el dormitorio. «Vi que (Richard) estaba forzando a la mujer quitándole las bragas», relató. «Ella estaba llorando y tratando de cerrar las piernas». Tras ser sorprendido por su amigo, este joven asegura que le amenazó para que se sumase a la violación. «Hice el paripé porque la mujer no hacía fuerza ni nada», sostuvo. «Yo le pillé y él me quiso implicar para que yo también estuviese en el ajo».

La versión de este joven fue ayer respaldada, en parte, por la propia víctima que aseguró haber escuchado a Richard amenazando a Diego con «pincharle» si no participaba en la agresión. La mujer relató que acudió a la vivienda con los dos acusados, a los que conocía del municipio, y que, tras un rato bebiendo, quiso marcharse de la vivienda. «Diego le dijo 'déjala ir', pero Richard me dijo 'no te vas a ir' y me jaló por los pelos», explicó. Tras darle una bofetada, la subió a un dormitorio donde, según la versión de la víctima, consumó la agresión. La mujer aseguró que, mientras era forzada, Diego la sujetaba de los hombros y que ella trataba de liberarse con las piernas, pero «Richard me daba puñetazos». Una vez que logró zafarse, la víctima asegura que el supuesto colaborador le hizo una señal para que abandonase la habitación aprovechando un descuido de su amigo. La mujer corrió a casa de unos amigos, que la atendieron y alertaron a la Guardia Civil.

El relato de la víctima y del supuesto colaborador disienten totalmente de la versión que el principal acusado desgranó ante el tribunal. Richard P. M. reconoció haber mantenido relaciones sexuales con la víctima, pero sostuvo que estas fueron consentidas. Este joven explicó que, una vez en la vivienda, la mujer se había adentrado en un dormitorio con su amigo para tener sexo, pero que, dada la gran cantidad de alcohol que este había tomado, no fue posible. Tras este intento fallido con su compañero, aseguró, la joven «empezó a tocarme y mantuvimos relaciones sin condón».

Ante esta versión, el fiscal preguntó al procesado por los numerosos hematomas que la joven presentaba en el rostro y el cuerpo y este los justificó en su elevada tasa de alcohol. «La señora se caía cada dos por tres», sostuvo. «Estábamos los tres borrachos perdidos». Richard explicó, además, el hecho de que la mujer saliese corriendo y llorando de la casa en los insultos que supuestamente su amigo le dirigió al ver que se había acostado con él.

En la mañana de ayer también declararon algunos miembros de la Guardia Civil y de la Policía Local de Jumilla que atendieron a la mujer tras la agresión. «Nos costó mucho hablar con ella porque no paraba de llorar», explicaron. «Estaba totalmente aturdida». La vista continuará el 8 de marzo con las periciales y los informes de las partes.

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