Los letrados disponen de un día para decidir si Valcárcel declara 'en abierto'

El expresidente de la Comunidad Autónoma Ramón Luis Valcárcel tiene previsto presentar a primera hora de esta mañana un escrito en la Asamblea Regional solicitando que sea pública su comparecencia de mañana en la comisión especial que investiga la desaladora de Escombreras. El portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Víctor Manuel Martínez, dijo que hay tiempo para que se pronuncien los letrados de la Cámara y los grupos parlamentarios, que dispondrán de 24 horas. Fuentes del PP indicaron que el escrito del vicepresidente del Parlamento Europeo renunciando al secreto de su declaración no pudo llegar ayer antes de que se cerrara el Registro del Parlamento.

En una escueta nota dirigida a la presidenta de la Asamblea, Rosa Peñalver, el expresidente regional piensa comunicarle su renuncia personal y formal a cualquier derecho de reserva de su comparecencia. Considera que nada de lo que pueda decir o informar no puede ser de general conocimiento. Puntualiza que se trata de una decisión personal que no pretende vincular al resto de comparecientes y mucho menos interferir sobre la decisión que tome el Parlamento en este tema.

¿Un as bajo la manga?

A pocas horas de que los partidos abran fuego con sus preguntas a los comparecientes en la comisión de Escombreras, el primero de ellos, el expresidente Valcárcel, quiere acudir a pecho descubierto pero todavía no sabe si podrá hacerlo. Aunque el trámite parece sencillo, requiere primero de un análisis jurídico de la situación, ya que el reglamento de la Cámara establece el carácter secreto de las sesiones. Si los letrados no ponen objeción, la palabra decisiva será de los cuatro grupos políticos.

Hay unanimidad en el PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos en que sea público el contenido de las declaraciones en todas las comisiones. Los tres partidos de la oposición defienden que eso pueda ser así con el solo hecho de que exista un acuerdo previo de todos ellos. El PP es partidario de una reforma previa del reglamento que ya ha impulsado. Pero en este caso no se opondrá.

«Como presidente de la comisión, he hecho votos para que las comparecencias fueran públicas. Si Valcárcel quiere que lo sea la suya, miel sobre hojuelas, porque redunda en transparencia. Es bueno que la gente sepa lo que está pasando», declaró ayer el diputado Miguel Sánchez, portavoz de Ciudadanos.

Aun así, en el PP defienden la decisión de Valcárcel porque dicen que no tiene nada que ocultar sobre la gestión de la desaladora. Su decisión puede sentar un precedente en la Cámara, que condicionará las comparecencias de otros políticos y técnicos citados para dar explicaciones sobre la infraestructura de Escombreras, incluso a quienes sean llamados a dar explicaciones sobre otros asuntos que también han comenzado a ser investigados en el Parlamento: el aeropuerto de Corvera y el auditorio de Puerto Lumbreras.

En la oposición recelan de que el vicepresidente del Parlamento Europeo dé tantas facilidades sobre un asunto que preocupa a los populares, tanto por el elevado coste de la planta como por la investigación judicial en marcha. Dan por hecho que Valcárcel se guarda un as bajo la manga, como que al final no declare, pues solo está obligado a comparecer pero no a contestar. O que responda solo las preguntas de los representantes de su partido y deje en el aire las del resto. Incluso en los análisis de situación que realizan los diputados ante un escenario sin precedentes en la Asamblea, hay quien baraja que Valcárcel pueda limitarse a leer una declaración y no admitir cuestiones.

¿Se cruzará con Garre?

La comparecencia del expresidente está prevista a las diez de la mañana. Unos minutos antes será recibido por la presidenta del Parlamento, Rosa Peñalver, quien le dará la bienvenida y le acompañará a la sala Alfonso X de la Asamblea Regional. Allí, le recordarán cuáles son sus derechos y obligaciones. Podrá acudir acompañado de un asesor técnico o un abogado.

Los asesores del expresidente ya se han dirigido a los servicios del Parlamento para conocer cómo accederán al edificio del Paseo de Alfonso XIII de Cartagena y si habrá periodistas en la antesala. También realizan cálculos para evitar un encuentro público entre Valcárcel y quien fue su sucesor, Alberto Garre. Ambos no coinciden en la Asamblea desde la toma de posesión de Pedro Antonio Sánchez.