El Gobierno aprueba los planes de cuenca sin garantías de que haya un nuevo PHN
El Consejo de Ministros abre la puerta a la futura planificación, pero la indefinición política no facilita un pacto sobre el agua
Manuel Buitrago
Sábado, 9 de enero 2016, 00:31
Los planes de cuenca de dieciséis demarcaciones hidrográficas españolas, tanto las de competencia estatal como autonómica, fueron aprobados ayer por el Consejo del Ministros para el periodo 2016-2021, pero sin garantía alguna de que se elabore en la próxima legislatura un nuevo Plan Hidrológico Nacional que resuelva definitivamente el déficit estructural de la cuenca del Segura. El Ejecutivo de Rajoy cumplió el trámite previsto, pero faltan las medidas que realmente importan a la Región de Murcia, Alicante y Almería. El Gobierno central en funciones se ajustó finalmente al calendario marcado por la Unión Europea, con lo cual evitará más sanciones, aunque no hizo ninguna referencia al prometido pacto de Estado sobre agua.
El plan del Segura ratificado ayer subraya que serán necesarias más aportaciones externas para corregir el déficit y resolver la sobreexplotación de los acuíferos, y se remite para ello al futuro PHN. La incertidumbre política actual será un obstáculo para la nueva planificación hidrológica nacional, contando además con que Castilla-La Mancha y Aragón, gobernadas por el PSOE con el apoyo de Podemos, están en contra de los trasvases. Asimismo, el Ejecutivo de García-Page ha recurrido los planes del Tajo y Segura. El presidente del Gobierno regional, Pedro Antonio Sánchez, señaló que se ha dado «el primer paso» para un nuevo PHN «sobre los principios de solidaridad, de proyecto de país y de trasvases».
En los últimos cuatro años, el Ejecutivo central condicionó el PHN a la aprobación de los planes de cuenca, que permiten conocer los recursos disponibles en cada territorio y los déficits pendientes de resolver, que en el caso del Segura asciende a 400 hectómetros, aunque el saldo hidrológico negativo es superior y llega a los 945. El documento aprobado ayer certifica que la Región de Murcia y parte de Almería y Alicante constituyen la única zona con un acentuado desequilibrio, mientras que en las cuencas del Ebro, Tajo, Duero, Miño, Guadiana y Guadalquivir sus recursos son superiores a los consumos para los seis próximos años. La del Júcar es parcialmente deficitaria. El PHN debe aportar soluciones al déficit del Segura, que no se puede cubrir con las plantas desaladoras. El Trasvase Tajo-Segura seguirá funcionando con las nuevas reglas de explotación, y ha quedado fuera del control de la Confederación Hidrográfica del Tajo.
Reservas en otros ríos
El Consejo de Ministros aprobó por real decreto todos los planes y destacó que impulsará la transferencia de 50 hectómetros para el Trasvase Júcar-Vinalopó; mientras que en el caso del Segura reseñó que su déficit se reducirá en 80 hectómetros respecto al plan anterior debido a «las desaladoras y a nuevas actuaciones». El déficit, no obstante, es de 400 hectómetros. Las demarcaciones de competencia estatal son las del Cantábrico occidental y oriental, Guadalquivir, Segura, Ceuta y Melilla, Miño-Sil, Duero, Tajo, Guadiana y Ebro. Este segundo ciclo de planificación fue aprobado previamente por el 80% de los miembros del Consejo Nacional del Agua.
La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, que compareció en rueda de prensa con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, calificó estos planes de «absolutamente fundamentales» al considerarlos «el instrumento más importante para la gestión del agua» además de para la protección de los propios cursos fluviales. Recordó que la UE obliga a aprobar un plan para cada demarcación hidrográfica en períodos de seis años, pero el correspondiente a 2009-2015 no fue desarrollado y «a finales de 2011, no había ninguno aprobado, por lo que este Gobierno tomó como prioridad sacar adelante el primer ciclo y, una vez aprobado, hicimos un enorme esfuerzo para ponernos al día», ratificando ayer el segundo ciclo.
Cada uno de los planes contiene una memoria -con reservas para futuras demandas-, un apartado de normativa jurídica y un programa de medidas para atender «necesidades de todo tipo» desde la construcción de embalses hasta normativa de saneamiento e iniciativas para paliar «episodios climatológicos extremos» como sequías o inundaciones. En el caso de los planes de competencia estatal, se detallan más de diez mil medidas que exigirán una inversión de 15.000 millones de euros. La nueva normativa también incluye mejoras medioambientales para conservar y proteger los ecosistemas vinculados a los ríos, como el incremento de los caudales ecológicos. Estos planes, según la ministra, eran «muy esperados» porque contemplan «soluciones específicas para problemas concretos en determinadas cuencas».