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Fue grabado en la Sierra de Casas Nuevas (Mula) el 8 de agosto. Se aprecia una avioneta bajo las nubes y en un momento del vuelo se produce un destello, fruto de un supuesto cohete antigranizo. Los investigadores no localizaron la pista desde la que despegó.
El cielo está bajo sospecha

El cielo está bajo sospecha

La Fiscalía de Medio Ambiente quiere impulsar con las administraciones una comisión de evaluación e investigación de denuncias sobre cohetes y cañones antigranizo y otros mecanismos que alteran el ciclo atmosférico

Jorge García Badía

Domingo, 8 de noviembre 2015, 08:40

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Parecía que iban a caer chuzos de punta en la Sierra de Casas Nuevas. El pasado 8 de agosto el cielo estaba negro, encapotado hasta más no poder cuando, de repente, una vecina empezó a escuchar lo que parece el ruido del motor de una avioneta. No lo dudó ni un segundo, salió al patio, móvil en mano, y empezó a grabar el vuelo mientras lo comentaba con ironía: «Esto es para los que dicen que científicamente no está demostrado lo de las avionetas (antilluvia). Este de la avioneta sale porque le gusta la nube y le gusta el paisaje. A ver si lo ven los incrédulos». En el segundo 43 de la grabación se aprecia un destello que sale de una de las alas y que podría tratarse de un cohete antigranizo, aunque la mujer lo explica de forma gráfica y con ironía nuevamente: «¡Está arrojando mierda! Ese hombre ha salido a ver el paisaje, el sol que hace, las flores abiertas... y lo que está arrojando, ¿qué pijo es? El cielo está ennubedecido, pero no llueve porque alguno está tirando pues lo que está tirando...».

El vídeo dura 1 minuto y 36 segundos y fue incluido en la denuncia que la Federación de Cooperativas Agrarias de la Región (Fecoam) presentó en febrero, ante la Fiscalía de Medio Ambiente, por el uso de supuestas prácticas ilegales para impedir las lluvias en el Sureste, a través de cohetes antigranizo y avionetas antilluvia. La querella movilizó al Seprona y provocó la revisión de los planes de vuelo de 16 pistas aéreas: aeropuerto de San Javier, aeródromo de Los Martínez del Puerto, aeroclubes, helipuertos... También generó numerosas denuncias de agricultores, e incluso de gente que no tiene nada que ver con el sector agroalimentario, y que fueron canalizadas a Fecoam a través de llamadas, fotos y vídeos.

Nueve meses después de presentar la citada querella, las informaciones siguen llegando a la federación. «Les escribo para informarles de que algunos vecinos de Fuente Álamo llevamos escuchando todo el día una avioneta sobrevolando la zona. Inevitablemente he pensado que podía ser una avioneta rompenubes, porque hoy se esperaban fuertes lluvias en esta zona y me sorprende que, pese al viento y la humedad que hay, hasta el momento no ha caído nada de agua», alertaba a la federación recientemente Alberto en un correo electrónico.

Entre los pasados 8 de agosto y 31 de octubre, la avioneta de la que más se habla en el campo murciano fue presuntamente vista en seis términos municipales. En ese periodo hubo cuatro alertas por lluvia de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) que no se cumplieron. «Son aeronaves que salen a volar cuando hay una predicción fiable de lluvia. ¿Quién vuela ese día y por qué?», se pregunta Pedro Guerrero desde Fecoam. «La situación es mosqueante». Los aviones bajo sospecha, según la teoría de Guerrero, hacen vuelos circulares por debajo de las nubes para sembrarlas con metales pesados (ioduro de plata), subir la presión atmosférica y evitar que llueva.

La última acción emprendida por esta federación ha sido enviar a unos laboratorios unas muestras de lluvia recogidas en Mula, el pasado 20 de octubre, justo después de que sobrevolase la zona una aeronave. El objetivo de este test es detectar restos de metales pesados. Entretanto, agricultores muleños, como Miguel Pagán, claman: «¡Nos están envenenando! He visto la tira de avionetas por el paraje de La Alquibla; pasan y disuelven la lluvia en cinco minutos».

Miguel cuenta con una explotación de almendros, albaricoques y olivos. En 2014, la falta de precipitaciones le obligó a arrancar 10.000 almendros. «En el campo tengo los ahorros de mi vida». Por ello, el pasado año denunció ante la Guardia Civil los «supuestos vertidos contaminantes desde avionetas para evitar lluvias».

También tiene una explicación para las lluvias registradas entre las 22 horas del pasado domingo y la madrugada del lunes. «Solo llueve de noche porque a esas horas las avionetas no salen».Las pruebas aportadas por Fecoam y las denuncias de agricultores como Miguel no han evitado que el 20 de octubre la Fiscalía decretase el archivo de las diligencias. «No se ha podido constatar la existencia de aeronaves que puedan estar alterando el ciclo del agua mediante cohetes antigranífugos», recoge un informe del Seprona. Pero el archivo tiene dos matices de calado. El primero es el compromiso de la Fiscalía de Medio Ambiente de reabrir las diligencias si Fecoam vuelve a aportar pruebas de peso. «Existen medios técnicos objetivos; esto no es una leyenda urbana, la cuestión es saber quién lo utiliza y por qué», justifica el fiscal José Luis Díaz Manzanera. «Se puede estar alterando un ciclo natural como las lluvias».

El granizo, para el vecino

Entre los supuestos medios técnicos recogidos en las diligencias están los cohetes antigranizo, que llevan incorporada una ampolla de vidrio con ácido clorosulfónico. La Confederación Hidrográfica del Segura regula su uso para evitar el pedrisco y las granizadas, a través del Reglamento del Dominio Público Hidráulico, que textualmente admite las «autorizaciones para modificaciones de la fase atmosférica».

Pero la Asociación de Pirotécnicos de la Región asegura que «ningún establecimiento vende esos cohetes». Una afirmación que contrasta con el suceso ocurrido en mayo de 2014 en Jumilla, cuando Taoufik, un niño marroquí de 8 años, sufrió quemaduras en los dos brazos al explosionar un cohete antigranizo utilizado por los agricultores para evitar tormentas en la zona. «Se dejaron de vender porque la gente se quejaba de que partían las nubes y caía el granizo en la finca del vecino», explica Joaquín Palazón, presidente de la asociación entre 1971 y 2014 y director de Pirotecnia Murciana.

Joaquín recuerda que esos cohetes se comercializaron a gogó en los años sesenta: «Los vendíamos a 3.000 pesetas; en las fincas grandes tenían sus lanzaderas de cohetes y los tiraban cuando había tormentas. Los agricultores decían que eran efectivos». A sus 60 años, esta leyenda del sector, que afirma con humor que «mi madre me parió con un mortero de pólvor», asegura que esos cohetes ya no se venden en Murcia. «Yo guardo alguno en mi casa, pero están prohibidos».

Teorías conspiranoicas

El otro motivo por el que la Fiscalía deja abierta una puerta para la reapertura de la investigación son las conclusiones que arrojan las diligencias. Los aeródromos de Los Martínez del Puerto y Alhama de Murcia están controlados por el aeropuerto de El Altet, pero la investigación refleja que esa torre «no concreta la actividad que se disponen a realizar» las avionetas. Además, existen pistas de tierra diseminadas por el Campo de Cartagena y personal del aeropuerto de San Javier confiesa, desde el anonimato, que en el espacio aéreo regional «existe una laguna entre Jumilla y Yecla», que podría ser utilizada para la entrada de vuelos desde Hellín.

Un redactor de La Verdad se hizo pasar por un cliente interesado en contratar una avioneta en el Aeroclub de Albacete para bombardear las nubes en caso de alerta por precipitaciones. La respuesta fue tajante: «El piloto que hiciera eso tendría que estar muy loco».

Los profesionales de la aeronáutica regional comparten la opinión de los albaceteños. «Son teorías conspiranoicas; no se puede controlar la atmósfera», concluye Pascual Sánchez, piloto de ultraligero e instructor de vuelo en el Aeroclub de Los Garranchos de San Javier. «Nosotros no podemos ofrecer ese tipo de servicios; solo vuelos recreativos». En el Aeroclub de Totana, el piloto Antonio Lorenzo añade que «una avioneta no tiene capacidad para romper las nubes porque son muy grandes. Además, es una situación peligrosa para el piloto volar así».

Este diario también intentó sin éxito contratar vuelos en Alicante y trató de contrastar el rumor que corre por la Estación de Blanca sobre un piloto de Cartagena que ofrece este tipo de servicios.

Agricultores y activistas

A pesar de que hay muchas sospechas que no llegan a confirmarse, vecinos de Archena han trasladado a Fecoam la necesidad de constituir una plataforma en la Región, tal y como ha ocurrido en Almería. En la provincia vecina, agricultores de las comarcas del Levante y de la Cuenca del Almanzora han dado el paso al activismo creando la plataforma para luchar contra avionetas antilluvia.

Para Díaz Manzanera, «existe una trascendencia social». De ahí que el segundo matiz de calado del archivo de la denuncia de Fecoam sea el anuncio de que la Fiscalía de Medio Ambiente «impulsará» una comisión de seguimiento, evaluación e investigación de cohetes y cañones antigranizo y mecanismos que puedan modificar la fase atmosférica. «Resolvería una carencia en cuanto a coordinación; se trata de una materia que afecta a varias administraciones».

Esa comisión se reunirá dos veces al año y dará charlas al Seprona de la Guardia Civil y a las plantillas de Policía Local con competencias rurales. El fiscal concluye que este tema «merece ser estudiado». No habla en vano, ya que despierta el interés de personas ajenas al sector agroalimentario, como Pedro Vera, funcionario y vecino de Los Vivancos, en Fuente Álamo. «Llevo años investigando lo de las avionetas por cuestiones sanitarias; no sé lo que están echando y nos lo estamos tragando». Cada vez que escucha un aeroplano por la zona se asoma a la Sierra del Algarrobo.

«Esas avionetas aparecen por la zona del Mar Menor cuando amenaza temporal». La última vez que alertó de un avistamiento al 112 fue en septiembre. «Hubo un periodo de lluvias y era un cachondeo. Todas las tardes se veían por el Valle del Guadalentín protegiendo los parrales porque la uva estaba a punto de ser recogida. Las contrataban los seguros agrarios para no indemnizar».

Sin novedad en la Aemet

El delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Juan Esteban Palenzuela, desmonta con datos la teoría de Fecoam sobre el sembrado de nubes con metales pesados. «No hay cambios de tendencia sobre la precipitación en los últimos 75 años». Y acto seguido añade un comentario jocoso: «La expresión pertinaz sequía la llevo escuchando en Murcia desde que usaba pantalones cortos». Tras la reunión mantenida con miembros de Fecoam, Palenzuela reitera que «no hay fundamentos científicos o técnicos conocidos que establezcan la posibilidad de hacer desaparecer nubes sin efectos colaterales». El delegado de la Aemet advierte de que «no vamos a estar vigilando avionetas».

Además, la gran mayoría de experimentos desarrollados en el espectro de la modificación artificial del tiempo «pretenden favorecer las precipitaciones y reducir los efectos del granizo». Agromergos será, en breve y en Jumilla, la primera empresa agraria de la Región que dispondrá de maquinaria antigranizo -legal- para lanzar zambombazos a las nubes para proteger sus explotaciones de frutales.

La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) confirma que «solo existe otro cañón antigranizo similar en Hellín». El artefacto, según recoge el expediente, «se basa en la emisión de ondas de choque. El sistema impide el inicio del fenómeno de la formación de granizo, consiguiendo la precipitación del vapor de agua en forma de lluvia». La Comisaría de Aguas, la Aemet y la Consejería de Sanidad han emitido informes favorables, por lo que solo falta la firma de la presidencia de CHS para hacer efectiva la autorización durante 12 meses, con una prórroga de 4 años, siempre y cuando no produzca «daños a terceros».

El comisario de Aguas de la CHS, José Carlos González, disipa el recelo que este cañón puede provocar entre los agricultores jumillanos. «No está demostrada su utilidad, pero es importante decir que, cuando funciona, solo consigue derretir el granizo que cae en forma de lluvia. Es decir, no puede evitar que llueva».

La foto del pibe argentino

En la CHS comparten la teoría de la Aemet sobre las avionetas antilluvia: «Lo consideramos una leyenda». Una apreciación que no evita que por las redes sociales se distribuyan panfletos con alertas como «Nos fumigan. Mira al cielo». El asunto sirve para que algunos hosteleros, como Ismael Oliver, se promocionen subiendo fotos, noticias y vídeos sobre las aeronaves rompenubes a Facebook de su restaurante La Barraca de Mazarrón. «Cualquier archivo que subo tiene miles de visitas y a la gente hay que darle lo que quiere. A nosotros nos da publicidad gratuita». El 20 de octubre subieron una foto de un piloto colocando cohetes en una avioneta, y recibió 2.034 visitas.

Todo apunta a que era un bulo: un piloto argentino fotografiado en 2010. Pese a todo, Ismael reconoce que la fe de los clientes se mantiene inquebrantable. «Dicen que, si no llueve, es por las avionetas».

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