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Salvador H.C. y Fabiola M.B., junto a sus letrados defensores y el abogado de la acusación particular en la sesión de ayer. Los procesados se mantuvieron prácticamente toda la sesión de espaldas al jurado popular que estudia su caso.
Una muerte planeada y con un objetivo

Una muerte planeada y con un objetivo

La Policía sostiene que los 'amantes de Aljucer' planificaron el crimen para heredar. Una amiga del matrimonio contó a los agentes que Fabiola le había confesado que esperaba un hijo y que este no era de su esposo

Alicia Negre

Jueves, 29 de octubre 2015, 01:24

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La Policía Nacional tiene claro que el 'crimen de los amantes de Aljucer' no fue fruto de un arrebato pasional, ni de un instante de descontrol. El inspector jefe del grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía, que investigó el asesinato del vigilante de seguridad Ángel Navarro, se mostró ayer ante el jurado convencido de que la mujer de la víctima, Fabiola M.B., y su amante, Salvador H. C., planearon el crimen con bastante tiempo y de que lo hicieron con un claro objetivo: heredar el patrimonio económico de la víctima.

«Los hechos se planificaron y coordinaron como mínimo un mes antes», subrayó el investigador, que explicó que un mes antes del brutal crimen los procesados ya cruzaban mensajes en los que dejaban entrever la preparación del asesinato. El inspector jefe sostuvo que las pesquisas realizadas por su grupo y los compañeros de Policía Científica condujeron a esta hipótesis. Recordó, incluso, un mensaje 'pinchado' entre la pareja que dejaba claros sus planes. «Vamos a hacer lo que tenemos que hacer y así nos olvidamos de buscar trabajo», le espetó Fabiola a su amante en una conversación por WhatsApp.

El funcionario resaltó, además, ante el tribunal popular las «contrariedades» y «mentiras» que advirtieron en la procesada desde el inicio de su investigación. El policía llegó a relatar, incluso, que al comunicar a Fabiola la muerte de su esposo «ella se mostró como si no pasara nada y no le dio importancia». En los días posteriores al hallazgo del cadáver del vigilante, la que era su viuda mostró a los agentes del grupo policial la fotografía de su amante, Salvador, para comentarles «lo guapo que era».

A lo largo de la investigación, los agentes tropezaron con otros datos igualmente inquietantes. Una testigo, amiga de la pareja, relató a los agentes que se encontró días antes del crimen con Fabiola y con Salvador y que ella le había confesado que esperaba un hijo y que no era de su esposo. La testigo se mostró convencida de que Fabiola debía de guardar relación con el asesinato de su esposo y recordó que ésta ya le había pedido consejo, con anterioridad, sobre de qué forma podía acabar con él.

Insultos y vejaciones

A preguntas de los letrados de la defensa, el inspector jefe reconoció también que algunos mensajes y conversaciones extraídas del teléfono de la víctima apuntan a que Fabiola era objeto de insultos y vejaciones por parte de su esposo. «¿Qué quieres? ¿que te mate a puñaladas?», preguntaba Ángel a su mujer en uno de los mensajes a los que dio lectura ayer el abogado defensor de Salvador. De esos mensajes también se extrae que la obligaba a ver cómo mantenía relaciones con prostitutas. Los dos procesados han mantenido a lo largo de la vista que ella era víctima de malos tratos, pero nunca los denunció.

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