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Manuel Buitrago
Jueves, 29 de octubre 2015, 11:08
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El programa electoral del PSOE apuesta por impulsar las desaladoras y no hace ninguna mención a los trasvases. Apoya los bancos públicos de agua controlados por la Administración, mientras que por otra parte pone reparos a la compraventa de caudales entre concesionarios. El borrador elaborado por los socialistas de cara a las elecciones generales del 20 de diciembre contiene propuestas próximas a la Nueva Cultura del Agua, en tanto que basan su política en la gestión sostenible, el uso eficiente del recurso y las necesidades ambientales.
El programa del PSOE no hace referencia al déficit estructural de la cuenca del Segura, que mereció una mención en anteriores convocatorias electorales. El Gobierno socialista de Castilla-La Mancha que preside Emiliano García-Page ha iniciado una campaña para que se cierre el Trasvase Tajo-Segura, mientras que su compañero de partido en Murcia, Rafael González Tovar, ha declarado que Pedro Sánchez apoya el acueducto.
Los socialistas indican en su programa que solo se podrá garantizar el abastecimiento con «una gestión sostenible basada en el ciclo integral del agua, optimizando e impulsando el uso de las desaladoras como herramienta fundamental para garantizar la disponibilidad, asumiendo los valores de la economía circular, pensando a largo plazo para definir las actuaciones a corto, identificando los tipos de infraestructuras básicas e inteligentes, coherentes con el uso eficiente del recurso y la priorización en cantidad y calidad en función de las distintas prioridades».
El partido de Pedro Sánchez propone «cumplir de una vez por todas» con la Directiva de Aguas de la UE y establecer «un marco de tasas y precios públicos justos». No se muestra partidario de la compra venta de caudales entre particulares -las cesiones de derechos- que se viene realizando entre usuarios de distintas cuencas hidrográficas. Fue en la etapa de Rodríguez Zapatero cuando se aplicó esta fórmula para paliar la sequía, autorizando operaciones entre los regantes del Trasvase Tajo-Segura y los de Estremera (Madrid). Los gobiernos de Toledo y Zaragoza se oponen frontalmente. Según el programa electoral, se pretende blindar por ley «las salvaguardias que impidan la mercantilización de los derechos concesionales, impulsando un Pacto Social por el agua que asiente los principios rectores de esta política: 'tutela pública, transparencia, sostenibilidad y participación ciudadana'.
Apuesta asimismo por atender las necesidades ambientales y las proyecciones climáticas. Otra de las propuestas consiste en acometer un «ambicioso plan de restauración de ríos para rescatar sus funcionalidades principales como corredores de vida natural, suministradores y depuradores de agua». También propone elaborar otro plan nacional de depuración saneamiento, eficiencia, ahorro y reutilización. El PSOE quiere sacar adelante un nuevo Programa Nacional de Regadíos que asegure su sostenibilidad económica y medio ambiental. Explica que los ahorros conseguidos con los programas de modernización permitirán la creación de bancos públicos de agua y evitarán cualquier uso especulativo. «Se realizará una apuesta decidida por la eficiencia energética de los regadíos y para racionalizar su consumo energético, de forma compatible con la optimización de la eficiencia hídrica». Esta Redacción intentó ayer recoger las valoraciones del secretario general del PSRM, González Tovar.
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