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Alberto Garre, junto a Juan Guillamón, sentados en la última fila, en la reciente reunión de la Junta Directiva del PP.
¿Puerta o portazo para Garre en el Senado?

¿Puerta o portazo para Garre en el Senado?

El PP todavía no ha decidido si designará al expresidente para la Cámara Alta, siguiendo los pasos de Fabra, Rudi, Bauzá y Sanz

Manuel Buitrago

Miércoles, 15 de julio 2015, 11:52

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El Grupo Parlamentario Popular desconocía ayer si el expresidente de la Comunidad, Alberto Garre, se convertirá el lunes en senador autonómico. La propuesta depende de Pedro Antonio Sánchez (PAS), quien a su vez tiene pendiente una consulta ante la cúpula del partido en Madrid. El plazo para presentar candidatos en la Asamblea acaba el viernes, tal y como se decidió ayer. Los dos senadores autonómicos se los repartirán en esta ocasión PP y PSOE, que son los grupos con más escaños. En la anterior legislatura, los populares coparon ambos puestos, eligiendo a Pedro Manuel Hernández y a Benito Marín. Este partido cuenta con otros tres senadores por elección directa en las urnas, y el PSOE con uno.

En otras comunidades autónomas lo tienen más claro, como es el caso de Baleares, Aragón, La Rioja y Valencia, donde el Partido Popular ha decidido acomodar a sus expresidente en la Cámara Alta. Son los casos de José Ramón Bauzá, Luisa Fernanda Rudi, Pedro Sanz y Alberto Fabra. La exalcaldesa de Valencia, Rita Barbera, también puede tener su escaño. La costumbre de ubicar en el Senado a los expresidentes autonómicos no es nueva. También la practica el PSOE, que ha colocado a Marcelino Iglesias, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, entre otros.

El portavoz socialista en la Asamblea, Rafael González Tovar, indicó ayer que su grupo decidirá el viernes sobre una terna de nombres.

Relaciones deterioradas

Cuando Pedro Antonio Sánchez fue designado candidato a la presidencia hubo un acuerdo tácito en el seno del PP -del que estuvo al tanto la secretaria general, María Dolores de Cospedal- para que Alberto Garre fuera al Senado por designación autonómica. Aquel diseño formó parte de la «salida digna» que los populares pensaban darle al presidente de la Comunidad. En los últimos meses, no obstante, las relaciones se han deteriorado. Las muestras de desapego han sido ostensibles en los actos del relevo presidencial.

La labor de Garre fue destacada por el portavoz de Ciudadanos, Miguel Sánchez, durante el pleno de investidura; a diferencia del Grupo Parlamentario Popular, que no le dedicó ni una palabra. Al contrario, sí aludió en el debate a Ramón Luis Valcárcel para destacar la gestión de aquél en materia de agua. El pasado viernes, en la toma de posesión que tuvo lugar en la sede del Parlamento, tampoco hubo referencias a Alberto Garre, presente en la tributa de autoridades, pero sí -de nuevo- a Ramón Luis Valcárcel, que acudió como invitado al acto.

En el seno del PP causaron malestar las declaraciones que hizo Garre tras constituirse la Asamblea, cuando sostuvo que la nueva etapa que se abría «es, en las actuales circunstancias, una dieta políticamente recomendable y parlamentariamente muy digerible». Asimismo, le ha dejado al nuevo Ejecutivo la 'patata caliente' del dictamen del interventor general sobre la desalinizadora de Escombreras y el informe que se pidió a la dirección de los Servicios Jurídicos.

El puesto de senador autonómico puede cambiar a lo largo de la legislatura, como ha sucedido en ocasiones anteriores. El exdelegado del Gobierno Joaquín Bascuñana se alternó con Pedro Manuel Hernández, mientras que el exalcalde de Murcia Miguel Ángel Cámara también solicitó entrar en la Cámara Alta. Eso le habría convertido en aforado de cara a su imputación en el 'caso Umbra'. Desde que se conoció la nominación de Sánchez como candidato, Alberto Garre no se ha pronunciado públicamente sobre su futuro político.

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