El marchante Ortega niega que supiese que los cuadros de pintores murcianos eran falsos

El marchante Alfonso Ortega declaró este lunes en el juzgado de instrucción número 2 de Murcia, que investiga la presunta falsificación de cuadros de pintores murcianos de los siglos XX y XXI, como Sánchez Picazo y Ramón Gaya, que siempre actuó convencido de que las obras eran auténticas.

En el acta de su declaración, Ortega explicó que hace años creó en su Cehegín natal una fundación que lleva su nombre cuya finalidad es realizar actividades culturales en todos los ámbitos. En 2008 envió a la sala de subastas Ansorena, de Madrid, dos obras que estaba convencido de que eran de Sánchez Picazo y que fueron retiradas de la subasta al no haber ningún comprador. Poco después, añadió, recibió una llamada de esa sala, que le informaba de que había un cliente que ofrecía 4.000 euros por ambos cuadros, que con anterioridad habían salido a la venta por 5.000.

El marchante comentó durante el interrogatorio que les dijo que estaba de acuerdo con la venta, pero que después recibió una llamada del comprador en la que le decía que las obras eran falsas, ante lo que le explicó que estaba dispuesto a devolverle el dinero que había pagado por ellas si se demostraba que no eran auténticas.

Asimismo, negó que sugiriera que los cuadros fueran examinados por el también investigado en estas diligencias Martín Páez, exdirector de la sala municipal de exposiciones de Murcia Palacio Almudí. Sobre el particular, comentó que se limitó a indicarle al comprador que Páez era uno de los primeros especialistas en la obra de pintores murcianos de aquella época.

Afirmó también que cuida hasta el último detalle en no poner a la venta ninguna obra que pudiera ser falsa, hasta el punto de que usa rayos infrarrojos que permiten detectar si han sido falsificadas, repintadas o restauradas. Además, indicó que jamás dudó de la autenticidad de ambos cuadros dado el prestigio de Ansorena, que también tiene especialistas en obras de arte que las someten a un severo control antes de sacarlas a subasta.

En cuanto a dos acuarelas de Gaya que llevó a la misma sala también para su subasta, insistió en su mismo convencimiento de que eran auténticas. Ambas obras le fueron devueltas tras no llegar siquiera a ser subastadas al ser cuestionada su autoría a raíz de la llamada que Manuel Fernández-Delgado, director del museo que lleva el nombre del pintor murciano, hizo a Ansorena para decir que eran falsas.

Ortega añadió que, al conocer este extremo, en un momento de arrebato, las destruyó, aunque hoy no sabe si hizo bien, porque su honor y su responsabilidad están por encima de todo, dijo literalmente. El marchante ofreció al juez participar en un careo con el catedrático de historia Francisco Flores Arroyuelo, especialista en la obra de Gaya, quien manifestó que el declarante le ofreció vender cuadros falsos del pintor para repartirse la mitad de las ganancias.

A preguntas del defensor de Páez, Raúl Pardo-Geijo, señaló que para hacer un peritaje sobre la obra de Sánchez Picazo considera que el mejor especialista es el pintor José María Falgas, ya que fue discípulo de ese artista y es un gran conocedor de su obra.

Estas diligencias fueron incoadas en el juzgado al recibir en enero pasado un atestado del grupo de delincuencia organizada contra el patrimonio de la Guardia Civil de Murcia.