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MANUEL HERRERO
Lunes, 18 de mayo 2015, 01:21
«Mi pasión es el cine, ahí me dejo todo, la energía y la piel. De pequeña hacía cortometrajes con mis hermanos», afirma Silvia Conesa (Cartagena, 1984). Ha estudiado Farmacia en la Universidad de Granada, y en Madrid hizo cursos de interpretación. Ahora estudia dirección escénica. Ha participado en compañías de teatro como Ditirambo, y actualmente está en El Teatrico. Ha interpretado el papel protagonista en el largometraje 'Soledad descalza'.
-¿Qué ha sentido al ser protagonista e ir descalza en el rodaje del largometraje?
-Una gran libertad para construir mi personaje. Al ir descalza parece que todo es más orgánico. Ha sido un gran reto para mí, tenía que ser una persona normal, corriente, y ello es difícil para una actriz. A la gente le sorprendió que llevase los zapatos puestos el día del estreno de la película.
-¿Cómo compagina la farmacia con ser actriz?
-Sacrificando al completo mi tiempo de ocio y teniendo poca vida social. Dedico todo mi tiempo libre a mi pasión, y organizándome muy bien.
-¿De teatro o de cine?
-Al principio me gustaba mucho el teatro, pero poco a poco me ha ido atrapando el cine.
-¿Por qué prefiere el séptimo arte?
-En el cine se alcanza un grado de intimidad con el resto de personajes. Aquí eres tú y tu compañero, no existe el público en la sala, eres tú y tu compañero. En el teatro tienes que proyectar la voz y llegarle al público de manera diferente al cine.
-¿Qué cualidades se precisan en una actriz de cine?
-Hay que pensar a gritos pero hablar en susurros. En el cine eres más real, no tienes que hacer grandes gestos para que te vean quienes están en la última fila. Tu personaje tiene que tener verdad, y una buena actriz de cine tiene que transmitir la naturalidad con los gestos, debes ser muy natural, ser de verdad.
-¿Por qué eligió esta profesión?
-Porque me encanta encarnarme en diferentes personajes; en cada uno hay algo de ti, te conoces a ti mismo mejor a través de los diferentes personajes y aprendes más cosas de la vida. Es muy enriquecedor adoptar el papel de diferentes personajes y es un trabajo muy divertido, muy bonito; un día puedes ser la Virgen María y otro puedes ser una hechicera malvada.
-De los personajes que ha interpretado, ¿con cuál se queda?
-Con Soledad; aunque con todos he aprendido algo, no renunciaría a ninguno, pero entre ellos al que más cariño le tengo es al papel de Soledad, y a Paula, en 'Tres sombreros de copa'.
-¿Qué aporta el cine a la persona?
-Como espectador sirve para vivir emociones diferentes, se activan las neuronas espejo. Aporta cultura, entretenimiento, aprendizaje, le acerca a la vida de otras personas, y a soñar despierto.
-¿Y al actor?
-Es un medio en el que puede expresar lo que lleva dentro, hacer su arte a través de los personajes. Lo grande que tiene el cine es que cualquier cosa es posible, y eso es alucinante.
-¿En qué está ahora trabajando?
-En la serie teatral El Molinete. Ahora estoy haciendo mi primer cortometraje profesional como directora, productora y guionista; es de género fantástico. He empezado a escribir el guión de mi primer largometraje. Tengo como objetivo principal ser directora de cine del género fantástico y de ciencia ficción.
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