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MIGUEL RUBIO
Lunes, 15 de septiembre 2014, 11:52
Empujada por la crisis, la arquitectura murciana se abre camino lejos de casa. Nuevos equipamientos e infraestructuras levantadas por medio mundo llevan la firma (y el ingenio) de proyectistas de la Región. En su mayoría, han tenido que dar el gran salto debido a la falta de oportunidades en España («pocas ofertas y mal remuneradas», se lamentan) por la paralización del negocio de la construcción, que ya se alarga más de un lustro. Su presencia se reparte por una veintena de países, según los datos que maneja el Colegio Oficial de Arquitectos (Coamu). Y, desde grandes instalaciones deportivas a bloques de oficinas, alojamientos turísticos y complejos industriales, ningún diseño se les resiste.
También aportan su grano de arena en los nuevos retos a los que se enfrenta el futuro de la edificación. Como la totanera Alicia Cabrera, codirectora del estudio OX-arquitectura, cuyo último proyecto en Shanghái (la ciudad más poblada del mundo, con 20 millones de habitantes) consiste en desarrollar edificios en altura «completamente prefabricados, de manera que puedan construirse casi con una llave inglesa, y poco más, para familias con bajos recursos». Según esta profesional, China «es un gran mercado. Si se reúne el valor suficiente para emprender un complejo viaje, tiene mucho que ofrecer a los arquitectos españoles. Nuestro país, en general, está muy considerado en todos los sentidos. China tiene recursos, ganas de invertir y todo por hacer».
La cualificación y el prestigio profesional que atesoran los arquitectos patrios abren puertas en el exterior. «En África valoran enormemente nuestro trabajo. Para las empresas locales, contar con un arquitecto español en plantilla es símbolo de distinción frente a la competencia», explica en un correo electrónico Javier Martínez Navarro. Socio fundador del estudio Martínez & Guardiola, en 2010 se marchó a trabajar a Guinea Ecuatorial y enseguida pudo comprobar de primera mano «las oportunidades de negocio que ofrece este continente», tanto en obra pública como para la iniciativa privada.
En cuatro años, Martínez Navarro ha ampliado su cartera de clientes por varios países del África Subsahariana. Y ha tocado todos los palos: un pabellón deportivo en Costa de Marfil, viviendas unifamiliares en Camerún, instalaciones portuarias en Ghana. En 2012 recibió el encargo de construir dos estadios de fútbol para la Copa de África en Gabón y Guinea Ecuatorial. En este último estado ha dirigido todo tipo de proyectos, desde hoteles a dependencias gubernamentales, pero también viviendas unifamiliares y colectivas. Ahora asesora a empresas de la construcción que se quieren implantar en Argelia y Marruecos.
No muy lejos, en Nigeria, desarrolla su carrera, desde finales del año 2013, Ernest Berkhout, quien también mantiene en activo su estudio de Murcia, Albasini & Berkhout. Acostumbrarse a su nuevo destino no le supuso un gran esfuerzo, ya que vivió en este país africano hasta los 14 años. Allí todavía sigue residiendo su padre, quien le puso en contacto con un empresario holandés interesado en levantar un edificio de oficinas para 300 trabajadores y un hotel de cinco estrellas. Además de dirigir ambos proyectos, Berkhout también atiende encargos de pequeñas reformas interiores.
Al igual que a Javier Martínez, a su colega de profesión Julio Sánchez Lacárcel las grandes citas deportivas le han permitido ganarse las habichuelas fuera. Comenta que su caso «es especial». «Aunque no había muchas perspectivas, el trabajo no me faltaba; sin embargo, Murcia se me quedaba pequeña», explica. Así que en mayo de 2012 hizo las maletas y puso rumbo a Australia, donde estuvo año y medio. Después, la oportunidad surgió en Qatar con motivo de los preparativos del Mundial de fútbol de 2022. Lacárcel ha sido contratado como 'project engineer' por la firma Internacional Grimshaw, que ha ganado un concurso convocado por el gobierno de Doha para construir unos complejos deportivos denominados 'playgrounds'. Se trata de instalaciones públicas con campos de fútbol, canchas de baloncesto y pistas de 'skate', entre otros equipamientos, «pensadas para que los ciudadanos se enganchen al deporte».
Casas para clientes europeos
Al otro lado del mundo, en Uruguay, Juan Manuel García Rodríguez y Patricia Escámez Bordy han encontrado en la clientela europea su nicho de negocio. Tienen tres obras en marcha, dos residenciales y un restaurante. Llegaron al puerto de Montevideo en febrero de 2013. «Hemos tenido un éxito fenomenal en muy poco tiempo, porque los clientes han confiado en nosotros, y estamos cumpliendo en plazos y calidad en proyectos de mucha más envergadura que en España», indica Escámez. Ante «la paralización total del sector de la edificación en España, una catástrofe sin parangón en la historia del país», esta pareja de profesionales valoró distintas opciones, desde Vietnam a Canadá. Finalmente se decidieron por el citado país suramericano. «Además de que los dos teníamos familia aquí, Uruguay cuenta con un clima templado, similar a Europa, y un marco legal muy seguro. Además, es un país muy dinámico, aunque burocrático. Se está modernizando a toda velocidad, si bien quedan todavía necesidades no cubiertas».
También Manuel Clavel Rojo ha hecho las américas. Sus contactos le llevaron a Miami, donde ya ha proyectado una macrourbanización y un teatro-restaurante. También se encargó del interiorismo de las áreas de ocio y parking de la sede del BBVA. Clavel Rojo, autor del proyecto de peatonalización de la avenida de la Libertad de Murcia, no ha perdido el contacto con su tierra. «En realidad, nunca me fui. Estoy un mes fuera de España y otro en Murcia. Hubo un año en que viajé 340.000 kilómetros. Es muy duro, y necesariamente afecta a tu vida privada, pero a la vez es una experiencia fascinante». Rafael Pardo Prefasi, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos de Murcia, admite que nunca como ahora tantos compañeros del gremio se han tenido que marcha fuera a la búsqueda de trabajo. Pero esta fuga de talento puede ofrecer un matiz positivo. «Demuestra el reconocimiento profesional que los arquitectos españoles gozan en el extranjero. Y eso se debe a que la formación académica que se imparte en España tiene un nivel altísimo. Es una formación integral en la que se tratan tanto los aspectos más de diseño y creativos como los tecnológicos. El arquitecto no solo sabe de estructuras, también de fontanería, de electricidad, de eficiencia energética, de historia del arte, de proyectos y composición. Es como un director de orquesta, que además, sabe tocar varios instrumentos», indica Pardo Prefasi.
Asesoramiento sobre ofertas
Con la crisis, la internacionalización se ha mostrado como una herramienta para capear la paralización del sector nacional. En este sentido, el Colegio Oficial de Murcia organiza jornadas encaminadas a orientar a los arquitectos de la Región a abrirse paso en otros países. También el Consejo Superior centraliza un servicio de información, al que pueden recurrir los profesionales, sobre puestos de trabajo y ofertas en el extranjero.
Pardo Prefasi considera que el buen hacer de los arquitectos murcianos en el extranjero contribuye de alguna manera a reforzar la 'marca España'. «Como la gastronomía, tenemos una arquitectura puntera, reconocida internacionalmente». Y a la larga ve otro beneficio de la actual encrucijada: «Estoy seguro de que de esta crisis saldrá otro mundo más próximo en el que no será extraño que desde Murcia se estén realizado proyectos en Asia o los países árabes».
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