El concejal delegado de la empresa municipal de limpieza, Melchor Morales, junto a las carpetas de documentación de Limusa. / PACO ALONSO / AGM
MELCHOR MORALES CABRERA

«Pachi era sólo un 'mandao' en Limusa, detrás están los personajes importantes»

«Jesús Molina y Bartolomé Soler debían conocer los tejemanejes que se cometían»«Sé que me grababan, porque había conversaciones cargadas de preguntas»

PILAR WALS

Domingo, 1 de noviembre 2009, 15:43

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El pasado día 3 de marzo agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía (UDEF) tomaban, literalmente, la sede central de la empresa municipal de limpieza Limusa. A esa misma hora, y en su domicilio, era detenido el ex director de la empresa pública, Francisco Gil Eguino.

La cuenta de detenidos continuó sumando. Un ex alcalde, Miguel Navarro; dos ex concejales, Jesús Molina y Manuel Sevilla; y el ex interventor del Ayuntamiento, Francisco Poyato.

Dos nombres más se veían involucrados en la trama, Bartolomé Soler, ex concejal del Ayuntamiento y diputado socialista; y el ex concejal y diputado de Izquierda Unida, José Antonio Pujante. Ambos, disfrutan de un fuero especial por su condición de diputados. El Tribunal Superior de Justicia se declaró competente para actuar contra Soler a raíz de los gastos, comidas y viajes que se pudieron cargar indebidamente a la empresa pública Limusa.

El TSJ afirmaba a finales de septiembre que había encontrado indicios de malversación y falsedad en el diputado socialista Soler. El mismo tribunal también se manifestaba sobre el diputado de IU-LV, del que señaló que no sabía lo que pasaba en Limusa.

Las investigaciones por una presunta trama de corrupción en el marco de la empresa municipal de limpieza también llevaron a la detención de los socios de Francisco Gil Eguino. A todos ellos, Miguel Miras, ex concejal de Limpieza; Ángel Trinidad Martínez Tudela, corredor de seguros; Urbano Alejo, médico dentista; y Sebastián Fernández, notario, se les imputaron presuntos delitos fiscales.

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Los miembros de otras sociedades que presuntamente se administraban desde Limusa también fueron detenidos. Entre ellos, se encuentran los empresarios José y Antonio Baños, este último ex presidente del Lorca Deportiva; y Manuel La Torre, director de una caja de ahorros.

Las investigaciones se iniciaron por la denuncia de un empleado, Jacinto Parra Arcas, que dijo sufrir . Este, se dedicó durante largos días a recopilar información sobre las supuestas irregularidades cometidas por su jefe desde su cargo de director de Limusa. Así, cuando por fin se decidió a acudir al juez para contarle su calvario laboral, el trabajador añadió a su denuncia una gran cantidad de documentos de todo tipo, entre ellos, soportes informáticos obtenidos de la propia empresa, que dejaban aparentemente en muy mal lugar a .

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Testigo de primera fila de todo lo que se viene sucediendo en los últimos meses en Limusa es el concejal delegado de la empresa pública, Melchor Morales Cabrera, quien sólo unos días después de conocer que se haría cargo de la cartera de Empresas Municipales recibía a Jacinto Parra. «No me podía creer lo que me contaba ese trabajador. Me eché las manos a la cabeza», relata. A partir de ese momento, comenzaron las investigaciones. «Nadie me decía nada. En Limusa todos callaban, incluso los trabajadores. Había miedo, mucho miedo, me decían que a ».

Sin embargo, tras su detención todo cambió. «Ya no todo era tan hermético. A cada paso encontrábamos nuevas facturas, contratos que tras revisarse se recortaban hasta un 50%. Y esto no cesa», añade. De los últimos meses, recuerda, el día en que la policía intervino en Limusa. «Llamé al gerente. No hablaba, su voz era entrecortada. Finalmente, me aseguró que la policía estaba allí, que una legión de agentes acababan de la sede de Limusa».

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- Si le llegan a contar lo que se le venía encima igual no se le ocurre aceptar la cartera de Empresas Municipales.

- No lo sé, supongo que me lo habría pensado un poquito más. Supongo que cuando el alcalde pensó en mí para dirigir la Concejalía de Empresas Municipales lo haría porque sabía que podía hacer frente a las sorpresas que pudieran presentarse.

- Pero, ¿sabían lo que estaba pasando?

- No, y sí, ya que le recuerdo que el alcalde siendo jefe de la oposición ya denunció determinadas irregularidades en el marco de la empresa pública de limpieza.

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- ¿Con Pachi se ha terminado todo?

- era sólo un en Limusa, detrás están los personajes importantes. Como todos los lorquinos pienso que hay más, mucho más. Confío en la justicia y espero que poco a poco todo se sepa.

- Usted es en estos momentos concejal de Empresas Municipales, ¿cree que desde su puesto puede controlarlo todo?

- Lo que estaba pasando en Limusa era algo muy gordo. No estamos hablando de pequeños apuntes. Vamos a ser serios, me sorprende que Jesús Molina y Bartolomé Soler no supieran lo que estaba ocurriendo, debían conocer los tejemanejes que se cometían.

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- Bueno, pero podría estar haciéndolo todo a sus espaldas.

- es un producto de la factoría socialista; lo echaron y lo volvieron a recuperar, ¿por qué? Esta pregunta tendrían que responderla los socialistas.

- ¿Qué papel juega el PSOE actual en toda esta historia?

-- Defiende a a capa y espada. Lo califican de gran gestor. Me sorprendió ver a la socialista Antonia Navarro de testigo de en el juicio por su despido. Ella era consejera de Limusa y actuó en un juicio en contra de los intereses de la empresa pública de limpieza, en contra de los intereses del Ayuntamiento. Esa actitud, todavía, no la ha aclarado el PSOE.

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- Tras las elecciones llega a Limusa. ¿Qué se encuentra?

- Pues si le soy franco, una situación muy extraña. Los trabajadores no hablaban, todos callaban, nadie se atrevía a hablar por miedo a .

- ¿Cuándo tiene conocimiento de lo que sucedía en Limusa?

- Recibo un escrito dirigido al consejero delegado de Limusa, que todavía era Bartolomé Soler. Se lo hicimos llegar, pero días después recibí otro. En ese documento, un trabajador de la empresa contaba, con todo lujo de detalles, las irregularidades que presuntamente se habían venido produciendo en el seno de Limusa.

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- ¿Qué hizo entonces?

- Recibí al trabajador, Jacinto Arcas Parra. Me echaba las manos a la cabeza. No podía creer lo que me contaba. Entonces, hablé con Pachi. Su respuesta fue que a Jacinto lo movía un aire revanchista.

- ...¿Y empezó a investigar?

- Sí, pero era muy difícil. En Limusa no quedaba ningún archivo. Hubo orden de borrarlo todo. Nombramos a un gerente, Santos González, él ha hecho un gran trabajo. Lo ha escudriñado todo. Comenzaron a salir facturas y contratos con proveedores muy elevados. Se han revisado a la baja. Algunos hasta más de un 50%.

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- La figura de un director y un gerente en la misma empresa, ¿no es como una bomba de relojería a punto de estallar?

- Sé que a no le gustó, pero nosotros no contábamos con su confianza, por lo que se nombró a Santos González como director. El ha hecho, y sigue haciéndola, una gran labor. No ha habido enfrentamientos, si a eso se refiere.

- Pero, ¿ustedes le rebajaron el sueldo a Gil Eguino?

- Sí, claro, consideramos que ya no era necesaria su dedicación plena, como tampoco el coche de gama alta que utilizaba. Le quité el coche de inmediato y los 3.300 euros que cobraba por disponibilidad. No era necesario tenerlo todo el día disponible, sino una jornada laboral normal, como el resto de trabajadores. También le quitamos la tarjeta de crédito que tenía un saldo de 4.000 euros, pero que se subió tras el viaje a Sevilla a 9.000 euros.

- Coincidió con Gil Eguino, ¿cómo era su relación con él?

- Extraña, sé que me grababan, porque había conversaciones cargadas de preguntas, preguntas tendenciosas, que buscaban algo. No tuve ningún problema con Gil Eguino, incluso, por motivos laborales, algún día fuimos a comer.

- ¿Dónde comieron?

- No recuerdo los restaurantes, pero probablemente en La Cava o en el del Paso Blanco. No soy persona de grandes comidas. Suelo pedir el menú, y más, cuando sé que quien lo paga es el Ayuntamiento, todos los lorquinos.

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- ¿Es cierto que Limusa tiene cuenta en muchos restaurantes?

- No, ahora no. Cuando me hice cargo de Limusa me preguntaron que en qué restaurantes quería cuenta. Me quedé sorprendido. Yo, dije, no necesito cuenta en ningún restaurante. Cuando tenga que comer por motivo de trabajo iré al que consideremos oportuno y se pagará. Creo que Limusa no necesita tener cuentas abiertas en distintos restaurantes. Además, a mí, donde me gusta comer es en mi casa.

- ¿En qué terminará todo?

- No lo sé, pero confío en la justicia. Creo en ella y sé que más de uno terminará en la cárcel por el . Me gustaría que todo se supiera, que los lorquinos sepan realmente lo que pasó, y que algunos, den explicaciones, porque hasta ahora, no lo han hecho.

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