«Acabaría en Urgencias si tomara cañas con todos los murcianos que me lo piden»
Tras la censura que sufrió hace un año en el festival AlterArte, representa mañana en Ceutí 'Utopía', su último espectáculo
ANTONIO ARCO
Jueves, 22 de octubre 2009, 16:14
Regresa el glorioso bufón Leo Bassi a la Región -mañana representa en el Auditorio de Ceutí su último espectáculo, - tras todo el escándalo que rodeó hace justo un año su fulminante retirada del cartel del festival AlterArte, de la que se responsabilizó el consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz, y que dio lugar a protestas de todo tipo por este atentado contra la libertad de expresión que dio la vuelta al país. Bassi no es para nada un loco, Bassi es un cómico comprometido con su tiempo que siente un enorme amor por su trabajo y por el público.
-¿Cómo le va con 'Utopía'?
-Muy bien. está cosechando mucho éxito y, además, creo que es el mejor espectáculo que he hecho en mi vida, lo digo sinceramente. Y estoy muy contento por poder representarlo en Ceutí, en las cercanías de Murcia, una ciudad que se ha convertido en muy especial para mí. ¿Se acuerda?
-Claro. Ha pasado un año desde que su espectáculo BassiBus fue censurado por la consejería de Cultura y de que usted se lo montase por libre por las calles de Murcia apoyado por varios colectivos ciudadanos.
-¡Un año ya! Y fíjese en todos los escándalos del PP que hemos conocido en estos últimos meses. Precisamente, lo que yo intentaba con mis anteriores trabajos era alertar al público sobre lo que estaba pasando o podía pasar: casos de corrupción, tomadura de pelo al ciudadano, abusos de poder... Cosas como las del PP de Valencia se veían venir.
-Pero ahora regresa a la Región en son de paz, ¿no es así?
-Por supuesto, yo amo la paz. Hay mucha gente de Murcia que se portó conmigo de maravilla en unas circunstancias difíciles, y no me olvido de eso. Espero que el público disfrute muchísimo con , que todos salgan felices del espectáculo. Todavía sigo recibiendo mensajes de muchos murcianos que quieren tomarse una caña conmigo; yo lo agradezco, pero si tuviese que tomarme una caña con todos los que me lo piden no podría subirme a un escenario y acabaría en Urgencias de un hospital.
-¿Ha recibido en todo este tiempo alguna disculpa del PP murciano?
-No, no, no. Silencio absoluto. Pero las repercusiones de la censura han seguido, y he recibido muchos apoyos de compañeros que se han mojado para defenderme.
-¿Por qué ha montado 'Utopía'?
-En primer lugar, era un desafío a mí mismo, un reto. Un bufón como yo pasa el tiempo criticando e ironizando, y eso, la verdad, es bastante fácil de hacer. Criticar, criticar, criticar... Pero me pregunté: Es cierto que hay una derecha impresentable, pero también hay una izquierda que está dormida, que parece que se ha quedado sin ideas; ¿qué podemos hacer? El mundo ha cambiado profundamente en tan sólo un año. La crisis económica ha sido y está siendo terrible, y hemos visto y veremos muchas cosas curiosas, como que gobiernos de derechas hayan intentado salvar a los bancos con dinero público. ¡General Motors está hoy nacionalizada por el Gobierno norteamericano, es de su propiedad! Y la Opel hoy en día ha sido vendida a los rusos. ¡Washington nacionaliza y Moscú privatiza, lo que hay que ver! Resulta que ahora Washington es más roja que Moscú y que Moscú va por libre. En mitad de todo este lío, intento que entre todos encontremos algo de luz.
-¿Por dónde empezar a buscar?
-Miremos a Obama, por ejemplo. Como el Fénix que renace de sus cenizas, la palabra utopía ha vuelto a nuestro léxico político después de décadas de ostracismo, y eso hay que celebrarlo. La victoria de Obama en EE UU ha cambiado radicalmente el clima político rompiendo toda la enorme negatividad que amenazaba la visión del futuro. Podemos lograr un futuro mejor, pero para eso tenemos que querer un futuro mejor, necesitamos recuperar esa idea romántica de que es posible cambiar el mundo.
-¿Qué se verá en 'Utopia'?
-Es difícil responder a eso, porque el espectáculo dura dos horas y cuarto. Puedo decir que trata, con alegría y optimismo, de la verdadera historia del progreso y del futuro. Ante el pesimismo ambiental que reinaba en el mundo ya desde hace años y que seguramente es la causa de la crisis económica, encuentro en la juventud un inmenso potencial de cambio y de esperanza totalmente desaprovechado.
-¿Critica usted en 'Utopía' a la izquierda?
-Sí, sí, castigo a todos los partidos de izquierda por su falta de pasión a la hora de defender sus ideales. Hay que reaccionar, es irresponsable permitir que la derecha vaya ganando terreno, porque no es verdad que la derecha y la izquierda sean hoy la misma cosa. No es lo mismo Berlusconi que Zapatero, por desgracia para los italianos.
Surrealista
-¿Qué tipo de utopía defiende Leo Bassi hoy?
-Queda muy claro en el espectáculo, que se ha convertido en un gran relato en clave surrealista que analiza la utopía no solo en un plan histórico y filosófico, sino también poético al descubrir que utopía, el lugar que no existe, simboliza un espacio temporal diferente donde el tiempo transcurre en términos mas afines a la poesía que a la física. Algunos lectores opinarán que estos temas son demasiado para un espectáculo cómico, pero se equivocan. Hay hambre de política en el nuevo publico teatral y los jóvenes quieren ir mas allá del teatro convencional, incluso del cómico. Quiero demostrar que se puede relatar la epopeya de los grandes movimientos utópicos, las revoluciones y el humanismo de forma divertida. ¿Es una tarea imposible? Puede ser, pero ¿quién hubiera pensado que un día el presidente de los EE UU pudiera ser negro?
-¿Necesita ser optimista?
-Tenemos la obligación de serlo. es un espectáculo de gran impacto emocional lleno de energía positiva y fe en la vida.
-¿Sigue teniendo fe en sus semejantes?
-Mi reino está donde estén las personas. A mí me encantan los seres humanos, me cuesta trabajo ver maldad en alguien. La verdad es que creo que cada uno tiene sus razones para ser como es, y a mí me encanta descubrir esas razones. Vivir con la gente es mi gran deseo.
-¿Está usted cansado de generar polémica?
-Yo no lucho contra nada, lucho pacíficamente a favor de mis ideas. Y me encuentro con que hay gente que quiere obstaculizarlas, que quiere eliminarlas, que quiere silenciarlas. Yo voy a luchar por ellas, pero el fin no es la lucha, sino la libertad. Hay gente interesada en acabar con el humor, porque el humor unido al ingenio es un arma de destrucción masiva; pero no lo van a conseguir porque el humor triunfa siempre. Es una fuerza muy poderosa, invencible.
-¿Le preguntan los espectadores si tiene usted alguna fórmula para afrontar la crisis en familia?
-Sí, pero les digo que yo soy un payaso, no un economista. Lo que también les digo es que yo creo que consumimos mucho más de lo necesario, y también que se puede vivir sin consumir tan compulsivamente, sin querer comprarlo todo. La felicidad no está en tener, tener, tener. Y hay que aprender a disfrutar con cosas que no cuestan apenas dinero, incluso que son gratis. Por ejemplo: hay pocos espectáculos tan maravillosos como ver un atardecer. Se puede hacer en familia y, que yo sepa, eso hoy todavía es gratis.