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Pina, Güiza y Cordero cuando existía el Ciudad. / LV
Perdón por comparar
FÚTBOL

Perdón por comparar

JUAN IGNACIO DE IBARRA

Lunes, 29 de junio 2009, 11:49

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Este es otro tiempo y esta es otra cosa. Terminado el torneo nacional de Liga, España es diferente y la vida de los españoles, también. Y empiezo por mí mismo que este fin de semana he guardado silencio y, por vez primera en diez meses, no he sabido en qué ocupar la tarde del sábado y hasta con los dos partidos de Sudáfrica, el domingo me ha parecido interminable, aburrido y extraño. Como si no fuera conmigo.

Y es que hay pocas cosas como la Liga que tengan tanta incidencia en la vida de España y de la mayor parte de los españoles, incluso de aquellos que repudian el fútbol, pero que no pueden escapar a su influencia que condiciona en tal medida los comportamientos de amigos, la disponibilidad de familiares, el sonido de la radio, el aspecto de los periódicos, las prisas de los automovilistas y la programación de las distintas cadenas de televisión.

El discurrir de la vida es tan distinto cuando hay liga que esta tarde de domingo, después de ver la victoria de España en un emocionante final, no puedo abstraerme del recuerdo de que el delantero autor de los dos primeros goles hispanos, se apellida Güiza y jugó como local en la vieja Condomina, a la que vino para defender los colores del club más efímero en la historia balompédica murciana, y que tiene en Quique Pina y Juan Carlos Cordero, no solo sus descubridores, sino sus avalistas en un pasado y sólido acto de fe.

Viendo los goles de Güiza, me ha venido al recuerdo las palabras de Quique Pina cuando me lo presentó, hace tres años, en el restaurante .

-Maestro, te presento a Dani Güiza. Es el jugador más golfo de España, pero podría ser uno de los mejores.

Y Güiza, con la cabeza gacha, asintió.

-Lo he traído a Murcia, a que juegue en el Ciudad, a ver si se toma en serio este oficio. Si lo hace, será una figura internacional. Y yo lo representaré, -aseveró.

Al término de la temporada, el equipo necesitaba la victoria en Salamanca. Y Güiza era el goleador del equipo. Quique le dijo:

-Si ganamos en Salamanca y marcas un gol te regalo lo que quieras.

-Quiero tu coche-, respondió el futbolista, que bebía los vientos por el precioso Mercedes de Quique.

-Hecho, fue la respuesta.

El lunes, en La Condomina, el goleador se ponía al volante de su precioso automóvil. Quique, sonriente, me confirmó su satisfacción.

«He hecho un buen negocio», me confesó.

Dani Güiza le daría beneficios para comprar muchos coches más.

En víspera del 30 de junio, cuando concluye cada año balompédico, he recordado aquellas cosas de Quique Pina, aquella docena de futbolistas que hoy triunfan en los equipos profesionales, aquellos dos entrenadores Abel y Oltra, que dirigieron dos magníficas campañas de El Ciudad y que hoy están en Primera.

Y me he encontrado con el retorno a Murcia de Iñaki Bea, descubierto por el dúo Quique- Juan Carlos, y que viene al Real desde Primera División.

Y me pregunto qué va a pasar con Goitom, el único jugador propiedad grana, con cotización en el mercado entre docena y media de profesionales pagados a precio de oro, un futbolista que también trajo y representa Quique Pina

Entre partido y partido, me he parado a reflexionar sobre los jugadores y técnicos que fichó Pina en sólo tres años de fútbol serio y echo un temeroso vistazo a los que aún tienen contrato en el Murcia. Y me echo a temblar porque el resultado de la comparación es espantoso.

Dicen que las comparaciones son odiosas. Depende. Yo creo que en este caso, no. Sólo son odiosas para los que salen perdiendo. A veces, comparar dos realidades resulta altamente esclarecedor. Y para establecer comparaciones no hay que irse a Almería, ni a Getafe. Ni a Pamplona, ni a Villarreal. No es necesario salir de Murcia.

De modo que, lo siento. Perdón por comparar.

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