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MARIBEL VERDÚ ACTRIZ

«El mar me aterra, no me meto en él ni muerta»

«Sigo en mis trece; pronto cumpliré los 38 y sigo diciendo que no quiero tener hijos»

PPLL

Domingo, 27 de julio 2008, 02:16

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Recién llegada de un viaje remoto de cuyo destino no quiere acordarse, y deleitándose aún en su reciente rodaje a las órdenes de Francis Ford Coppola, la actriz española Maribel Verdú ha recalado en Barcelona para amadrinar una tienda de Breil Milano en pleno Paseo de Gracia, justo antes de perderse unos días en ese enclave de Málaga donde dice que consigue pasar desapercibida. «Soy muy poco minimalista para las joyas», confesó la siempre espontánea Verdú mientras se comía con los ojos los relojes y collares de la tienda.

- Don't touch my Breil, dice la modelo del anuncio. Y a usted, ¿hay algo que no se le pueda tocar?

- Don't touch my husband. ¿No me toques al marido! Je, je...

- ¿A Pedro Larrañaga? ¿Teme que se lo roben?

- Nooooo. Es broma. Al contrario, me siento muy segura y muy tranquila, porque creo haber dado con la persona adecuada. Tengo una confianza bestial en él, y él en mí.

- Dicen que la han elegido por ser elegante, sofisticada y sensual. ¿Se lo cree?

- No me considero muy sofisticada ni elegante, ni sensual. Quizá tenga un poco de cada. Lo que sí me considero es más espontánea y natural. Y la que se tenga por muy sensual y elegante... ¿Qué tristeza! En todo caso, me encanta que me hayan elegido para esta marca, porque su imagen mundial es Charlize Theron y la adoro. De cerca, es encantadora y muy normal.

-¿Ha conocido a mucha gente de mala calidad, como el título de una de sus más recientes películas?

-Los personajes de esa película están llevados al límite, pero desgraciadamente de ésos te encuentras muchos por la vida, aunque vayan disfrazados. Ahora pronto estrenaré Los girasoles ciegos. Y luego me toca hacer teatro, Un día salvaje, con Aitana Sánchez Gijón. Estrenamos la obra el 3 de octubre en Madrid.

-¿No se va de vacaciones?

-Llegué el lunes de vacaciones. De un sitio que está lejos de todo. Y ahora me iré las dos primeras semanas de agosto a mi casita de Málaga.

-¿Y qué hace en su casita de Málaga?

-Tomar el sol, estudiar guiones, leer. Llevo yendo muchos años y, como nadie sabe dónde estoy, me dejan en paz.

-¿En Málaga es fácil esconderse?

-Bueno, es que yo a la playa no voy. Prefiero quedarme en mi casa o en la piscina. Yo soy de tomar mucho el sol, porque me relaja y es como si me transportara al paraíso...

-¿Le gusta el sol y no la playa?

-Es que a mí me aterra el mar. Yo no me meto en el mar ni muerta. Bueno, salvo que lo exija el guión. He tenido muy malas experiencias y es algo que me inquieta, me da mucho miedo. El mar a mí no me da paz ni me tranquiliza. Yo no meto ni un pie en el mar.

-Eso suena a fobia.

-Lo sé. También soy claustrofóbica desde pequeñita, y qué se le va a hacer.

-Así que los ascensores...

-Si estoy yo sola con otra persona no pasa nada, si hay más gente subo andando.

-Nueva York no es su ciudad, por lo que veo.

-No, en absoluto. Ni me gustan los conciertos, ni las multitudes, ni las rebajas... Ni las manifestaciones, que a muchas me volvería loca acudir, pero no puedo.

-¿Cómo es Coppola?

-He pasado cuatro meses con él y me ha parecido un hombre divino. Es muy normal, muy papá. Te sientes con él como si fueras una niña.

-Los Coppola son un clan. ¿Usted tiene el suyo?

-No, a mí no me gusta pertenecer a clanes.

-Siempre ha dicho que no quiere ser madre.

-Y aquí sigo, en mis trece. A los 38 ya casi, que los cumpliré en octubre. Yo respeto que la gente quiera ser madre y lo desee, pero también necesito que respeten mi decisión de no tener hijos. Eso de que si no eres madre no te sientes realizada como mujer es una patraña.

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