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MINUTO 85. Uche celebra de esta manera el tanto del empate. / EFE
Miedo a la persecución (2-2)
FÚTBOL

Miedo a la persecución (2-2)

El Barça se enreda en Almería y sólo es capaz de recortar un punto su distancia con el Madrid

SERGI OLEGO

Lunes, 17 de marzo 2008, 01:58

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El Barça despreció el presente del Real Madrid en Riazor empatando ante el Almería . Los azulgrana pagaron su nulidad defensiva en las acciones a balón parado, permitiendo que los andaluces igualasen por dos veces un partido que tenían encarado a escasos minutos del final.

El primer cuarto de hora se desarrolló a una velocidad de vértigo. Un Barça con sólo un fantástico -Rijkaard dejó a Henry en el banquillo- le plantaba cara a un Almería que salía a comerse el mundo. Ese exceso de adrenalina condenaba a ambos a un intercambio de pérdidas sin rédito alguno hasta que apareció Iniesta. El azulgrana recogía un balón en la banda izquierda y se centraba para sacarse un disparo que Bojan, tras un mal despeje de un Diego Alves, aprovecharía gracias a su olfato goleador.

A la contra

Ese tanto cambió por completo la dinámica. El Barça, sabedor de sus actuales limitaciones, recogía el equipo en su propio campo esperando al Almería para rematar el partido a la contra. La táctica se abortó en un abrir y cerrar de ojos. El ensayo azulgrana para controlar la estrategia andaluza no sirvió para nada. Pulido dejó en evidencia a toda la zaga visitante rematando a placer un saque de esquina.

El Barça tardó diez minutos en despertar. Felipe Melo, en dos ocasiones, y Mané, ante la permisividad de un calamitoso Edmilson, situaban a Víctor Valdés contra las cuerdas, mientras Samuel Eto'o se desgañitaba intentando recuperar a sus compañeros. Casi lo consigue al filo del descanso cuando Xavi le servía un preciso balón a Bojan que, en esta ocasión, se topó con la buena intervención de Diego Alves.

El retrato de la primera mitad dibujaba a un Barça perdido ante un Almería fiel a sus principios. Un conjunto azulgrana que necesitaba sacarse la venda de los ojos para descubrirse a sí mismo.

Carta francesa

Esta vez Rijkaard reaccionó con vehemencia relevando a su peor hombre sobre el césped, Edmilson, para dar entrada a la gran apuesta ofensiva que le quedaba en el banquillo. La carta Henry le funcionó a medias. Su entrada estaba tan cantada como difícil de prever su suplencia. La primera acción del francés desatascó al Barça. Su acción repleta de profundidad facilitó el remate letal de Samuel Eto'o.

El Almería acusó el golpe. Su gran derroche físico colocaba al Barça con ventaja. Henry estuvo a punto de aprovecharlo, pero Diego Alves salvaría la sentencia azulgrana. A diferencia de la primera mitad, los de Rijkaard habían acogido la ventaja confiando en su estilo.

Todo se le torció después de un fuera de juego mal señalado a Henry cuando ya encaraba a Diego Alves y sobre todo por la justa expulsión de Milito por doble amonestación. El defensa argentino pecó de precipitación provocando que su equipo se viera abocado a una defensa numantina del resultando ante un Almería que se lanzó a por el empate. Un marcador que alcanzó en una nueva jugada de estrategia. Otro saque de esquina que Kalou Uche convertiría en gol y en el 2-2 adelantándose a Abidal.

El Barça había despreciado otra ocasión de oro para reengancharse a la Liga y ya huele a un Villarreal que se asoma a su segunda plaza.

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