La historia de amor de Carmen Conde y Amanda Junquera se reaviva en Murcia

«La poesía amorosa de Carmen Conde sería ininteligible desde el año 1936 si no se conociera su relación con Amanda (Junquera). Es una poesía amorosa muy apasionada, muy espectacular, muy brillante; una pasión de enamorada, y todos sabemos que su objeto de amor era Amanda», indica el profesor Francisco Javier Díez de Revenga, quien ayer, dentro del curso internacional Carmen Conde en su centenario, que él mismo dirige en Cajamurcia junto a Mariano de Paco, habló precisamente de las dedicatorias que la escritora y académica de la Lengua cartagenera regaló a lo largo de toda una vida a la que fue el gran amor de su existencia y su principal motor poético.

Se trata de dedicatorias encontradas en los manuscritos que se conservan en el Patronato Carmen Conde-Antonio Oliver, en Cartagena. Libros propios y de otros autores dedicados por Carmen Conde -Cartagena, 1907; Madrid, 1996- a Amanda Junquera. Las dedicatorias empiezan en 1936 -se conocieron en febrero de este año-, con la que le escribió en un libro de la poeta de La Unión María Cegarra. «Son dedicatorias, además de admirablemente escritas, muy intensas», precisa Díez de Revenga. «Yo no soy quién -añade- para decir qué tipo de relación había entre ellas. Lo que sí advierto, a través de las dedicatorias, es que existía una relación muy apasionada y muy profunda. Había muy buen entendimiento desde que se conocieron hasta la vejez». Las dedicatorias analizadas dejan claro cómo se pasó «de una admiración inicial absoluta a una relación de compañerismo, de amistad...; vamos, está clarísimo que existía entre ellas una relación muy intensa y especial».

Poema a poema

En una ocasión, Carmen Conde le copió a Amanda Junquera a mano el libro de Mujer sin Edén. En esa copia le escribió: «Amanda, he copiado para ti en el transcurso de los años, poema a poema, este libro. Cada palabra lleva tu recuerdo y tu cariño. Lo sabes, pero te lo digo también desde aquí». En Reyes de 1940, le regaló unas obras completas de Quevedo. En ellas escribió: «Para Amanda desde el Tiempo, en Acto Eterno de nuestra amistad». Y mucho tiempo después, en 1967: «Para Amanda, tan yo misma, con toda una vida detrás de nosotras y lo que nos queda juntas».

«Carmen no alardeó de esa relación, pero tampoco la mantuvo escondida. Todos la conocíamos, pero no se hablaba de ella», explica Díez de Revenga, quien reconoce la gran aportación que ha supuesto la publicación de la biografía de Carmen Conde que ha escrito José Luis Ferris, también presente en este curso internacional que se desarrollará hasta mañana. El pasado 19 de junio llegó a las librerías Carmen Conde. Vida, pasión y verso de una escritora olvidada, la biografía que ha escrito José Luis Ferris y que ha publicado Temas de Hoy. Semanas antes, Ferris habló en La Verdad, con extraordinaria pasión y buen gusto, sobre esta historia de amor de la que muy poco (o nada) se había comentado públicamente. Un nombre de mujer amado durante más de cincuenta años y hasta más allá de la muerte: Amanda Junquera. Fue la persona a cuyo lado -en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las penas- encontró la felicidad Carmen Conde. Una historia inmensa de amor de la que Ferris, desde el rigor, el respeto y la admiración por la obra literaria de la autora cartagenera, habló por vez primera en la biografía escrita tras aceptar una invitación del patronato de la Fundación Carmen Conde-Antonio Oliver. «Lo que más me ha impactado es la vida afectiva de Carmen, totalmente desconocida», dice Ferris.