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FRANCISCO J. MOYA
Lunes, 22 de octubre 2007, 09:52
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El Cartagena no juega a nada y cada semana que pasa se hunde un poco más en la tabla. Anoche, en un Cartagonova desangelado -con menos público que nunca, posiblemente por el poco apropiado horario que el club fijó para el encuentro-, los jugadores de Alcoy perdieron su segundo partido consecutivo en casa, algo que no pasaba desde hacía muchos años, y, lo que es peor, volvieron a dejar una imagen penosa y de impotencia que empieza a ser demasiado preocupante.
El Betis B, un filial con buen manejo de balón pero muy cándido, sólo tuvo que esperar que los blanquinegros se equivocaran para llevarse los tres puntos. Y así lo hicieron. Ya en el minuto 5, Rodri, el mejor del partido, se plantó solo ante Caballero tras una pérdida de balón infantil de Juvenal en el centro del campo. El meta aragonés salvó a los de casa, al igual que en el minuto 17, cuando despejó a córner un lanzamiento del propio Rodri, arreglando un fallo descomunal en su salida de puños.
Incomprensiblemente, el Efesé se abonó al pelotazo y apenas puso en práctica su habitual juego de toque, el que solía practicar en casa y que tantos puntos ha dado a los albinegros en su feudo en las últimas temporadas. Con ese panorama, los muchachos sevillanos lo tuvieron muy fácil. Sólo Carmona, con un centro chut que dio en el larguero, asustó a Casto en una primera mitad que dejó en evidencia el mal momento de algunos veteranos cartageneristas, como Sívori, Chito, Molist o Cabrejo.
Tras el descanso, el Betis B salió muy desenchufado al encuentro, pero los de casa no se aprovecharon de esta circunstancia. El choque, aburrido, no tenía dueño. Sólo había pelotazos sin sentido de unos y otros. Pero en el minuto 56 cambió todo. Otro error infantil, ésta vez de Orlando y David Charcos, dejó solo a Diego dentro del área. Caballero se vio obligado a derribarle. Penalti, expulsión del meta y Toni hizo el 0-1 para los visitantes.
Reacción local
El Cartagena, que había jugado fatal con once, mejoró con la entrada de Toledo y, al menos, tiró de casta y orgullo. Carmona, Mariano Sánchez y el propio Toledo pudieron empatar, pero en el minuto 67 llegó el segundo mazazo para el Cartagena. Diego se anticipa por enésima vez a Orlando y centra sin peligro, pero entre el meta Alejandro, que había sustituido a un desacertado Chito, y Ormazábal, se hicieron un lío, para sorpresa de Cañamero, que andaba por ahí y sólo tuvo que empujar el balón a la red.
El Efesé estaba muerto y la grada empezó a corear el grito de moda en el estadio: ¿Alcoy, vete ya! Pero a falta de un cuarto de hora, Molist se sacó de la chistera un penalti que Juvenal transformó.
Entonces, la grada aparcó sus abucheos para empujar a los suyos hacia el milagro del empate. El Efesé se dedicó a bombear balones al área rival. Vamos, más o menos lo que llevaba haciendo desde el primer minuto. Molist y Toledo, tras dos jugadas embarulladas, pudieron rescatar un punto, pero no hubo manera. Tal vez, por su gallarda reacción, los de casa merecieron el empate, pero terminaron pagando su mal fútbol de la primera hora de partido.
Al final, volvieron a aparecer los pañuelos en la grada y la parroquia local pidió la dimisión del técnico local, Fran Alcoy, quien aseguró tras el partido que «dimitir es de cobardes. Pienso seguir trabajando para salir de esto». El preparador valenciano se quejó mucho del árbitro, quien dejó sin señalar dos posibles penaltis, uno a Carmona y otro a Ormazábal. No es excusa.
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