Borrar
EXPERTO. El cardiólogo Ricardo Serra, ayer en Murcia. / V. VICENS
«El entrenamiento mal llevado puede ocasionar graves daños»
Mas Futbol

«El entrenamiento mal llevado puede ocasionar graves daños»

«No es cierto que lo de Puerta le pueda suceder a cualquier deportista»

JUAN I. DE IBARRA

Domingo, 30 de septiembre 2007, 02:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Vino a Murcia a reunirse con un grupo de personas, miembros de una Asociación para la Rehabilitación Cardiovascular, y para tratar del las pruebas de esfuerzos para deportistas dentro del ciclo Deporte y Cardiopatía. Estuvo en Murcia pocas horas, las suficientes como para dejar el legado de sus conocimientos. Apenas desayunado (él, porque a los no alojados en el Hotel Amistad no nos fue permitido tomar un café) me he sentado a charlar con uno de los hombres que más saben del corazón.

- Yo soy médico especialista en medicina deportiva. Pero en un momento dado empecé a sentir un gran interés por el corazón. Y me dediqué a la investigación y a su estudio.

[Uno no sabe realmente qué es el corazón. Para algunos es un lamentable género periodístico, para otros, una máquina, para los románticos el motor de los sentimientos...].

- Doctor, ¿qué es el corazón? -, he empezado preguntando.

- Es el órgano más importante del cuerpo; el que moviliza y transporta la energía para que todos los demás elementos funcionen.

- ¿Y qué lleva a una persona a convertirse en especialista del corazón, desde su conocimiento del deporte?

- No sé qué es lo que ha movido a los demás. Pero a mí me movió profundizar en el esfuerzo del deportista, de quien realiza un esfuerzo intenso, extenuante. Quise saber cómo se adapta el corazón.

- ¿Y qué ocurrió?

- A partir de ahí empecé a ver cambios que se producían en el deportista. Me apasionaba saber qué ocurre para que el músculo trabaje con la máxima energía.

- Y el paradigma del esfuerzo para el corazón supongo que es el deporte

- Exactamente. Y entonces comprendes que el entrenamiento mal hecho, mal llevado, puede ocasionar muy graves daños al corazón.

[Le hablo de los ciclistas, de la maratón, del estallido de los 100 metros].

- El trabajo supremo de los grandes deportistas, ¿no requiere, a veces un esfuerzo casi sobrehumano?

- La verdad es que la adaptación del corazón y de todo el organismo a una prueba como las ciclistas indican que hay un proceso de adaptación, a base de miles de kilómetros, de modo que cuando van en llano, el esfuerzo es casi nada. De modo que en una etapa de 200 kilómetros es como el que empieza haciendo footing y termina corriendo la maratón.

- ¿Así de sencillo?

- Es que todo el organismo se adapta siempre y cuando el entrenamiento se haga bien, el deportista se cuide, los alimentos sean los adecuados Hacen esos esfuerzos pero no son sobrehumanos.

- Hablo en hipérbole, doctor

[Sonríe y me aclara, superando las distancias entre un escritor y un científico]:

- Si fueran sobrehumanos la gente se moriría. Digamos que son muy importantes.

- Pero es que sí. Es que, a veces, la gente se muere.

- Pues si continuamos con la hipérbole, yo le diría que tenemos la suerte de que hay un apoyo por parte de fisiólogos, médicos... que supervisan ese proceso porque, de lo contrario, estamos ante un gran riesgo.

- Le hablo de las 37 pulsaciones de Indurain, de las 38 de Pedro Carrasco, en vísperas de un combate... Eso, ¿es consecuencia de una adecuación mediante el entrenamiento o una aptitud congénita?

- Las dos cosas. Yo empecé a estudiar en aquella época en la que se empezó a analizar el ritmo cardíaco. Y un día me encontré un nadador que tenía 25 pulsaciones por minuto. Y la gente se asustó. Se habló de ponerle un marcapaso y resulta que el deportista estaba estupendamente. Y sigue viviendo de maravilla.

- ¿Cómo es posible, entonces, que un profesional, un atleta de 22 años, pueda de pronto, morirse en un campo de fútbol?

- Esa pregunta es muy compleja. Pero es oportuna.

- Gracias.

- Pero eso pudiera dar lugar un criterio fatalista, como si pensáramos que eso le puede ocurrir a cualquiera.

- ¿Y no es así?

- Que lo que le ha ocurrió a Puerta le puede suceder a cualquier deportista, no es cierto.

- ¿Cómo?

- Yo pienso que eso no tiene por qué ocurrir si las cosas se hacen bien. Y esto ¿qué quiere decir? Pues que cualquier deportista que compite tiene la obligación muy enérgica de que se le haga una revisión médica en la que aporten al médico todos los síntomas que pueden tener haciendo entrenamiento.

[Hace una pausa, y explica]:

- Yo no me refiero al caso de Puerta, sino de otros deportistas que me han venido a ver porque tenían una señal de alarma, unos síntomas que había que analizar.

- Póngame un ejemplo por si pudiera ser útil a alguien.

- Un deportista va al médico y le dice que el corazón le late de forma irregular. Hablamos de una arritmia que hay que identificar, sobre todo si se dedica a un esfuerzo extenuante. Así sabremos si es benigna o puede traer graves complicaciones. Si todo eso se hace bien, se ven los antecedentes familiares

- ¿Son importantes?

- Sí. Si, por ejemplo, se le murió un familiar repentinamente, habrá que buscar los antecedentes familiares. Y luego ver si entrena bien, lo que come, lo que bebe, si toma suficientes líquidos, si se hidrata, ese sentido fatalista, de nos puede pasar a cualquiera no se sostiene en pie.

[Toma carrerilla. Está claro que al doctor Serra le preocupa que se pueda extender una psicosis sobre los riesgos de muerte de la práctica deportiva].

- Hace días vino a verme un jugador del primer equipo de baloncesto del Barcelona y me dijo: «Esto nos puede pasar a todos». Le dije que no e insistí en lo que hay que hacer. En ese caso, la probabilidad de que se presente un episodio fatal para un deportista es muy rara Pero para eso, hay que hacer las cosas bien.

- ¿Qué le preocupa?

- Que el deportista no tenga la sensación de que también él puede ser un candidato a la tragedia. Aunque ser deportista no garantiza que no puede padecer una enfermedad.

[Le hablo de la lucha permanente del deportista contra la centésima de segundo, contra el centímetro en el salto, contra el kilo del levantamiento Citius, Altius, Fortius.

- Todo eso -le pregunto-, ¿mejora la especie a cambio de un gran riesgo?

- Hay especialistas que dudan que el esfuerzo extremo en la alta competición pueda ser saludable.

- ¿Y usted?

- Yo, también. En determinadas especialidades. Sin embargo estos deportistas recuperan mucho, duermen diez horas. Lo cierto es que el deportista es profesional y se prepara para eso.

- Pero, médicamente, ¿no se pide de más?

- Se pide, pero se queda en el camino.

- ¿Qué quiere decir?

- No me entienda mal. Quiero decir que cuando se le pide tanto al deportista, este no puede llegar

- ¿Qué ha cambiado en lo últimos años?

- Los métodos de entrenamiento, el comienzo a edades muy tempranas.

- ¿Qué es más fácil de diagnosticar, una cardiopatía infantil o unas limitaciones en el deportista?

- En principio, toda cardiopatía congénita se puede diagnosticar, en cuanto tenga un mínimo de repercusión funcional. Las técnicas de diagnóstico que se usan actualmente son tan sensibles que se pueden prever al cien por cien.

- El corazón del deportista, ¿se resiente de otras cargas que no son estrictamente físicas?

- Exactamente. Yo diría que es lo que más influye.

- ¿El cerebro conecta con el corazón?

- Yo diría que es lo que más influye. El entorno, el estrés, las preocupaciones impiden el descanso y dañan al profesional más aún que al sedentario. Y el futbolista pone el corazón a prueba. Pero no conozco ningún equipo que entrene cuatro horas diarias, como otros deportistas.

- ¿Y el deportista no profesional?

- También.

- Para terminar, si Puerta hubiera sido fontanero, ¿estaría vivo?

- No se sabe. A lo mejor el fontanero sube un día la escalera con un gran esfuerzo no sé no sé.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios