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CON CAVA. El ganador Denis Menchov brinda en el transcurso de la última etapa. / EFE
Un ruso que vive en Pamplona y que está predestinado a ganar
Ciclismo

Un ruso que vive en Pamplona y que está predestinado a ganar

B. U.

Lunes, 24 de septiembre 2007, 03:38

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En la Vuelta a España de 2004, en León, Eusebio Unzue ya sabía que una de las joyas de su equipo, Denis Menchov, iba a cambiar de aires. Estaban buscando un patrocinador, no tenían el futuro asegurado a largo plazo y Denis, el chaval al que habían cuidado con mimo, tenía un manager italiano que le llevó al Rabobank, con un contrato, entonces, de 130 millones de pesetas y dos años asegurados.

«Le habéis cuidado como oro en paño durante seis años y de lo mejor de su carrera se van a aprovechar otros» le comentamos a Eusebio Unzue. El técnico navarro nos miró y exclamó: «¿Qué le vamos a hacer!». Tanto Unzue como Echavarri pensaban que en Menchov había un potencial ganador del Tour de Francia. Y eso, en ciclismo , son palabras mayores. Lo que no sabían es lo que podía tardar en explotar.

Para triunfar en esa carrera se necesita tiempo. Menchov aportaba señales optimistas, algunas llamativas, como el undécimo puesto en el Tour de 2003 y el maillot blanco de mejor joven. También había ganado el Tour del Porvenir y una etapa del Dauphiné Liberé, la que acabó en el Mont Ventoux, y la Vuelta al País Vasco, la Vuelta a Aragón o la etapa de la Vuelta a España que terminó en Morella.

Pero no terminaba de despegar. Le habían llevado los dos primeros años muy tranquilo. Tanto, que Menchov llegó a pensar que no servía para este deporte. Un año después de su marcha al Rabobank llegarían sus primeros éxitos importantes, en la Vuelta. Terminó segundo en 2005. Iba de líder y la perdió en un ataque brutal del Liberty de Roberto Heras en el descenso de La Colladiella.

El Tour espera

El Tour se le resistía entonces. Tuvo problemas físicos en la carrera. Primero una bronquitis y luego molestias en una rodilla, Lo acabó sexto en 2006. Este año abandonó después de la enorme decepción que se llevó por lo que le hizo a Rasmussen su propio equipo. Se dedicó a trabajar para el corredor danés. Menchov estaba predestinado a hacer algo grande en el mundo del ciclismo y continúa dando pasos importantes para conseguirlo.

Su vida se cruzó con la de Echavarri y Unzue por medio de Francis Lafargue, un ex jugador de rugby que vive cerca de Bayona y que en 1982 fue reclutado por Echavarri para acudir al Tour como relaciones públicas.

Necesitaban alguien que hablase bien francés y Francis, que trabaja en la seguridad social francesa conocía a Echavarri de verle en muchas carreras de aficionados. Precisamente en una de ellas observó a un corredor ruso que le llamó poderosamente la atención.

«José Miguel, he visto un ruso muy bueno» le dijo. Les costó medio millón de pesetas en material. Les llegaron a pedir 20 millones de pesetas. Menchov llegó a Pamplona con una pequeña maleta.

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