«Sabía que hoy iba a salir en los papeles»

Miguel Ángel esperaba con las manos en los bolsillos, en la puerta de la administración número 25, 'La de Beniaján', a que abrieran el local. Eran poco más de las nueve y media de la mañana y hacía escasos 15 minutos que Noura Alkrouh y Elizabeth del Carmen Roque habían cantado el Gordo de la lotería de Navidad en el Palacio Real de Madrid. Allí, parado y hecho un manojo de nervios, aguardaba a que el lotero subiera la persiana para decirle que él era uno de los agraciados del primer premio. Este trabajador de la construcción, vecino de la pedanía murciana, solo adquirió un número, el 26590, pero la suerte quiso que fuera el que todo el mundo deseaba.

«Le pedí a mi jefe que me dejara dinero y lo compré cuando salí de la obra, el viernes por la tarde». Con los ojos llorosos y visiblemente emocionado, el obrero explicó que tiene un hijo de tres años. «Este dinero es para él», indicó, mientras se marchaba andando hacia su casa. «Estoy algo aturdido», admitió.

Cinco minutos después, José Turpín llegó a la administración con su mujer, Ramoncita Tomás. No había abierto aún la puerta del despacho de lotería cuando el teléfono empezó a sonar y lo descolgó. «Dígame. Muchas gracias. Sí, hemos vendido un billete entero. Diez décimos y todos en ventanilla», fueron sus primeras palabras. El día se anunciaba movido.

El lotero es el padre de la actual administradora, quien estuvo ilocalizable durante las primeras horas de la mañana. «Mi hija Elena es la que lleva ahora el negocio. Hace años dimos un segundo premio. Pero lo de hoy no se puede explicar, aunque tenía el presentimiento de que este año saldría en los papeles (el periódico)». En concreto, esta administración repartió este domingo cuatro millones entre los vecinos del pueblo. Mientras los padres de la administradora atendían a los medios, un coche de alta gama, un Ford Mustang de color rojo, paró en la puerta del establecimiento.

«¡Ramoncita, guapa, ayer me diste la suerte!», gritó el conductor sin salir del vehículo y pisando de nuevo el acelerador para perderse calle abajo como alma que lleva el diablo. «Ese lleva otro décimo ganador», advirtió la mujer, quien aseguró que el perfil de los ganadores es muy variado. Así lo confirma el hecho de que una treintena de trabajadores de la Fundación Cepaim, dedicada a la atención de inmigrantes y a la lucha contra la exclusión social, también hubieran adquirido un boleto ganador. «Tocamos a 12.000 euros cada uno. Somos voluntarios y personal de administración, muy comprometidos con el trabajo hacia quienes más lo necesitan», explicó a LA VERDAD Juanfran, un miembro de la ONG.

Los décimos premiados son los denominados por el gremio como 'lotería viajera', billetes que se intercambian entre las administraciones de toda España. «Este viene de la localidad alicantina de San Vicente del Raspeig». Precisamente, José Hernández, un electricista jubilado de 85 años, llegó a la ventanilla a última hora de la noche del viernes pidiendo uno de esos billetes 'intercambiables'. «Solo quedaban números de Alicante y me gustó el 26590. Pedí tres, pero solo tenían uno y lo compré», explicaba este domigno el vecino de Beniaján, mostrando su décimo a buen recaudo en la cartera.

El agraciado llegó al local acompañado de su hija, su yerno y su nieto de un año. «¡Ya tienes moto, ya tienes moto!», le decía el abuelo al pequeño mientras le acariciaba una mejilla. «Tengo seis hijos y nietos; mucha familia que atender. Entre eso y los agujeros que hay que tapar, no me quedará mucho, aunque quizá me de un capricho y me vaya unos días al Caribe», aseguró, bromeando, el premiado.